Pablo Gámez - Radio Netherland. Desde el lunes, la Iglesia Católica y la oposición cubana siguen esperando con reservas que comience el traslado a hospitales de los presos políticos enfermos, antes del decisivo paso de excarcelarlos.Quien sigue de cerca esos pasos es el presidente de la opositora Comisión de Derechos Humanos de Cuba, Elizardo Sánchez Santa Cruz. Han pasado varios días desde el anuncio de la posible mejora en el régimen carcelario de los presos políticos en Cuba.
¿Es usted aún optimista de que esto se vaya a concretar?
Pienso que sí, que el gobierno va a hacer muchas concesiones –no muchas- en cuanto al tema de los prisioneros de opinión. Estamos hablando de presos de conciencia cubanos, adoptados formalmente por Amnistía Internacional desde hace años. Lo que sucede es que las expectativas se levantaron de manera un poco anticipada.
Pareciera que en los próximos días van a tener lugar traslados de prisioneros hacia sus provincias de residencia, o sea traslados de una prisión a otra, pero eso es casi irrelevante. Más importante que esto aún, es que parece que el gobierno está dispuesto a excarcelar a un grupo de ex prisioneros de conciencia que están muy enfermos.
¿Usted considera entonces este movimiento de piezas por parte de Raúl Castro como parte de su estrategia para calmar las críticas en aumento de la llamada Comunidad Internacional? Me refiero al caso específico de Europa y de Estados Unidos.
En realidad no es la primera vez que este gobierno libera prisioneros por motivos políticos. Apenas en los años 78 y 79 liberaron de un golpe a 3.600 presos políticos. Luego de ello las cárceles en Cuba volvieron a llenarse de personas condenadas por sus opiniones o preferencias políticas. Es decir, que mientras el gobierno de Cuba mantenga, como hasta el presente, la criminalización del ejercicio de elementales derechos básicos como los civiles, políticos, económicos y también culturales, el riesgo de que las prisiones vuelvan a llenarse continúa latente. Porque no es que los gobernantes sean particularmente malvados en Cuba, es que el modelo totalitario neo estalinista -como es el que existe en Cuba- supone un gran sistema carcelario, un inmenso Goulag que es lo que tenemos en Cuba. Habían 14-15 prisiones al llegar a este gobierno y ahora hay 200 prisiones y campos de prisioneros, lo que es inaceptable.
Lo cual entonces, no nos permite hablar en términos de que el gobierno o régimen de Raúl Castro está experimentando cierta apertura...
Yo no veo esa apertura por ninguna parte, al menos en materia de derechos fundamentales, civiles, políticos y económicos. Al contrario vemos la maquinaria represiva del régimen que es una de sus bases de sustentación, listas para seguir reprimiendo, incluso perfeccionándose, día a día. Por mi misión y la de mis colegas en la Comisión de Derechos Humanos, donde trabajo, y que estamos fuera de la ley, corremos el riesgo de ser encarcelados, como ha sido en el pasado. La opinión nuestra es de escepticismo de cara a lo que cabría esperar de un gobierno que mantiene el país en la situación de pobreza y desesperanza en que estamos. Además del cuadro este en que estamos, que es el peor en todo en América Latina en materia de derechos humanos, lamentablemente.
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Pablo Gámez. En la actualidad jefe de los informativos para las Américas. Desde hace diez años vivo en los Países Bajos. Estudié periodismo y música, además de idiomas, entre ellos el árabe. La vida se me va entre lecturas de libros y haciendo música, disfruntando siempre de las esquinas mágicas que se esconden en este país. Nací en Costa Rica y la mitad mía es italiana, aunque ahora estoy a punto de cruzar un estrecho y convertirme en holandés. Y si alguna vez escuchan en La Matinal o en alguno de nuestros programas un Pura Vida !, ese fui yo.
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