domingo, 12 de septiembre de 2010

"Fidel Castro es un sujeto diabólico"


Huber Matos.


(Radio Martí) - Hace más de medio siglo que Huber Matos, único comandante histórico de la revolución cubana en el exilio, dejó de creer en Fidel Castro.

A sus 91 años, Matos aún conserva el entusiasmo que lo empujó antaño a echarse un fusil al hombro para pelear contra la dictadura de Fulgencio Batista (1952-1959), pero hoy considera a Fidel Castro "un sujeto diabólico que ha hecho mucho daño a Cuba".

Matos participó el sábado en el local de la Fundación Hispano Cubana, en una reunión sobre Cuba, conjuntamente con disidentes excarcelados recientemente.

"Hoy estoy contento", dijo Matos a la agencia española EFE, "porque a pesar de la tragedia de nuestro país, cuando uno se reúne con cubanos, eso alegra el corazón".

El antiguo compañero de armas de Fidel y Raúl Castro, del Che Guevara y Camilo Cienfuegos en la lucha por derrocar a Batista, vive exiliado en Miami desde 1979, cuando salió de la cárcel tras cumplir 20 años entre rejas por discrepancias ideológicas con Fidel.

Como otros compatriotas exiliados, informa EFE, Matos sueña con la caída del régimen castrista y piensa que "el cambio viene, que estamos más próximos al desenlace en la nación cubana", porque "es ya una tiranía en total quiebra que no tiene manera de perdurar".

"No es que Castro reconozca, como ha dicho por ahí recientemente, que ni siquiera les funciona a ellos el sistema económico, lo que es una expresión de derrotismo", sino que "la realidad cubana pone en evidencia que la tiranía ha estado mucho tiempo en el poder y que, inevitablemente, el pueblo recuperará su soberanía".

En su opinión, el régimen ha sobrevivido en los últimos tiempos por el apoyo del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, y por "gente, que desde distintos países, ayuda indirectamente a los Castros, porque tienen aliados todavía".

El ex comandante no tiene duda de que la clave para derribar al gobierno castrista reside en que "el pueblo cubano acabe de adquirir conciencia de que se puede echar abajo el régimen", y "se puede con la cooperación de los militares".

"Nosotros creemos que el desenlace viene con la participación de los militares", insiste el ex dirigente castrista, que matiza que no se refiere a una "guerra civil" o una "intervención militar extranjera", pues aboga por "un cambio pacífico" y la "apertura hacia la democracia".

Preguntado sobre cuando vislumbra el soplo de esos nuevos vientos en la isla, el ex guerrillero se muestra cauto: "No sería muy inteligente decir una fecha, porque los cubanos nos hemos equivocado muchas veces".

Pese a los años de fatigas militares que compartió con Fidel Castro, Matos, que dirige en Miami el movimiento Cuba Independiente y Democrática (CID), no puede evitar hablar con desdén de "el mandón ese de Fidel", a quien califica como un "farsante" y "un sujeto diabólico que ha hecho mucho daño a Cuba".

Su voz aún vigorosa no oculta su decepción con el comandante en jefe de la revolución, aunque acude al humor al opinar sobre la "resurrección" de Fidel tras su convalecencia de los últimos años: "Si no fuese el problema cubano un drama tan intenso, yo me limitaría a soltar una carcajada por la reaparición de Castro".

"Además, da la impresión de ser un arrepentido cuando se lamenta de la persecución a los homosexuales. Pero fue él personalmente quien llevó adelante esa campaña".

De pronto, surge en la entrevista con EFE una pregunta que le deja pensativo: Queda algo de la revolución por la que usted arriesgó su vida?

Matos responde: "Lo que queda de la revolución es realizar el compromiso incumplido y traicionado. Nosotros luchamos frente a una dictadura que duró siete años. Y ahora hay una dictadura terrible, totalitaria que dura cincuenta años".

Ese compromiso era "volver a tener un Estado de Derechos en Cuba, que el pueblo cubano se sienta feliz escogiendo a sus gobernantes".

Con todo, Matos no se arrepiente de haber combatido en la filas del Ejército Rebelde, aunque se lamenta "el uso que le dieron a mi sacrificio y al sacrificio de mucha gente que murió al lado nuestro pensando que el lema de la revolución, 'Libertad o Muerte', era una cosa seria".

A sus 91 años, Huber Matos no olvida el pasado pero mira al futuro con una ilusión fija, la de regresar a una Cuba libre: "Yo estoy convencido de que voy a ver el cambio".

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