jueves, 1 de abril de 2010
Qué cosas decís Atilio, che...
Será capricho, costumbre o simplemente porque me gusta cómo suena el término, pero luego de tantos años me niego rotundamente a ceder el título de disidente, digan lo que digan, a personajes como Amaury Pérez o los discutidores domesticados de la revista Temas.
Paradójicamente, Atilio Borón, un intelectual argentino tan leal al castrismo hasta el último buchito que quiebra lanzas por él cuando todo el mundo lo condena, casi logra convencerme del mal uso del término disidente. Y no precisamente porque repita el aburrido estribillo de que somos traidores, sino por los retruécanos que forma para explicar el por qué de la traición cuando no hay armamento de por medio ni uno nació juramentado para ser eternamente fiel a Los Jefes.
Si va a provocar tanta polémica y confusión el dichoso término, estoy a punto de aceptar la conveniencia de que dejemos de ser disidentes como Havel, Walesa, Solshenitzin o Sajarov. Estamos por la libertad y la democracia. Queremos modificar el opresivo y desastroso sistema político vigente en Cuba hace más de medio siglo. ¿Y? ¿Qué tiene de malo?
Atilio Borón es otro latinoamericano desmemoriado que olvidó pronto los años de las dictaduras. ¿Por qué justificar la represión contra las Damas de Blanco si alguna vez admiramos a las Madres y Abuelas de la Plaza de Mayo?
Según el análisis legalista de Borón en Cuba Debate, ¿serían traidores los militantes de la izquierda armada que asesinó la dictadura militar argentina? Lo digo por las estrechas relaciones que mantenían estos grupos con el Departamento América y la Dirección General de Inteligencia del Ministerio del Interior, y porque asaltaban bancos y guardaban el dinero robado en Cuba. Habría que preguntar a Firmenich y otros pibes que saben bastante del asunto.
Tal vez Atilio Borón sepa mejor que nadie cuándo una oposición a un régimen incurre en traición a la nación. O al menos a lo que los generales, de allá o acá, de hace 30 años o de ahora mismo, entienden por patria, nación, estado o seguridad nacional.
Diga lo que diga Atilio Borón, me quedo con la palabra disidente. No hay que hacer mucho caso al Che Borón. A él, en definitiva, sólo el Compañero Fidel lo toma en cuenta. Y eso, cuando es conveniente para la causa.
Luis Cino
Cubanet
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