lunes, 21 de junio de 2010

HOY EN EL CALENDARIO CUBANO, 22 DE JUNIO

Publicado para hoy 22 de junio



Neptuno en La Habana


• Santos católicos que celebran su día el 22 de junio:

- En el Almanaque Cubano de 1921:

Santos Paulino, confesor y Flavio Clemente, mártir y Nuestra Señora de Araceli

- En el Almanaque Campesino de 1946:

Santos Paulino, confesor y Flavio Clemente, mártir y Nuestra Señora de Araceli



El 22 de junio en la Historia de Cuba

• 1874 -

- Víctor Hugo.

Emeterio S. Santovenia en “Un Día Como Hoy” de la Editorial Trópico, 1946, páginas 353-354 nos describe los acontecimientos del 22 de junio de 1874 en la Historia de Cuba:

“Víctor Hugo clamó fervorosamente por la transformación políticosocial de Cuba. A raíz de la revolución española de 1868 se dirigió a los republicanos de la Península y les recordó la injusticia que era el régimen vigente en la Isla. En la Navidad de 1869, en una fiesta de caridad, inició su ayuda moral a los independientes de la Isla. Luego, en el curso del año de 1870, con reiteración voló su pensamiento hasta el teatro de la tragedia hispanocubana: comunicó las exaltaciones de su espíritu en torno a la lucha de la Isla por su emancipación a las mujeres que la propugnaban, a los insurrectos de Puerto Príncipe, al general Cluseret y a los lectores de El Año Terrible.

“En 1874 se hallaba en París, en funciones de agente especial de Cuba libre, Antonio Zambrana, uno de los redactores de la carta fundamental adoptada en Guáimaro, miembro y secretario de la Convención Constituyente y de la Cámara de Representantes allí organizadas, hombre de elevado pensamiento y orador notabilísimo. A Víctor Hugo se dirigió Zambrana, según sus palabras, como enviado de un principio y amparado por el título que le daba el haber profesado siempre las ideas cuya defensa entrañaba la gloria y el carácter del siglo de que el propio Hugo era el más ilustre portaestandarte.

“Víctor Hugo contestó a Zambrana en 22 de junio de 1874. En pocas frases encerró encumbrados sentimientos. La excitación de Zambrana despertó en Hugo la generosa afección por Cuba de que muestras tan cumplidas había dado. Hugo trazó esta esquela para el convencional de Guáimaro, uno de sus más brillantes discípulos americanos:

“"Señor:

“"Simpatizo profundamente con la noble y valerosa Cuba. He levantado ya la voz por ella, y de seguro que la levantaré de nuevo. Tendré una viva satisfacción en veros. Me encontraréis en mi casa, calle de Clichy, número 21, el jueves 25 de junio, a las 9 de la noche.

“"Os envío mi más cordial apretón de manos."

“En la calurosa demanda de Zambrana aquilató Víctor Hugo valores muy apreciables. Había puesto su pensamiento repetidamente en Cuba. La llamó noble y valerosa. Se gloriaba de simpatizar con la distante tierra antillana.

“La emoción que embargó a Zambrana al acercarse a Víctor Hugo tenía sus raíces en la vivísima devoción que de continuo empujó al orador cubano hacia el poeta epónimo. Las producciones de Hugo habían hecho en Zambrana el papel de evangelios fortificantes, forjadores de una religión nueva: la consistente en buscar la verdad, practicar la justicia, procurar el progreso, sentir por el Universo piedad honda y encarar las traiciones de la vida y las emboscadas de la muerte con la frente alta. El león, el águila, el océano encrespado por la tormenta, el bosque poblado de misterios, la montaña desafiadora de las nubes, el torrente coronado de iris y el volcán con entrañas de fuego y penacho de humo eran imágenes con que Zambrana se representaba el genio de Hugo.”

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