domingo, 12 de septiembre de 2010
HOY EN EL CALENDARIO CUBANO, 13 DE SEPTIEMBRE
Carros antiguos en Cuba
• Santos católicos que celebran su día el 13 de septiembre:
- En el Almanaque Cubano de 1921:
Santos Eulogio y Amado, mártires y confesores y Santa Maura, virgen
- En el Almanaque Campesino de 1946:
Santos Felipe, Eulogio y Amado, mártires y confesores y Santa Maura y Vitalía, vírgenes
• Natalicios cubanos:
Moenck Peralta, Miguel Angel: -Nació en La Habana el 13 de septiembre de 1890. Se graduó de arquitecto en la Universidad de Tulano, Estados Unidos, incorporándose luego a la Universidad de La Habana, de la cual fue profesor de la Escuela de Ingenieros y Arquitectos. Notable profesional y miembro distinguido del Colegio de Arquitectos de La Habana, Presidente de la Sociedad de Construcciones Moenck y Quintana, S. A., y Vicepresidente de la Compañía Marmolera Viñales Guane y Delegado del Comité Internacional Olímpico.
El 13 de septiembre en la Historia de Cuba
• 1895 -
- Asamblea Constituyente en Jimaguayú.
Emeterio S. Santovenia en “Un Día Como Hoy” de la Editorial Trópico, 1946, páginas 519-520 nos describe los acontecimientos del 13 de septiembre de 1895 en la Historia de Cuba:
“La insurrección iniciada el 24 de febrero de 1895 logró abrirse paso. A despecho de las medidas adoptadas por los servidores de España con la mira de matar casi en germen el nuevo esfuerzo redentor de los cubanos, éstos supieron mantenerse fieles a su designio. Ni la obra de emisarios encargados de atraer a los insurrectos a la mal llamada legalidad, ni la contribución que en el mismo sentido prestó al poder secular el grupo autonomista, ni los aparatos y golpes de guerra puestos en juego por las autoridades coloniales, consiguieron el desistimiento de los patriotas en la recia faena de conquistar la independencia con el filo de los machetes. La hora del sacrificio había sonado, y para los decididos a caer o triunfar en la demanda la ocasión no era de vacilaciones.
“La Revolución marchaba de progreso en progreso. Uno de éstos consistía en la madurez precursora de la organización civil del esfuerzo bélico. Martí había llegado hasta Dos Ríos con la persistente idea de dar a la guerra emancipadora contenido institucional. El tránsito del Apóstol no debilitó el propósito de poner en movimiento la República mediante un régimen de derecho. Este paso estaba llamado a solidar el prestigio de la causa libertadora, así en lo interior como en lo internacional.
“En la primera quincena de septiembre de 1895 fue posible la reunión de elementos representativos del pueblo de Cuba en guerra. En Jimaguayú dieron vida a la Asamblea Constituyente los delegados de los primeros cuatro cuerpos del Ejército Libertador y de las fuerzas comenzadas a organizar en las tierras occidentales. Los hombres que integraron la Convención eran patriotas de nota. Allí estaban Salvador Cisneros y Betancourt, Rafael Manduley, Pedro Piñán de Villegas, Lope Recio, Enrique Loynaz del Castillo, Francisco Díaz Silveira, Fermín Valdés Domínguez, Santiago García Cañizares, Rafael Pérez Morales, Francisco López Leiva, Enrique Céspedes, Marcos Padilla, Raimundo Sánchez Valdivia, Joaquín Castillo, Mariano Sánchez, Pedro Aguilera, Rafael M. Portuondo, Orencio Nodarse, José Clemente Vivanco y Severo Pina.
“Los reunidos en Jimaguayú dejaron el 13 de septiembre de 1895 organizada definitivamente la Convención que desde luego tomó aquel nombre. Las actas de los representantes a la Asamblea Constituyente quedaron declaradas limpias. Ellos eligieron la mesa que había de dirigir los debates y trabajos. Salvador Cisneros y Betancourt, Rafael Manduley, José Clemente Vivanco y Orencio Nodarse fueron designados, respectivamente, presidente, vicepresidente, secretario y vicesecretario de la Asamblea. Así llegó el momento de encauzar y dar armonía y forma a las diversas tendencias allí sustentadas. Los patriotas que componían la Asamblea Constituyente en Jimaguayú acometieron su delicada tarea con la sencillez privativa de los verdaderos fundadores.”
• 1879 -
- En Mayarí tuvo lugar un levantamiento armado que obligó a las tropas españolas a encerrarse en la iglesia, en donde permanecieron hasta el 15, que llegaron tropas de Gibara en su refuerzo. Este levantamiento prematuro tuvo por causa haber descubierto el gobierno español el plan concertado por el general patriota Guillermo Moncada, quien el 10 de este mismo mes se reunió con otros en el Pinar y en cuya reunión Leyte Vidal les expuso que los de Mayarí no estaban preparados para la guerra y que tampoco tenía correspondencia del Comité Revolucionario de Nueva York. No obstante la conformidad, los Viros, Soria y Cartagena, que estuvieron de acuerdo, tuvieron que salir al campo por la detención del sargento de voluntarios Guillermo Santos. Arcadio y Francisco Leyte Vidal salieron en un vapor de la empresa Herrera por no estar conformes con el movimiento. Caídos presos en la bahía de Nipe, fueron apuñalados por la espalda a bordo de un cañonero español y echados al mar amarrados con un lingote al cuello y robándoles sus objetos personales. El comandante español de aquella jurisdicción no tuvo escrúpulo en usar el reloj de Arcadio Leyte, brigadier de la guerra de los Diez Años, jefe del Partido Autonomista en Mayarí, pero totalmente inocente en aquella ocasión de toda participación, aun cuando culpable ante el militarismo español por no haber denunciado a sus hermanos.
Ana Aguado Andreu
en Patriotas Cubanas
por la Dra. Vicentina Elsa Rodríguez de Cuesta
Nació nuestra ilustre biografiada en Cienfuegos, provincia de Santa Clara. Desde muy niña demostró condiciones excepcionales para el canto, por lo que llegada su juventud, fue conocida por la “calandria cienfueguera”. Trasladada su familia a España, por vaivenes de la vida, pasáronse a New York en 1889 donde fijaron su residencia.
En la gran metrópoli, Ana Aguado dio lecciones de canto y música con el profesor Emilio Agramonte.
Las más grandes ansias de su vida eran poder debutar en público para cooperar con su aporto material y moral a la causa de la revolución. Llego pues el anhelado día y en el Club “Los Independientes”, Ana Aguado hizo gala de las magníficas dotes que poseía como soprano ligera. Entregando íntegramente el producto de la función al infatigable patriota Juan Praga, destinado a los patriotas cubanos.
Casada tiempo después con el señor Guillermo M. Tomás, en plena luna de miel recibió el requerimiento cariñoso de nuestro Apóstol José Martí, para que uniera a los felices momentos de su vida material, el inefable goce espiritual de cooperación en la causa de la redención.
De inmediato tomo parte activa en la velada celebrada en el “Hardman Hall” el día 16 de Junio de 1890, contestando a las ovaciones del público, que sabía para que eran destinados los fondos de aquella función: -“Para disponerse a morir es necesario oír antes una voz de mujer que canta por su Patria”.
Desde ese momento, no cesó “la calandria cienfueguera” de cantar para Cuba, de ayudar a sus hermanos con colectas y ayudas materiales de medicinas, armas, ropas, alimentos y cuantas cosas juzgara necesarias a los insurrectos.
La prensa norteamericana celebró su actuación en variadas ocasiones y los cubanos bendijeron a distancia a quien de manera tan decidida y variada cooperaba en la causa de la independencia.
Ana Aguado Andreu, sacrificó los mejores momentos de su vida de casada, el cariño y el cuidado de sus hijos, para proseguir su vida artística en beneficio de Cuba, hasta que dañado su organismo por dolencia tenaz, aquella voz en otro tiempo tan dulce y bien timbrada, dejó de sonar para siempre.
Desde el 1915 no era ya dueña de su garganta y el momento terrible llegó finalmente en la madrugada del 6 de Mayo de 1921, cuando dejando la más inefable memoria, desapareció de esta vida, quien había triunfado como mujer, como artista, como madre y esposa abnegada y sobre todo, como patriota.
POR: GUIJE CUBA
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