miércoles, 7 de abril de 2010

“Palabras para oidos humanos”

Por: Pedro Pablo Alvarez

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En: Derechos Humanos

8 Abr 2010 Somos los cubanos el único pueblo que no lucha masivamente por retornar a su tierra, sino más bien añora salir de ella.Culpar a un gobierno de esta realidad es justo, pero también debemos recordar que a todos nos toca una dosis de responsabilidad social. Si la emigración fuera la solución de nuestros problemas, con 11 millones de visas se acabaría el problema de Cuba. Claro, también desaparecería la Nacíon Cubana.Amigos míos, no permitamos que el derecho a estar en nuestra patria o el de fijar residencia en otro país, sea motivo para descalificar a ningún cubano llamándolo gusano o infiltrado. Continuar pensando así es hacerle un favor a los que nos impusieron la filosofa del odio y la división.Lo normal sería que todos los cubanos, de manera lógica y masiva reclamáramos nuestros derechos civiles.



Quiero dedicar unas breves palabras a Adrian Leiva, un hombre que dedico los últimos días de su vida a la lucha de los derechos de los cubanos. Emigro a los Estados Unidos en 2005 con su esposa. Lo conocí en el año 2001, trabajamos junto en el Proyecto Varela, era uno de los más entusiasta impulsores de esta iniciativa ciudadana. Adrian nunca se olvido de los cubanos su vocación democrática siempre fue mas allá de las diferencias ideológicas, para él no había cubanos revolucionarios o no revolucionarios, siempre decía que todos al final éramos lo mismo.- No importa como piensen, todos tenemos iguales derechos como hijos de una misma Nación-. Realmente todos los cubanos hemos sufridos las consecuencias de absurdas confrontaciones ideológicas e intereses particulares de gentes sin escrúpulos, que han sabido manipular a las personas en su provecho personal.

Hoy muchos que defendieron el régimen de la Habana e incluso rompieron con sus familias y amigos, se han dado cuenta del error y se han reconciliados y viajan frecuentemente a Estados Unidos y otros países en visitas familiares y de amistad. El régimen de la Habana sin embargo mantiene absurdas leyes que discriminan a muchos de los que quieren viajar o volver a su Patria, solamente por pensar diferentes. A esto se oponía Adrian y logro sensibilizar a muchas personas a su favor, pero al gobierno cubano nunca le intereso los ruegos y reclamos que él les hacía, pidiendo, exigiendo su derecho a regresar y poder vivir en su Patria.

Cansado de tanto implorar y reclamar su retorno a Cuba, tomo la trágica decisión de regresar de una forma subrepticia a la Isla. La noticia de su muerte fue traumática para nosotros, un grupo de cubanos que aprendimos a querer y admirar a Adrian. Su constancia y su obsesión por regresar al lado de su madre, una anciana mujer de 80 años, no lo abandonaba nunca. Muchas fueron las cartas enviadas a dignatarios de países, organizaciones, periódicos, revistas, emisoras de radio y televisión, en fin, a toda persona u organización que él creía pudiera ayudarle en su empeño, les dirigió sus misiva pidiendo intercedieran en sus propósitos.

Adrian donde quiera que te encuentres hermano, se que estarás tranquilo y feliz. Eres de los hombres que viven y mueren por sus ideas. Siempre luchaste por la unidad entre todos los cubanos, así como por sus derechos fundamentales. Tus esfuerzos y dedicación a la causa de la democracia y la libertad de todos los cubanos, así como a tener una Patria común, algún día serán reconocidos. Descansa en Paz hermano, en la tierra que tanto amaste y deseaste tener para siempre.

A continuación un artículo sobre el trágico suceso de su muerte y una carta que dejo como recuerdo de su pensamiento y obra al servicio de su Patria publicados en ABC.es:

Leiva, un disidente moderado opuesto a la política de EE.UU. hacia Cuba

ABC.es

- Miércoles , 7 de abril de 2010 Adrián Leiva, de 52 años, murió ahogado al tratar de regresar a Cuba



Adrián Leiva, de 52 años, llegó a Miami en 2005 y desde entonces el régimen cubano le impidó regresar legalmente a la isla. Disidente y periodista, Leiva murió ahogado cuando intentaba volver clandestinamente en una embarcación, según informaron el martes varios amigos.Según publica “El Nuevo Herald”, Leiva había exigido durante mucho tiempo a los hermanos Castro permitir a los cubanos entrar y salir de la isla a voluntad afirmando, en una presentación grabada recientemente, que la inmigración era ‘‘un puñal clavado en el corazón de la nación cubana”.

Planeaba entrar furtivamente en Cuba

Leiva dijo a varios amigos que planeaba entrar furtivamente en Cuba en una embarcación el 22 de marzo, y funcionarios cubanos informaron el lunesa su hermana Eva que se había ahogado, según Miguel Saludes, amigo del disidente. Otros tres cubanos que viajaban en la misma embarcación fueron detenidos por los guardacostas cubanos.Los casos de cubanos que tratan de regresar ilegalmente a la isla se consideran escasos, aunque ha habido varios, ya que la Seguridad del Estado identifica rápidamente a quienes no están autorizados a estar en la isla.”Esto es trágico”, apuntó Saludes al diario en español de Miami, describiendo a Leiva como “un moderado que exigía la liberación de todos los presos políticos pero se oponía al embargo de Estados Unidos y creía que Raúl Castro implementaría reformas económicas”. De hecho, en una carta escrita hace justo un año y publicada en la web de su partido, el Partido Demócrata Cristiano de Cuba (PDC), el periodista escribe: “En la llamada tierra de libertad, políticos de origen cubano abogan por leyes que nos permiten viajar a nuestro país sólo cada tres años, actuando de igual modo que el sistema que dicen combatir y sumándose a la violación del artículo 13 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos”.También creía que el Gobierno de los Castro usaba a la emigración como “una empresa de trabajadores cubanos en el exterior”. Así lo explicó en un seminario celebrado en noviembre en la Ciudad de México. “Inmigrantes como yo le estamos haciendo daño a la sociedad a la que pertenecemos”.Leiva participaba activamente en el movimiento de la disidencia desde 1996, como periodista independiente y miembro del Movimiento Cristiano de Liberación, encabezado por Oswaldo Payá, según Saludes. En Cuba trabajaba en una empresa de alimentos, pero fue degradado por su activismo.

Salió de Cuba junto a su esposa en 2005

Salió de Cuba con su esposa en el 2005, diciendo que no estaba abandonando el país, sólo acompañándola a ella mientras estudiaba en Estados Unidos. Pero se divorciaron un año después, cuenta Saludes al “Nuevo Herald”, y Leiva comenzó a tratar de regresar a Cuba.”Decía que su estancia aquí había perdido todo el propósito al divorciarse”, recuerda su amigo, añadiendo que su deseo de regresar no se debía a una decepción con el sur de la Florida, sino a querer continuar su labor de activismo en Cuba. “Adrián dijo que era su derecho y hablaba a menudo en contra de una norma conocida como”salida definitiva”, apunta Saludes sobre la ley según la cual las personas que salen de Cuba tienen que entregar todas sus propiedades y después se les considera extranjeros virtuales.

Leiva regresó legalmente a Cuba en el 2008 con un permiso de visita de tres meses, pero cuando el permiso acabó las autoridades le obligaron a tomar un avión con destino a Miami. El disidente trató de viajar nuevamente a la isla en abril del año pasado, pero se lo impidieron en el Aeropuerto Internacional de Miami, cuando funcionarios del gobierno cubano notificaron a la aerolínea que no estaba autorizado a entrar en la isla, añadió Saludes.«Todo parecía indicar que era un engaño»Leiva empezó a decir recientemente a sus amigos que había encontrado una embarcación que lo dejaría en Cuba, entre La Habana y Matanzas, por sólo el costo de la gasolina, sin dar ningún otro detalle sobre el barco o su capitán.”Todo parecía indicar que era un engaño, pero para sorpresa de los conocidos de Adrián, el martes 23 por la mañana supimos de su partida, aproximadamente entre las 9 y las 10 de la noche anterior”.Sus familiares en Cuba fueron notificados de sus planes de regreso, agregó su amigo, pero no tuvieron noticia alguna hasta el lunes, cuando su hermana Eva preguntó a la Seguridad del Estado si sabía algo y le dijeron que un cadáver en la morgue correspondía a la descripción de su hermano.Funcionarios de la morgue le dijeron que Leiva se había ahogado mientras trataba de regresar a la isla con los otros tres cubanos no identificados, dijo más tarde Eva a Saludes. Los tres estabandetenidos en el centro de interrogatorios de Villa Marista en La Habana.Leiva fue enterrado el martes, con agentes de la Seguridad del Estado fuertemente armados custodiando la ceremonia.

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Carta de un hombre desesperado por volver a Cuba

El disidente cubano Adrián Leiva murió el pasado mes ahogado cuando intentaba regresar a Cuba en una embarcación.

ABC.es

Firma con orgullo “ciudadano cubano”, aunque escribió esta carta desde Miami el 7 de abril de 2009. Hoy hace justo un año. La titula “Adrián Leiva. Palabras para oídos humanos”, y en ella cuenta por qué necesita volver a su isla. Una isla que abandonó en 2005 y cuyo gobierno le negó la entrada desde entonces.Leiva logró volver a Cuba en 2008, pero fue expulsado al expirarse su permiso de tres meses. Cuando trató de regresar el año pasado, le negaron la salida del Aeropuerto Internacional de Miami.Esta es la carta publicada en la web del Partido Demócrata Cristiano de Cuba (PDC) donde militaba el disidente y periodista cubano que murió ahogado el pasado mes al intentar volver a pisar su tierra:

“Creo necesario escribir estas palabras, no para justificar ningún acto de mi vida, sino para compartir mis pensamientos con ustedes. Algunos de los que recibirán estás líneas me conocen desde la infancia en mi Palatino querido; otros, la dicha de su presencia me llegó más tarde, dentro de Cuba o en mi viajes a los Estados Unidos.

Prefiero titular esta carta “Palabras para oídos humanos”, porque lamentablemente los cubanos un día, sin darnos cuenta, dejamos de razonar con la lógica de los seres humanos y empezamos a “pensar” como dóciles “compañeros”. Ese fue el momento en que nos robotizamos y nuestras mentes tomaron un oscuro y triste camino. También fue el momento en que dejamos de preguntarnos dónde está nuestro derecho como seres humanos y nos convirtieron en seres casi humanos, sin derechos. Dejamos de amarnos unos a otros para vigilarnos y descalificarnos unos a otros. Yo desconfío de ti y tú desconfías de mí.(…)Nos impusieron el lenguaje del razonamiento antihumano; el razonamiento del “compañero”. Todos, de una manera u otra, hemos sido intoxicados en mayor o menor medida por el virus. Unos a favor, otros en contra, pero todos dejándonos de amar y viéndonos como enemigos, y descalificando nuestra condición humana por la mutua desconfianza.Poco a poco perdimos la razón de las palabras PATRIA, FAMILIA Y NACIÓN.Amigos míos, cada persona es libre de fijar residencia en el estado que desee. Es válido y respetable ese derecho, pero jamás un pueblo fue tan autodestructivo al descalificar a sus hijos por razones migratorias como lo ha hecho lastimosamente el pueblo cubano.

En la llamada tierra de libertad,políticos de origen cubano abogan por leyes que nos permiten viajar a nuestro país sólo cada tres años, actuando de igual modo que el sistema que dicen combatir y sumándose a la violación del artículo 13 de la Declaración Universal de los Derechos HumanosAlgunos recordarán los gritos de “gusanos” a quienes se marchaban del país. Más tarde, los mítines repudio y los gritos de “escoria”. Fijar residencia en otro país era, y continúa siendo, un delito para el cubano y, peor aún, ejercer el natural derecho de volver a residir en el país de uno es un pecado capital, toda vez que “aceptamos” la denigrante “salida definitiva” que nos impone el fidelismo.No sé si mi lejana raíz de hebreo (algunos nos generalizan inapropiadamente como judíos: soy de Palatino, no de Judea) me haga sentir el natural derecho de volver a mi tierra y negarme a ser un emigrante, por la simple razón de tener patria.

Somos los cubanos el único pueblo que no lucha masivamente por retornar a su tierra, sino más bien añora salir de ella.Culpar a un gobierno de esta realidad es justo, pero también debemos recordar que a todos nos toca una dosis de responsabilidad social. Si la emigración fuera la solución de nuestros problemas, con 11 millones de visas se acabaría el problema de Cuba. Claro, también desaparecería la Nacíon Cubana.Amigos míos, no permitamos que el derecho a estar en nuestra patria o el de fijar residencia en otro país, sea motivo para descalificar a ningún cubano llamándolo gusano o infiltrado. Continuar pensando así es hacerle un favor a los que nos impusieron la filosofa del odio y la división.Lo normal sería que todos los cubanos, de manera lógica y masiva reclamáramos nuestros derechos civiles.

La mayoría de nosotros alega que viene buscando “tierra de libertad”, sucede que una vez en ella no actúa en consecuencia y se niega a reconocer que la libertad comienza en el alma.Amigos míos, no permitamos que el derecho a estar en nuestra patria o el de fijar residencia en otro país, sea motivo para descalificar a ningún cubano llamándolo gusano o infiltradoAceptamos dócilmente pagar un dólar por minuto de llamada telefónica a Cuba, permitimos precios súper abusivos en pasajes, tarifas de remesas y envíos por libra de mercancía a Cuba, nos imponen una “salida definitiva” con burdas excusas y, como si fuera poco, en la llamada tierra de libertad, políticos de origen cubano abogan por leyes que nos permiten viajar a nuestro país sólo cada tres años, actuando de igual modo que el sistema que dicen combatir y sumándose a la violación del artículo 13 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.¿Cuándo comenzaremos a entender todos los cubanos que lo normal es batallar por nuestros derechos civiles, que somos cubanos porque existe Cuba y que descalificarnos sólo contribuye a que continuemos pensado como compañeros, no a razonar con la lógica de lo que realmente somos: seres humanos?

Cuba comenzará a ser un poco más libre el día que cada uno de nosotros mentalmente comience a ser también más libre y a buscar la razón y la lógica.Si por defender el derecho de ser cubano y estar en Cuba, me descalifican mis compatriotas y me acusan de ser en lo que no soy, ni nunca he sido, entonces, con todo dolor, tengo que reconocer que el fidelismo no se ha mantenido sólo por la fuerza, sino por la pobreza de mente y alma de una parte considerable de nuestro pueblo. Que Dios perdone tanta pobreza de razonamiento en algunos cubanos.Reconozco que no tengo el valor de ustedes para soportar tanto dolor en el difícil arte de ser un emigradoPero, sabiendo que llegaría a oídos humanos, sólo quería robarles unos minutos con la lectura de esta carta a los que deseen hacerlo, cuando ya no me encuentre entre ustedes y disfrute del privilegio de andar por las calles de mi Habana, destruida sí, pero mi Habana al fin. Si eso es un delito que me juzguen mil veces, pero teniendo patria no me resigno a ser extranjero.Reconozco que no tengo el valor de ustedes para soportar tanto dolor en el difícil arte de ser un emigrado.No me despido, sólo les digo hasta otro día y que Dios permita que las barreras que hoy impiden que los cubanos tengamos una política migratoria normal sean levantadas pronto, para el bien y la unidad familiar de todo nuestro pueblo”.

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