lunes, 19 de abril de 2010

El chavismo es una secta criminal


Roberto Carlos Olivares
ND

Según el Diccionario de la Lengua de la Real Academia Española (DRAE), una secta es un conjunto de seguidores de una parcialidad religiosa o ideológica. Aclaro que hoy en día la palabra secta sólo se utiliza para connotaciones negativas y no en torno a la religión. Cuando se trata de religión se le denominan nuevos grupos religiosos.

opinan los foristas

Las características principales de una secta son:

Organización autoritaria y piramidal – Existencia de un líder cuya decisión es la única que cuenta – El líder y los adeptos se creen el mensaje o se lo terminan creyendo como modo hipócrita de supervivencia – Los dirigentes de segundo nivel no suelen compartir la creencia pero sí el afán de lucro y poder – Discurso antisocial – Lavado cerebral sistemático y simbología extrema -Reclutamiento de los niños con fines ideológicos propagandísticos, y por último – Discurso demonizador del mundo.

Para los que somos buenos observadores y entendemos que los eventos deben ser abordados con perspectiva histórica y no con inmediatismos desaforados, se nos hace evidente la génesis del chavismo y su finalidad ulterior. Sin duda alguna Chávez ha creado con la ayuda de su mentor Fidel, una secta criminal que no sólo está destruyendo el país, sino también parte de Latinoamérica.

Si nos detenemos a digerir pausadamente el discurso y las acciones del ex militar golpista, observaremos que en la medida en que su dictadura blasfema se radicaliza, el culto a la personalidad y a la simbología castro-chavista se hace cada día más evidente. Asimismo, el discurso de odio y las referencias apocalípticas de un país ingobernable sin Chávez y la utilización de menores de edad armados, desfilando hombro a hombro con las milicias urbanas, crean un ambiente pre-bélico de confrontación fratricida inminente.

El dictador y sus acólitos radicales sueñan morbosamente con una guerra civil.

El proyecto satánico de Chávez necesita la sangre de los venezolanos para poder subsistir desde el día en que irrumpió en la vida nacional con el golpe de estado del año 1992. Como su proyecto es indefinido y su afán de poder es ilimitado, o por lo menos eso cree él, todas las acciones van dirigidas a la destrucción total de las instituciones, la pulverización de los diferentes componentes democráticos de la sociedad, y sobre todo, el aniquilamiento del modo de vida occidental, progresista y democrático, de la Venezuela pre chavista.

Nada de lo que el dictador hace o dice es en vano, todo está planificado y hasta ahora la destrucción de la patria va viento en popa. El problema principal es que Chávez ha sido subestimado y ni siquiera la iglesia católica, que es la institución más respetada y moralista de la nación, se le ha enfrentado categóricamente. Lo más peligroso de la secta criminal chavista es que su líder no tiene escrúpulos y posee todo el petróleo y el dinero del mundo.

Una combinación letal en una sociedad tan materialista, conformista y bochinchera como la nuestra.

La única manera viable para que el Lucifer venezolano pueda entronarse para siempre en Miraflores dominando el país a sus anchas, es por medio de una confrontación generalizada y definitiva. Sólo la guerra civil, y lo repito de nuevo, sólo la guerra civil, le serviría a Chávez para lograr su cometido. Él trabaja arduamente en este aspecto y cada día menoscaba mucho más la operatividad e institucionalidad de la Fuerza Armada. Con el dictador en el poder, las FAN tienden a desaparecer, son un estorbo para sus planes sanguinarios.

Por eso crea milicias y grupos insurgentes paramilitares, la finalidad es que nos asesinen en el momento de la rebelión final, ese día llegará, créanme que llegará. Según Chávez, el estamento socio-político del pasado debe ser pulverizado, y sobre sus cenizas, se construirá la nueva sociedad autómata y degenerada del castro-chavismo anacrónico y protervo del siglo XXI.

Los que creen que con votos y papeletas van a desplazar del poder a un dictador sin escrúpulos con tendencias satánicas, están en su derecho de ir a votar, pero tengan claro que si no tienen las armas para defender su voto y exigirle a su candidato firmeza y valentía a la hora de defender la voluntad popular, sólo habremos jugado a favor del enemigo.

El 26 de septiembre es el punto de quiebre entre los que creemos en la rebelión social y los que todavía creen en la vía electoral.

Si la vía electoral y un fraude masivo terminan siendo el catalizador necesario para la rebelión social y el derrocamiento de Chávez, entonces vayan a votar, pero eso sí, con las esféricas enarboladas para defenderlo después. Les recuerdo que dictador no sale con votos, sale con candela. Chávez y su secta criminal tienen todo a su favor, sólo un desprendimiento patriótico a gran escala daría al traste con su proyecto antinatural y patibulario.

Venezuela celebrará el lunes un bicentenario castro-chavista de pestilente connotación comunista. La simbología será extrema y el discurso aterrador. El desangramiento de la patria y de sus valores democráticos es prueba fehaciente de nuestra perdición actual. Por ahora el país borracho de electoralismo y de triunfalismo ingenuo camina trastocado a su sepulcro.

“Estudia el pasado si quieres pronosticar el futuro”

Confucio

¡Patria, Democracia y Libertad!

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