viernes, 9 de julio de 2010

La responsabilidad en esta hora


Lic. Ernesto A. Vera Rodríguez

Santiago de Cuba, 08 de julio de 2010 - Muchos han saludado de algún modo la noticia dada ayer por los medios de comunicación acerca de la liberación de los presos políticos condenados injustamente en la primavera negra del año 2003.

Según ha podido conocerse a través de un cable de la AFP, el opositor Guillermo Fariñas ha depuesto su huelga de hambre, después de 135 días.

Tanto la Secretaria de Estado Hillary Clinton como la Unión Europea ven la decisión del dictador Raúl Castro como un paso positivo, aunque tardío. Y es que la palabra tardío es el mejor calificativo que puede dársele a hechos como el anunciado ayer por los voceros del régimen.

Durante 7 años, 75 opositores pacíficos han sufrido torturas físicas y psicológicas, maltratos, calumnias de todo tipo y humillaciones. Junto a ellos, sus familiares han padecido debido al odio y ensañamiento de un régimen, que los ha obligado no solo a separarse de sus seres queridos sino a trasladarse por cientos de kilómetros para poderlos ver, con enormes dificultades.

Son conocidas las razones por la que estos nobles hijos de su Patria fueron encarcelados; pero más conocido es también el largo historial que el régimen cubano ya tiene en materia de encarcelaciones y “excarcelaciones”.

¿Cuántas veces no hemos visto la misma historia? ¿Cuántos no han sido encarcelados y excarcelados al poco o mucho tiempo, según la conveniencia del dictador de turno?

Pero mejor aún debemos preguntarnos, esto que ha ocurrido en el día de ayer, es digno de aplaudir o estamos en presencia de una nueva táctica para obtener dividendos políticos y económicos.

Ningún ser humano debe ser apresado por emitir o defender sus ideas, mucho menos por agruparse en partidos opuestos al régimen imperante. Eso es lo que normalmente ocurre en cualquier sociedad democrática, y un derecho que todos los Estados democráticos o no, deben respetar, máxime si han sucrito la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

El hecho que un gobierno totalitario libere a personas, que jamás debieron estar en prisión, no es nada nuevo en la historia contemporánea, y mucho menos en la de nuestro país.

Cada vez que ha sido conveniente hemos presenciado estos “nobles” gestos dirigidos siempre hacia un noble adversario, que le otorgará o denegará un noble favor a cambio. Así ocurrió en la década del 80, en los 90 y el nuevo siglo no ha escapado a las mismas viejas formas y métodos aplicados por la dictadura de Castro.

Lo más triste es que después que se concretan las aplaudidas excarcelaciones, llegan luego otras encarcelaciones que hacen interminable el ciclo de nuestra eterna prisión. Muy parecido a ese refrán que dice: “Después de la tormenta viene la calma” Solo que en el caso cubano, sucede al revés.

Nuestros “nobles amigos españoles” no han logrado ningún cambio democrático en la Isla, no han sido capaces de cooperar efectivamente con la oposición. En no pocos casos, se han negado a dialogar, siquiera con ella. Ahora acogerán en su país a los nuevos deportados.

Por su parte, Raúl Castro ya debe dormir mucho más tranquilo. Ahora que se ha asegurado una victoria ante la Unión Europea, según los cálculos del gobernante, será enterrada la Posición Común.

Cada vez que el gobierno cubano libera a un grupo de presos políticos, lo hace a cambio de algo. Y ahora, teniendo a la vista una votación que se llevaría a cabo por la Unión Europea en el mes de septiembre, había que trabajar “rápido”. No sin antes hacer sufrir innecesariamente a varios opositores, que en toda la Isla nos plantamos en huelga de hambre, en demanda de nuestros hermanos, tomados como rehenes del dictador.

¿Habría sido posible esta liberación sin las marchas heroicas de las Damas de Blanco y las huelgas de hambre que sostuvimos los opositores en apoyo a Guillermo Fariñas?

Considero que no.

Ahora bien: ¿Nos pasaremos la vida realizando tales acciones para que la dictadura castrista libere a unos cuantos y encierre a otros?

¿Hasta cuándo contribuiremos, aunque sea indirectamente, a que se prolongue el ciclo de vida de la tiranía castrista?

Como cubanos, nos alegramos sobremanera de que nuestros hermanos salgan finalmente del martirio que padecen en las mazmorras del tirano, pero siento que debemos plantearnos ya métodos de lucha superiores, que nos permitan alcanzar resultados mucho más positivos. Además, demandar de los gobiernos democráticos del mundo, que saluden acciones del régimen cubano, que sean realmente positivas y democráticas.

No esperemos que todo nos venga dado, no dejemos a un lado el compromiso y la responsabilidad.

Ya el Santo Padre Juan Pablo II, en el año 1998 nos decía: “La responsabilidad forma parte de la libertad”.

Aprendamos a ganar nuevos espacios y reflexionemos seriamente: Si las liberaciones que se producirán, son los frutos esperados por el pueblo cubano.

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