miércoles, 14 de abril de 2010
HOY EN EL CALENDARIO CUBANO 14 DE ABRIL
Señor durmiendo en el piso
• Santos católicos que celebran su día el 14 de abril:
- En el Almanaque Cubano de 1921:
Santos Tiburcio y Valeriano, mártires el Beato Pedro González Telmo y Santa Liduvina, virgen
- En el Almanaque Campesino de 1946:
Santos Tiburcio y Valeriano, mártires el Beato Pedro González Telmo y Santa Liduvina, virgen
El 14 de abril en la Historia de Cuba
• 1896 -
- Antonio Maceo en la Lechuza y Tapia, Pinar del Río.
José Miró Argenter en “Cuba Crónicas de la Guerra (La Campaña de Occidente) - Tomo II: Segunda Edición” de la Editorial Lex, 1942, páginas 186-188 describe estos acontecimientos del 14 de abril de 1896 en la Historia de Cuba:
“Después de la acción de San Claudio, Maceo volvió al campamento de Lechuza. En la noche del diez, una partida que destacó Maceo por el término de Candelaria, se metió de sorpresa en el caserío, y mantuvo la alarma por aquellos contornos hasta las primeras horas de la mañana. El día once pasó Maceo a la comarca de Cayajabos con objeto de revistar la caballería de Bermúdez, que vigilaba aquella zona, en donde se incorporó al Cuartel General un escuadrón del regimiento Narciso López, al mando del comandante Carrillo, oficial de mérito. Nuestros confidentes informaron que salían de Candelaria dos columnas en dirección San San Diego de Núñez, sin duda para reforzar la brigada de Suárez Inclán; noticias que fueron confirmadas al día siguiente durante el reconocimiento que practicó Maceo por todos los caminos del litoral: tres columnas españolas habían cruzado el día 13 por San Diego de Núñez con rumbo a Bahía Honda. Maceo situó una brigada de infantería en Vigía, la caballería en San Sebastián, el Cuartel General permaneció en Tapia en espera de los próximos sucesos.
“El coronel Suárez Inclán sabía positivamente el día 13 que Maceo se hallaba acampado en Tapia, ocupando las mismas posiciones que defendió el día 9, y podía saber también, o, de lo contrario ignoraba lo más esencial, que del millar de hombres que tenía el jefe insurrecto en aquellos días, sólo una cuarta parte se hallaba en condiciones de combatir; y eso podía conjeturarlo Suárez Inclán por los efectos mismos de los combate, anteriores, por las revelaciones del paisanaje que suministraba noticias a los españoles sin grandes esfuerzos, y porque era realmente cierto que ningún socorro del exterior había llegado hasta entonces al cuartel de Maceo. Emprendió el ataque a las dos de la tarde del día 14, simultáneamente, contra las posiciones de Lechuza y de Tapia. Nuestros puestos avanzado, contuvieron el primer asalto de las guerrillas españolas. El general Maceo, que se hallaba a unos dos kilómetros del lugar atacado, corrió con sus ayudantes y escolta hacia aquel punto para decidir la contienda, más a este tiempo, los españoles se desplegaron sobre una posición muy ventajosa, y rompiendo fuego directamente contra el grupo del Estado Mayor, nos causaron 7 bajas, en pocos momentos. El enemigo, maniobrando en dos fuertes fracciones, en las que figuraban elementos de las tres armas, dominó el campo de la acción y puso en grave riesgo a los acompañantes de Maceo al tratar de auxiliar a los que cayeron en la primera descarga; pero esta ofensiva, tan eficaz, la rebatió la escolta del general Maceo tomando a paso acelerado una colina inmediata en donde se hizo fuerte hasta que llegaron algunos refuerzos de infantería; ya replegados nuestros tiradores, el combate se mantuvo indeciso hasta el crepúsculo de la tarde. Los españoles establecieron el vivac en las lomas de Guasimal, y Maceo acampó en la finca llamada San Sebastián, a media legua da las avanzadas enemigas. Tomó Maceo para al día siguiente las medidas oportunas; colocó emboscadas en los sitios más adecuados para que los españoles, al iniciar al ataque matinal, encontraran sólida resistencia, y destacó algunas partidas de infantería y caballería en la dirección de San Cristóbal, con el objeto da extender todo lo posible al radio de la acción para que sonaran tiros en todo el redondel del palenque a una hora determinada. Encargó al general Quintín Bandera de la función sobre la plaza de San Cristóbal, a quien reforzó con algunos componentes del regimiento del teniente coronel Delgado.”
• 1895 -
Diario de José Martí en Cuba.
José Martí, Máximo Gómez y acompañantes llegan al campamento de Casa de Tavera.
• 1825 -
- Fermentación Revolucionaria.
Emeterio S. Santovenia en “Un Día Como Hoy” de la Editorial Trópico, 1946, páginas 215-216 nos describe los acontecimientos del 14 de abril de 1825 en la Historia de Cuba:
“Simón Bolívar, varón epónimo, lleno con sus ideas y acciones todo un medio globo. Trabajó en el Continente, pero no dejo de influir en las islas del Caribe. Desde la carta de Jamaica él vio con claridad que Cuba no podía escapar a la transformación políticosocial iniciada en Tierra Firme. La América española, una en lo que tenía de civilización occidental, una debía ser en el empeño de vivir bajo instituciones propias.
“Era posible que Cuba quedase atrás en el proceso de la independencia de los pueblos americanos. Pero esto no excluía la creencia de que en ella se trabajaba contra el régimen colonial. En las postrimerías del primer cuarto del siglo XIX circularon por el Continente noticias según las cuales la Isla se encontraba dominada por las armas de los separatistas. Desde Caracas se anuncio a un negociante español con residencia en Nueva York que Cuba estaba devorada por fuego vivo o alzada a la emancipación. Un oficial de posta procedente de Bogotá informo en Caracas que, con motivo de la insurrección de Cuba, se habían corrido órdenes para concentrar la escuadra del Atlántico, tomar en Puerto Bello a los vencedores de Ayacucho y Junín y continuar a la mayor de las Antillas. Estas noticias, trasmitidas a La Habana, elevaron el grado de la zozobra reinante en la Isla.
“¿Qué efectos producían en las Antillas los progresos de Bolívar en el Continente? Infundían temor a los que mandaban y esperanza en los ansiosos de renovación. Vives confeso la existencia de esos estados de conciencia. Reconoció que la obra del Libertador estaría expuesta a precaria situación mientras España poseyese a Cuba y Puerto Rico, en particular a Cuba, y admitió que los corifeos de la revolución hispanoamericana no levantaban los ojos de estos territorios insulares. Ciertas o falsas, noticias echadas a volar por el Caribe derramaban cotidianamente, según sobre quienes gravitasen, disgustos, acidia, desunión, osadía o alientos.
“La situación de Cuba iba agravándose. Fuera de la Isla se comentaba y estudiaba el estado de descomposición políticosocial que constituía el mejor alimento de los libertadores. Desde Filadelfia, apreciando esos factores, un observador escribía en 14 de abril de 1825: "La fermentación en que se encuentra toda la Isla es grande; y, como el capitán general Vives está persiguiendo indistintamente a liberales españoles y a criollos independientes, ambos partidos van haciendo una causa común contra el Gobierno que probablemente deberá producir la emancipación." En la medida misma en que disminuían los peligros de ataque a los puertos de Colombia por parte de las naves españolas, porque las situadas en el apostadero de La Habana eran viejas y estaban mal tripuladas, crecían los elementos morales propicios a la adhesión de Cuba al régimen victorioso en el Continente.”
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