A todas las madres cubanas

Por Rebeca Monzo


Mañana, desde horas muy tempranas, comenzará el interminable peregrinaje al Cementerio de Colón. Desde el día antes hay que asegurar la compra de las flores a los pocos vendedores particulares, pues durante la festividad, solamente funcionarán los puestos de ventas estatales y, como es costumbre, la demanda rebasará con creces la oferta.

Para aquellos que aún tienen la dicha de tener a su madre viva, el trasiego hacia casa de mamá comenzará también temprano. Ya nadie ostenta en la solapa la otrora clásica flor roja ó blanca, que indicaba si la madre estaba viva o muerta. Eso, como casi todas las tradiciones en mi planeta, desaparecieron, hace ya muchos años.

Desde aquí, quiero enviar un saludo y un abrazo a todas las madres cubanas. Muy en especial a aquellas que sufren las heridas aún recientes de la pérdida de un hijo. Hago votos porque Dios les de fuerzas suficientes para enfrentar el dolor de verlo preso, o en huelga de hambre a punto de morir. A las Damas de blanco que salen con valentía a las calles a reclamar la libertad de sus esposos e hijos, a todas ellas, muy en especial, mi saludo de hoy.