Por: Eduardo E. Rodríguez Candelario
Jefe de Prensa de la Delegación de la Unidad Liberal de la República de Cuba y Comunicador del O.C.P.I. en Puerto Rico.
En el ojo público Hugo Chávez sigue aruinando sus aspiraciones políticas al respaldar grupos terroristas, cuyo sólo fín es destruir la estabilidad social de sus países.
Dios ampare al pueblo de Venezuela, que según las más recientes encuestas ha reportado un 83% de la población en contra de la reelección de éste individuo, de que él decida en último instante, junto con sus asesores castristas, sabotear las elecciones en ese país.
En el pasado, el mandatario, a demostrado en elecciones pasadas estar dispuesto a darle un golpe de estado a la democracia venezolana cuantas veces se le antoje; ahora a incluído a España en su agenda de perversidad.
Sus relaciones con el ETA, cuyo moto es la desunión de España, denota una falta de consideración por la paz de la madre patria, demostrando así, un resuelto deseo por permanecer en el poder para proseguir maquinando contra todo lo establecido. Chávez sigue tiznando su carácter como figura diplomática a niveles profundas y sin salida.
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