jueves, 8 de abril de 2010

HOY EN EL CALENDARIO CUBANO 8 DE ABRIL


Cocotaxis en Varadero


• Santos católicos que celebran su día el 8 de abril:

- En el Almanaque Cubano de 1921:

Santos Alberto el Magno y Dionisio, confesores y Santa Máxima, mártires

- En el Almanaque Campesino de 1946:

Santos Alberto, Dionisio, Gualterio y Amancio, confesores y Santa Máxima, mártir


El 8 de abril en la Historia de Cuba

• 1852 -

- Un Proyecto de Convención Tripartita.

Emeterio S. Santovenia en “Un Día Como Hoy” de la Editorial Trópico, 1946, páginas 203-204 nos describe los acontecimientos del 8 de abril de 1852 en la Historia de Cuba:

“Con motivo de la última expedición de Narciso López, cuando Cuba se hallaba fuertemente sacudida, los gabinetes de Londres y París previnieron a sus respectivas fuerzas navales en el Golfo de México para que, en caso necesario, cooperasen con las autoridades españolas en la defensa de la Isla y el mantenimiento de la soberanía hispánica en la Colonia. A tales aprestos añadieron la Gran Bretaña y Francia su comunicación con los Estados Unidos en demanda de que se guardase absoluto respeto a derechos consagrados por el tiempo. La Unión respondió en términos categóricos y deslizó apreciaciones sustanciales.

“El gobierno de Washington desaprobaba las empresas bélicas preparadas en territorio de la Unión y cobijadas con su bandera. No veía con indiferencia que Cuba pudiese salir de manos de España para caer en las de cualquier otra potencia. ¿No sería posible -se preguntaba- encontrar algún modo practico de evitar en lo futuro la probabilidad de un choque o de complicaciones desagradables entre las potencias a que cabía atribuir propósitos ambiciosos respecto de Cuba? Londres y París, embozadamente, imputaban a Washington designios tortuosos sobre Cuba, y Washington advertía a París y Londres que conocía el peligro elaborado por la codicia de las naciones que en la Isla contemplaban una posible presa.

“La Gran Bretaña y Francia creyeron magnífica la oportunidad que los Estados Unidos les brindaban para llegar a un entendimiento satisfactorio. En 8 de abril de 1852 James Howard Harris, conde de Malmesbury, ministro de Negocios Extranjeros de la Gran Bretaña, se dirigió a su plenipotenciario en Washington, John F. Crampton, a fin de instruirlo de la solución que los gabinetes de Londres y París habían planeado para resolver con el norteamericano el problema que para las tres potencias constituía Cuba y enviarle, traducido al inglés, el proyecto de tratado que Luis Félix Esteban Turgot, ministro de Negocios Extranjeros de Francia, había redactado en su propia lengua al efecto ya indicado. Por la convención tripartita trazada por Turgot, prohijada por la Gran Bretaña con no menos entusiasmo que Francia, estas dos naciones y los Estados Unidos se obligarían, individual y colectivamente, a no pretender la posesión de Cuba.

“El gobierno de Washington examinó con serenidad el proyecto de convención tripartita elaborado en Europa. Luego llevó sus conclusiones a un extenso despacho. Los Estados Unidos declinaron la invitación de la Gran Bretaña y Francia por, serias razones. Quizá llegaría el caso de que la posesión de Cuba se convirtiese para los Estados Unidos en una condición esencial de su seguridad. Problemático era que España conservase a Cuba para siempre. Ninguna administración de los Estados Unidos sería capaz de soportar los embates de la opinión pública si estipulase con otras potencias que la Unión no adquiriría en ningún caso a Cuba.”

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