martes, 6 de abril de 2010
Luiz Inácio, traidor
Beatriz de Majo
El Nacional / ND
Luiz Inácio, traidor
Abril 6, 2010
Estoy segura de que en algún momento van a desatarse las alarmas en el Gobierno como consecuencia del hecho sin precedentes que ocurre en Brasil. El letargo normal que siempre sigue a la Semana Mayor debe ser lo que explica que aún la revolución no se haya activado para romper pajitas con el gobierno de Lula Da Silva, para retirar al embajador venezolano ante Itamarati, para suspender unilateralmente el abultado comercio que se ha instalado entre las dos naciones, para declarar suspendidas todas las inversiones brasileñas en suelo venezolano, y detener los contratos de suministro de servicios, además de poner en hibernación eterna la cooperación energética bilateral. Me figuro que en la Casa Amarilla deben estar corriendo para girar instrucciones a representaciones diplomáticas en Nueva York, Ginebra y Montevideo de manera que los votos venezolanos no sigan acompañando a los brasileños en foros y escenarios multilaterales, particularmente en Mercosur, y a los consulados para que no faciliten el flujo de indeseables brasileños a esta Tierra de Gracia.
opinan los foristas
Nada de lo anterior ha ocurrido aún pero deben estar faltando minutos, digo yo, para que el conglomerado venezolano sea informado a través de cadena nacional acerca de la puñalada de la que hemos sido objeto por parte del gobierno de Lula.
Hay que preguntarse cómo iremos a reaccionar los venezolanos al enterarnos de la naturaleza de la traición de que hemos sido objeto de parte del país vecino y cuando nos presenten la evidencia de que, después de haberle tendido alfombra roja por tantos años en suelo patrio al gobierno del pana Luiz Inácio, éste haya decidido sumarse a las huestes depredadoras del imperio.
Porque de eso es de lo que se trata. Durante los días santos (para colmo) la Policía Federal brasileña estuvo en conversaciones con el general estadounidense Douglas Fraser sobre una posible base “multinacional y multifuncional” en tierra brasileña. La quijada de muchos debe continuar aún por el suelo después de que se conoció que allí se ultimaron los detalles del viaje en abril del secretario de Defensa de Estados Unidos al país suramericano para hablar de cooperación militar estratégica entre ambas naciones. Y nada menos que en Río es donde se instalaría la base militar conjunta destinada a convertirse en un puesto de vigilancia del Atlántico Sur para soportar las operaciones que se realizan desde la base estadounidense de Key West.
Pensándolo bien, lo más probable es que nuestro Gobierno ya sepa que la noticia de lo anterior no es sino otra patraña imperial destinada no sólo a enturbiarnos el disfrute de las vacaciones obligadas de Semana Santa, sino a sembrar la discordia entre dos países que son mucho más que hermanos.
bdemajo@cantv.net
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