sábado, 10 de abril de 2010

Cuidado que viene el hombre nuevo!


Por Rebeca Monzo

Desde hace cincuenta años, los medios, nos vienen repitiendo que antes éramos analfabetos, vagos, ladrones, politiqueros, mal educados en fin, un desastre, producto claro está, de los malos gobernantes que habíamos padecido. Pero, con el surgimiento del hombre nuevo, todo eso iba a cambiar, y reconstruiríamos un país donde todos fuéramos alfabetizados, instruidos, responsables, educados y patriotas.

Basta dar una vuelta por cualquier barrio, meterse en cualquier cola, o subirse a cualquier ómnibus para tropezar con el hombre nuevo Ese muchacho que nació y se educó con la revolución, que fue pionero, militante de la juventud y, claro, cuando envejeció, militante del partido. Los malos, se fueron en las distintas oleadas migratorias porque, al que no le guste: que aguante o que espante

Este hombre nuevo que dice palabras groseras, que grita y gesticula, que empuja a las personas mayores, para abordar primero el ómnibus. Este nuevo ejemplar forjado en la nueva ideología, de que todo es de todos, y no vacila en arrancar una flor de tu jardín, o entrar al portal de tu casa y llevarse lo que esté a mano, ese mismo que nos ha obligado a enrejarnos, a convertir en jaulas los balcones , cubrir de rejas improvisadas los balones de gas al igual que las luces de los pasillos y escaleras, a proteger con cinturones de castidad y candados a esos servicios sanitarios, en los pocos lugares públicos donde los hay, para que no se te ocurra levantar la tapa del tanque y llevarte las instalaciones. En fin, la lista sería demasiado larga y bochornosa para continuar.

Mientras recorro mi barrio, cámara en mano, me pregunto qué ha pasado, con éste hombre que sustituyó a aquel que conocíamos, con sus virtudes y defectos, pero que soñaba con una patria mejor, respetaba lo ajeno, daba el asiento en la guagua a las mujeres y los ancianos, nos daba los buenos días, las buenas tardes, pedía permiso para entrar en nuestros hogares y respetaba el litro de leche que el lechero nos dejaba en el portal, ¿dónde está?

1 comentario:

  1. Es cierto, Rebeca. Y es muy triste. ¿Cuántas generaciones serán necesarias para volver a la abundancia de seres no nuevos en Cuba? Será como el rescate de una especie en peligro de extinción.
    Y ya que hablamos de eso, ¡hay que ver lo ridículamente machista que es la expresión "hombre nuevo"! Eso, como colofón, porque además es cursi y no sé cuántas cosas más.

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