Angélica Mora
Nueva York
Apuntes de una Periodista
A la olla donde se cuece el caldo de la Libertad de Cuba, le caen a menudo ingredientes que, además de darle mal gusto, están directamente incorporados para retardar su hervor.
No niego que hay enorme cantidad de cubanos con buenas intenciones -la mayoría- que busca afanosamente cambios para la Isla.
Hoy, más de doscientos están presos por haber tratado de ejercer ese derecho, en una nación sin ley, salvo la decretada por la Autocracia que se apoderó hace más de medio siglo del país.
En Cuba nada es como parece. Los prismas que se muestran irradian diferentes colores brillando en el sol tropical y muchas veces reflejan el lado opuesto de las intenciones que se dan a conocer.
Con esto del diálogo e intervención de miembros de la jerarquía católica cubana para buscar solución al caso de los presos políticos, han emergido facetas que dejan con la boca abierta a muchos... y produce en los neófitos, una desorientación que marea.
Como Juno, la diosa de la mitología que mostraba dos caras, hoy surgen dentro de Cuba protagonistas con puntos de vista contrarios a los que habían mostrado Antes del Diálogo.
¿Qué prueban estas declaraciones que salen de Cuba y nos mantienen perplejos?
¿Qué muestran estas justificaciones de algunos hacia el Régimen, causante de todos los males, en un momento tal delicado en que, basta un paso en falso para que gane el gobierno y se pierda la batalla?
¿Significan que los que las formulan eran infiltrados y el régimen los mandó a moverse para alborotar el caldo y hacerlo incomible?
¿O son solamente, las penosas respuestas de seres agobiados por una lucha desigual, que se aferran a la frágil tabla que se les esta tendiendo? ¿Qué creen entender que tienen que besar la mano de este aparente Salvador, para salir del pantano donde éste mismo los arrojó?
Sólo el tiempo dará las respuestas.
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