lunes, 7 de junio de 2010

Bernal, el de los containers


Pedro Lastra
ND

Hete aquí que el policía Bernal nos salió nerudiano. Milagros de la traición. Él, que fuera esbirro de Carlos Andrés Pérez en los tiempos de doña Violeta Chamorro y apenas sabe leer y escribir, se ha metido a poeta. Y en el colmo del esfuerzo intelectual compara esta quisicosa hedionda a corrupción y criminal podredumbre, con un parto. Y a la democracia por la que luchan quienes, desde la otra acera descubren containers con puntas traseras y pollos podridos comprados para alimentar las golosas cuentas bancarias de sus compadres – muchos de ellos policías, como él, muchos de ellos, uniformados, como él, muchos de ellos analfabetas como él – con un aborto.

opinan los foristas

Es lo que le sucede al lenguaje cuando quien ni hablar sabe se mete a trovador. Confunde un feto que nació muerto un 4 de febrero de 1992 con un bebé rozagante y un embarazo que clama a gritos por la aurora desde que el traidor mayor se robara el sillón de Miraflores, con un aborto. ¡Pajúos, por no decir pajeros! Bernal, el más mediocre de los policías mediocres, el más traidor de los policías traidores, dándonos clases de gramática y retórica. ¡Cosas veredes, Sancho!

Imposible mejor metáfora de este proceso delincuencial, mafioso, corrupto y ladrón que los kilómetros y kilómetros de containers con leche, queso, huevos, harina, pechugas, pavos, filetes, caraotas, lentejas, garbanzos y toda suerte de alimento esencial abandonado a su podredumbre. Por una sencilla razón que Bernal, el culpable, conoce como a la manoseada palma de su mano: ninguno de esos bienes de Dios fue adquirido para saciar el apetito ancestral y nunca saciado de nuestros pobres. Fueron el pretexto para triplicar su valor en facturas chimbas fraguadas con los cómplices de la Argentina de los Kirchner, el Brasil de Lula y el Uruguay de Pepe Mujica. Y sumarle la comisión que fuera a dar ya no a casas de bolsa de cómplices en desgracia – la culebra revolucionaria comienza a comerse la cola – sino a bancos de Corea del Norte o de China, de Panamá o Irán. Bien resguardados para los tiempos negros que se avecinan. Cuando nuestro trovador del grupo Zeta o sus compinches del grupo Gato o todos aquellos generales y tenientes coroneles escapen del Estatuto de Roma o del Tribunal de La Haya por los caminos verdes y vaguen por los oscuros ríos del destierro buscando donde establecer sus asentaderas.

Cuando se desborden los ríos de la paciencia y se desfonden las telas del escándalo no encontrarán rincón donde ocultarse de la furia popular. Que Bernal y los suyos se vayan preparando. Alguien los espera en Zimbabwe.

No hay comentarios:

Publicar un comentario