Angélica Mora
Nueva York
Apuntes de una Periodista
Iba a comenzar con la chacota que siempre he destinado hacia la Momia Número 1 de Cuba, pero voy a tratar de hacer un análisis serio ya que las circunstancias del momento así lo demandan.
El Ralo Barbudo está desaparecido del mapa político cubano e internacional.
Ya la Cúpula gobernante ni siquiera se toma el trabajo de asomarlo desde Punto Fijo.
Ha sido retirado de la opinión e influencia que ejercía como número uno en la nomenclatura cubana y desde la obscuridad de su cripta (no resisto...) le mueven de vez en cuando las manos, para que aparezcan sus deslavadas Reflexiones, que cada vez dicen menos.
No es que iluminen mucho, pero ahora están en calidad de luz de fósforo y nadie las lee, salvo yo para buscar pistas en el misterio.
Algo que es innegable es que con toda la publicidad que rodea los "teje-manejes" entre Iglesia y Estado en el caso de los presos políticos cubanos, el Primer Convaleciente de la República de Cuba no ha dicho ni pío.
Causa extrañeza que, con lo metido que era en todo, no haya intervenido dando su su opinión en las mal llamadas "negociaciones".
Si yo fuera izquierdosa me preocuparía por este silencio, pero lo tomo como lo que es.
Es el apagón final de uno de los personajes más malignos que ha tenido el planeta. Quizás en otras galaxias existan otros, pero este Ejemplar ha sido único en la historia.
Su habilidad para sobrevivir se la ha traspasado -por razón de genes- a su hermano menor, pero éste tiene su punto en contra por su devocion a Baco, el Dios del vino, y eso -además- lo mantiene hundido algunos días.
Cuando emerge, como corcho de botella, aparece en cónclaves eclesiásticos, como la aparatosa reunión que tuvo con el Cardenal Jaime Ortega.
Ahora se prepara a hacer el mismo uso de poder con el canciller del Vaticano, Dominique Mamberti quien se encuentra en la isla presidiendo la Décima Semana Social de la Iglesia Cubana.
Como decía, el evento contará con la presencia física del dictador subtituto.
El otro Castro yo creo que no va a aparecer, porque sencillamente hace rato que pasó a la Historia... que -desgraciadamente para él- no lo absolverá.
Bueno, no cumplí mi promesa de no reírme en las filas, pero es que frente a las circunstancias actuales... no me pude aguantar a partir del segundo párrafo.
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