
Por A. Delgado Soto ⋅ Abril 5, 2010
Yo soy el peso cubano
y auque me llamo así
hoy queda de lo que fui
tan solo un recuerdo vano.
Yo era orgullo del cubano
iba con él a un hotel
a restaurante, al burdel,
compraba carros, mansiones,
joyas, pasaje de aviones
¡Jugaba bien mi papel!
Siempre tuve igual valor
que el dólar americano
y andaba de mano en mano
del pueblo trabajador.
Hoy me duele el deshonor
y que renieguen de mí
verme desplazado así
del sitio que ocupé
y que Washington esté
por encima de Martí.
A mí nunca me gustó
tener a Fidel de amigo
él se portó mal conmigo
hasta que me destruyó
su victoria no bastó
para saciar su arrogancia
y con esa petulancia
de dictador, vil y cruel
me ha dejado hecho un papel
sin valor, sin importancia.
Tan destrozado quedé
que resulté al fin y al cabo
valer menos de un centavo
del que antes representé.
Me sacaron de un puntapié
de cualquier cafetería
y es tan poca mi valía
que con todo lo que integro
sólo en el mercado negro
puedo comprar bobería.
Soy paga del pobre obrero
que no goza de mis bienes
vive igual si me tienes
que si no tienes dinero.
Me desprecia el mundo entero
dicen que no valgo nada
no compro ni jamonada
ni azúcar, ron ni café
ya me perdieron la fe
ya no sirvo para nada.
Viaja el dólar de etiqueta
en guagua que son mansiones
yo solo viajo en camiones
camello o bicicleta.
Al dólar se le respeta
él si es todo un caballero
donde él llegue lisonjero
le llaman Don y Señor
y a mí sin ningún temor
me dicen sal para afuera compañero.
Hoy me siento relegado
a un tercer mísero plano
por otro peso cubano
que el tirano me ha implantado
el pueblo lo ha bautizado
con el nombre de chavito
y como yo el pobrecito
sufre de igual jodedera
porque al cruzar la frontera
ya no vale ni un poquito.
Mis quejas yo las formulo
A nombre del pueblo fiel
que no tiene ni papel
para limpiarse la cara
que trabaja como un mulo
con tesón y sin desgano
para que el anciano tirano
que no ha sido nuestro amigo
haya acabado conmigo
y con el pueblo cubano.
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