Publicado para hoy 5 de julio
Por Pedro López- Presidente del Partido Liberal Cubano
El régimen castrista prepara a la opinión pública para el posible fallecimiento del opositor Guillermo Fariñas. En una entrevista larga y sin precedentes en la prensa controlada de la Isla, en el periódico Granma, su médico de cabecera, el Dr.Armando Caballero, expresó que éste corre "peligro potencial de muerte". Esta inusual entrevista,en la cual el Dr.Caballero expresa que: "Estamos en los límites (...) Ingerir alimentos en su caso es un elemento importante en la lucha por la vida", pronostica de manera cínica un desenlace fatal.
Tras varias semanas de expectativas, desde que las imágenes del tirano heredero Raúl Castro, y del Cardenal Jaime Ortega, recorrieran el Mundo, sugiriendo una negociación para una pronta liberación de presos políticos, nada ha sucedido.
Tras las fotos llenas de sonrisas, publicadas en el periódico oficial,y difundidas por las agencias de prensa, solo un preso en grave estado, de los que dieron origen a la huelga de hambre, en petición de las excarcelaciones, ha sido puesto en libertad: Ariel Sigler Amaya. Una docena de presos de conciencia han sido trasladados a otros penales. Eso ha sido todo.
Recordemos que el valiente activista de Santa Clara solo ha pedido para deponer su huelga de hambre, la liberación de 26 presos en malas condiciones de salud. Su madre, Alicia Hernández,dijo por teléfono desde Santa Clara:
"El objetivo fundamental de él está muy claro: Liberen a los presos más enfermos, si no, irá hasta las últimas consecuencias".
Si Fariñas muere, no solo se agregará otra muerte a la larga lista de mártires de esta larga lucha. No solo el régimen responderá ante la Historia por ello. Si Fariñas muere, su sombra se proyectará sobre una alta jeraquía de la Iglesia Catolica que no supo alzarse sobre el momento histórico, y utilizar su espacio de interlocutor para defender con energía el derecho de los oprimidos cubanos.
Sobre una alta jerarquía que salvó la cara del régimen cuando la opinión pública mundial,de manera creciente, condenaba la muerte, también en huelga de hambre, de Orlando Zapata Tamayo, y la violenta represión sobre las Damas de Blanco.
¿Que dirá esa alta jerarquía representada en el Cardenal Ortega, cuando se produzca la muerte del hermano Fariñas? ¿Denunciará al régimen por su insensibilidad? ¿Denunciará las negociaciones como una maniobra del régimen para ganar tiempo? ¿Se declarará utilizada, o guardara silencio? ¿Avalará con su silencio ese crimen? ¿Lamentará su muerte y punto?
Nos están preparando para un triste desenlace. La Tiranía está a punto de anotarse otro crimen. Denuncíemoslo ante la opinión pública mundial. El Mundo debe renovar su condena.
Enviado por Aldo Rosado
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