martes, 20 de abril de 2010
El deseo
Enviado por ei en Abril 20, 2010 – 12:13 pm.Emilio Ichikawa
Si la ausencia de respuesta puede deberse a una errónea formulación de la pregunta; la demora del logro (la satisfacción) bien pudiera obedecer a una difusa definición del deseo. Para lograr algo hay que desearlo realmente. Y para esa sed, hay que tener una definición exacta de ese algo. Si en lugar de una definición tenemos una representación, pues mejor. Imagen jala más que palabra.
Se entiende pues que los cubanos no hayamos conseguido, por ejemplo, la “libertad de la patria”; porque tanto “patria” como “libertad” son instancias bastante elusivas. Lo mismo se puede decir de esa meta que llamamos “fin del castrismo”, que apenas si tiene indicadores. Sería útil convenir una lista de al menos diez ítems que, una vez satisfechos, nos permitan lograr locuciones del tipo: “Estamos a la mitad de acabar con el castrismo. Hemos tachado cinco piezas de ´aquello´”. Necesitamos, pues, un decálogo del desmerengamiento.
En lo que va de año he visto al menos tres deseos bien planteados en torno a Cuba, y quisiera referirlos apenas para expresar mi respeto. Es un lance en positivo: la confesión de mi admiración no implica un cuestionamiento alterno. Aplaudo, pues:
1-La huelga del Dr. Darsi Ferrer. Iniciada con el objetivo de presionar para alcanzar una atención médica específica y para que le celebren de una vez un juicio pendiente. Huelga concluida una vez que consiguió el compromiso (de palabra) de conceder lo solicitado.
2-La declaración de Emilio Estefan acerca de que la marcha del jueves 25 de marzo (2010) en Miami buscaba enviar un mensaje de solidaridad con las Damas de Blanco; que comenzaría a las 6:00 de la tarde en la 8 calle, entre la 22 y la 27 avenida, terminando una hora después. Marcha que no perseguía algo político porque él, que había conocido muchos políticos, se percataba que de política entendía poco. Nada. Breve y honesta confesión.
3-Y por último, creo que admiro la movida del Farm Lobby de algunos estados agrícolas empeñados en vender cosechas a Cuba; cosa que sin duda lograrán a corto o mediano plazo pues parece que nada los mueve un milímetro de la ambición.
Aunque algunos de los objetivos planteados anteriormente puedan crear dudas, es admirable la mentalidad, la lógica que lleva del saber querer, al querer como acción y de ahí al logro. Ese trillo, el del sentido común, es el único que podría conducir realmente a una subversión radical del castrismo. La bobería moral de los aspirantes a pioneros ejemplares del exilio es, en efecto, una contestación en el contenido, pero un plagio de los métodos del totalitarismo.
-IMAGEN: timcourtois.files.wordpress.com
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