domingo, 25 de abril de 2010
HOY EN EL CALENDARIO CUBANO 25 DE ABRIL
Flogar en La Habana
• Santos católicos que celebran su día el 25 de abril:
- En el Almanaque Cubano de 1921:
Santos Marcos evangelista y Herminio, confesor y Santa Francisca, virgen
- En el Almanaque Campesino de 1946:
Santos Marcos evangelista y Herminio, confesor y Santa Francisca, virgen
El 25 de abril en la Historia de Cuba
• 1901 -
- Comisión Cubana en Washington.
Emeterio S. Santovenia en “Un Día Como Hoy” de la Editorial Trópico, 1946, páginas 237-238 nos describe los acontecimientos del 25 de abril de 1901 en la Historia de Cuba:
“En la sesión celebrada por la Convención Constituyente en 13 de abril de 1901 fue aprobada una moción dispositiva de que una comisión de su seno fuese a los Estados Unidos para ponerse en comunicación con el gobierno de Washington e indagar sus miras sobre el establecimiento de un orden definitivo de relaciones entre la Unión y Cuba. El día 18 quedó integrada la comisión por Domingo Méndez Capote, Rafael M. Portuondo, Diego Tamayo, Pedro González Llorente y Pedro E. Betancourt.
“Los comisionados de la Convención Constituyente, ya en Washington, en 25 de abril de 1901 conferenciaron con Elihu Root, secretario de la Guerra, y visitaron al presidente McKinley. Entre ellos y Root, del 25 al 27 de abril, hubo amplias explicaciones. Méndez Capote evidenció cómo su talento, su cultura y su patriotismo lo hacían digno del elevado mandato que de su pueblo ostentaba. Lo secundaron admirablemente sus compañeros.
“Los cubanos tuvieron facilidades para cambiar impresiones con encumbrados funcionarios y legisladores, sin excluir al senador Platt, acerca de la cuestión que los había conducido a Washington. Las extensas conferencias con Root entrañaron la mayor importancia, porque en ellas fueron examinados de manera detenida todos y cada uno de los aspectos del vasto problema. Ante la insistencia de sus visitantes en expresar los recelos y la desconfianza con que Cuba analizaba algunos puntos de la enmienda Platt, el Secretario de la Guerra se afanó en esclarecer las intenciones de los Estados Unidos en cuanto al porvenir de Cuba. No querían ni intentaban estos intervenir en el gobierno de la Isla, cuyo bien buscaban en la cláusula tercera del documento estudiado. Querían mantener incólume la independencia de Cuba, que ansiaban preservar eternamente. Jamás podrían amenazar la soberanía de Cuba sin pasar sobre una ley que ellos habían votado y sin ultrajar tratados que ellos habían sancionado. La creación de una república en Cuba era hecho trascendental llamado a producirse con el aval, prestado de buena fe, de los Estados Unidos:
“La comisión enviada por la Convención Constituyente a Washington salió de la capital federal el 27 de abril de 1901. Se alejó de allí con absoluto conocimiento de los propósitos del gobierno de los Estados Unidos respecto de Cuba. Sabía que difícilmente serían variados por el gabinete de McKinley los términos de la enmienda Platt.
“Entre lo que más influyó en los convencionales cubanos enviados a Washington para regresar a Cuba con la creencia de que los Estados Unidos no rectificarían sus miras acerca de las relaciones entre la Unión y la Isla descolló la actitud personal de McKinley. Ellos, hablando con el Presidente, habían escuchado de labios de éste la afirmación de que, si la Convención Constituyente no aceptaba los términos de la enmienda Platt, su gobierno retiraría de Cuba el de carácter militar y lo sustituiría por uno de índole civil. Semejante anuncio claramente estaba expresando el propósito de postergar el advenimiento de la República en la Isla, a menos que se adicionase a su código fundamental lo que el Congreso y el Ejecutivo de los Estados Unidos habían estimado procedente que se estipulase como condición para entregar el manejo de los negocios públicos de Cuba a los cubanos.”
• 1896 -
- Antonio Maceo en las Lomas de Tapia, Pinar del Río.
José Miró Argenter en “Cuba Crónicas de la Guerra (La Campaña de Occidente) - Tomo II: Segunda Edición” de la Editorial Lex, 1942, páginas 219-220 describe estos acontecimientos del 25 de abril de 1896 en la Historia de Cuba:
“La columna que pernoctó en San Gabriel de Lombillo al terminarse el combate del día 22, siguió para Bahía honda al día siguiente; pero esta misma columna volvió al combate en la mañana del 25, con el objeto de tantear el terreno y disponer el ataque decisivo, en combinación con las otras columnas que se hallaban en Cabañas. Su vanguardia asomó por el camino de Recompensa; pero Maceo, desde muy temprano, estaba alerta en la cumbre de Lechuza con la avanzada de este lugar y unos cuantos individuos de la prefectura de San Francisco: por junto, cuarenta hombres. Con este grupo hizo frente al avance de los españoles y fue el primero en disparar el maüser sobre la masa enemiga, que ofrecía buen blanco. Todos los demás, rodilla en tierra, a la voz de mando de tan excelente capitán, afinaron la puntería, convirtiendo en combate lo que sólo tenía carácter de ligera escaramuza. Un batallón desplegóse por compañías, con el propósito de circunvalar la posición que defendía Maceo, en esta maniobra fue duramente castigado por el plomo de nuestros tiradores, los cuales, agotado ya el último cartucho, hubieron de diseminarse cuando el peligro se hizo inminente. Llegó un momento en que quedaron cuatro combatientes: Maceo, Miró, Nadarse e Ibonet, mientras los españoles disparaban a granel y caía sobre la cresta de Lechuza un turbión de balas. Repentinamente la columna española se declaró en retirada hacia el ingenio Bramales por los sitios más escabrosos. Maceo había pedido con urgencia una sección de infantería al campamento de Tapia, poco antes de que los españoles hubieran emprendido la marcha de retroceso, y aun cuando hizo grandes esfuerzos para obligarlos a estrechar lance, tratando de ganarles la delantera por un atajo, no pudo realizar sus anhelos a causa de la marcha precipitada que llevaban los españoles. En esta acción sólo tuvimos dos heridos de tropa y el oficial que mandaba el retén del camino de Lechuza.
• 1895 -
Diario de José Martí en Cuba.
José Martí, Máximo Gómez y acompañantes llegan al campamento de Malabé.
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