Enviado por ei en Abril 15, 2010 – 20:09 pm.Emilio Ichikawa
El reciente caso de corrupción del General Rogelio Acevedo adjunta un capítulo que corresponde al uso ideológico de la historia; al proceso de conversión en valores de figuras y episodios que tendrían interés para la textura de una posición política específica (en este caso el castrismo), pero ya no tanto para la cohesión de una nación (en este caso la cubana).
Militares y políticos corruptos como Rogelio Acevedo se pueden encontrar en muchos sitios. Lo que sucede en su caso particular es, primero, que nos toca de cerca; segundo que, a diferencia de otros generales emergidos de la propia revolución, a Rogelio Acevedo (y a su hermano Enrique) se le ha propuesto como patrón ético para niños, adolescentes y jóvenes cubanos; dada la temprana edad con que (efectivamente) se incorporó a la guerrilla liderada por Fidel Castro y subliderada por el Ché.
Para los hermanos Avecedo el director de cine Steven Soderbergh reservó una privilegiada escena en la primera parte de su película Ché. Dos jóvenes, niños prácticamente, salen victoriosos en un careo sobre el ingreso a la tropa, mientras otros son rechazados. La parejita de cojonúos, los hermanos Acevedo, sobresale así como un modelo revolucionario desde el primer día de su vida guerrillera.
Hay más: en el año 1999 la Televisión Cubana realizó una serie de 104 capítulos, de 24 minutos cada uno, para cantar loas a los Hermanos Acevedo. Se tituló “Memorias de un abuelo” y estaba basada en el libro Descamisado (1993), del General Enrique Acevedo, quien fue además asesor en la producción de la misma. Por si no bastara, la Editorial Abril hizo una versión en historieta, como se puede comprobar en esta edición de Pionero.
Lo anterior demuestra que no basta con cuestionar a Rogelio Acevedo como persona, ciudadano u oficial; sería útil revisar también todo ese mecanismo de política-biografía-ideología interna que convierte a los seres humanos en medios de otros seres.
-FOTO: Enrique y Rogelio Acevedo: ccdescamisados
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