viernes, 24 de septiembre de 2010
¿PACIFISTA?
Por Manuel Aguirre Lavarrere (Mackandal)
Guanajay, Provincia Habana, 25 de setiembre de 2010, (PD) Luego de cuatro años alejado de la arena política, resurge, como el Nostradamus del siglo XXI, el ex gobernante cubano Fidel Castro, artífice de la más antigua y prolongada dictadura que pueblo alguno haya conocido. Ahora, después de una satisfactoria recuperación médica, pero apegado al dictamen de su mentalidad totalitaria extendida a la arena internacional, lo hace con un análisis sobre una eventual guerra contra Irán provocada por Estados Unidos.
Sorprende, inquieta sobremanera a la memoria histórica, recordar que el hombre que reiterativamente pide al mundo proyectarse contra un enfrentamiento entre Estados Unidos e Irán, como el “papa upa” visionario del tiempo que vendrá, fue el autor intelectual del surgimiento de las guerrillas en América Latina. El Salvador, Guatemala y Bolivia dan fe de las decenas de muertos que causó la lucha guerrillera.
En 1962, durante la crisis de los misiles, cuando la crispación política entre Estados Unidos y Cuba llegaba a su clímax, fue Fidel Castro Ruz, quien en un arranque de arrogancia absoluta avivó la llama de la discordia y en carta dirigida al entonces gobernante de la Unión Soviética, Nikita Jruschov, lo alentó para que diera el primer golpe nuclear contra Estados Unidos, usando a Cuba como trampolín y a su pueblo como las seguras víctimas de su arrebato histérico.
Su histerismo se agudizó cuando Jruschov, en carta que data del 30 de octubre de 1962, le dijo: “En su cable del 27 de octubre usted propuso que deberíamos ser los primeros en llevar a cabo un ataque nuclear contra el territorio enemigo. Naturalmente, usted comprende a dónde nos hubiera llevado. No hubiera sido un simple golpe, sino el comienzo de una guerra mundial termonuclear. Estimado camarada Fidel Castro, encuentro su propuesta equivocada, aunque comprendo sus razones”
Esa fue la intención y verdaderos propósitos de quien ahora se conduele de una inminente guerra mundial con resultados catastróficos para los pueblos del mundo y quien, salvo alguna que otra migaja, nunca se preocupó ni se preocupa por el bienestar de su propio pueblo.
Fidel Castro no quiere pasar a mejor vida sin antes, para orgullo y satisfacción de su ego, llevarse consigo el tan acariciado Premio Nóbel de la ‘Paz, para decirle a Obama: Si tú puedes, yo también.
Quizá con el sueño de ver desmoronarse el buque insignia del desarrollo mundial, en mayo de 2001, en reunión con los ayatollahs iraníes, Fidel Castro les manifestó: “Irán y Cuba pueden poner de rodillas a los Estados Unidos”.
En Estados Unidos han manifestado reiteradamente que el régimen cubano intercambia información de inteligencia con Irán y varios países árabes. Con esos truenos y el afán enfermizo del ex gobernante cubano en un trabajo de zapa para desviar las verdaderas intenciones de Irán, no hierra en nada quien trate de persuadir al mundo, al contrario de Fidel Castro, del inminente peligro que para los Estados Unidos y el mundo constituye el armamento nuclear en manos de terroristas probados y confesos que dicen actuar en el nombre de Alá.
makandalmm@yahoo.com
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