lunes, 11 de octubre de 2010

HOY EN EL CALENDARIO CUBANO, 12 DE OCTUBRE


Cristóbal Colón en Cárdenas


• Santos católicos que celebran su día el 12 de octubre:

- En el Almanaque Cubano de 1921:

Nuestra Señora del Pilar, Santos Serafín y Walfrido, confesores

- En el Almanaque Campesino de 1946:

Nuestra Señora del Pilar, Santos Serafín y Walfrido, confesores



• Natalicios cubanos:

Dobal García, José: -Nació en Santiago de las Vegas el 12 de octubre de 1843 y falleció en La Habana el 7 de noviembre de 1914. Sacerdote que emigró a México en donde formó parte de cuantos clubs revolucionarios prestaban su actividad y calor a la causa nacional. En 1899, terminada la contienda bélica, regresó a la patria en donde la Iglesia cubana lo destinó de cura a la parroquia de Jesús María José, cabe a la cual este Ayuntamiento erigió en su honor un monumento.



El 12 de octubre en la Historia de Cuba

• 1747 -

- Encuentro Naval entre Británicos y Españoles - Cumberland y la bahía de Guantánamo.

Emeterio S. Santovenia en “Un Día Como Hoy” de la Editorial Trópico, 1946, páginas 577-578 nos describe los acontecimientos del 12 de octubre de 1747 en la Historia de Cuba:

“La pira de las discordias ardía continuamente en Europa en lo que iba del siglo XVIII. La Gran Bretaña y España, dos naciones preponderantes a la sazón, no podían ser excepciones. España, sobre todo, estaba envuelta desde la entrada de aquella centuria en guerras funestas, iniciadas con la exaltación de Felipe V al Trono. Andando el tiempo, y en medio de una de las ligeras treguas debidas al agotamiento circunstancial de los combatientes, el soberano hispánico incidió en nuevo error. Lo fue el de haber concertado con el emperador de Austria un pacto en extremo ofensivo para la Gran Bretaña. Esta potencia, celosa de su poderío, se aprestó a la defensa de sus intereses.

“Los empeños guerreros de la Gran Bretaña fueron dispuestos con extraordinaria rapidez. Ya en los albores del segundo cuarto del siglo XVIII aparecieron en aguas antillanas los bajeles de la escuadra del almirante Hossier. Las colonias españolas del Nuevo Mundo estuvieron en peligro. Grande debía ser la energía capaz de contrarrestar los ataques con tanta presteza aparejados. Pero la Naturaleza y el hombre, especialmente en Cuba, concurrieron a salvar los destinos de los dominios amenazados.

“A través de los años, tras pesquisas y observaciones de toda índole, los británicos, ganosos de inferir grave quebranto a España, escogieron a Guantánamo para campo de sus operaciones. Aquella parte de Cuba ofrecía mayores facilidades que las presentadas por La Habana, inútilmente bloqueada. El almirante Vernon, que había tomado a Portobelo y atacado a Cartagena, desembarcó y sentó en Guantánamo sus reales con unos cinco mil hombres. Levanto trincheras. Alzo baterías. Intentó fundar una población con el nombre de Cumberland. Todo eso, que ocurrió después de 1741 en las inmediaciones de la hermosa bahía oriental de Cuba, rodó por tierra a consecuencia del rigor del clima y de los estragos causados por las epidemias sufridas en el vasto campamento de los hijos de la Gran Bretaña.

“No bastó aquel revés para alejar de las costas de Cuba a los enemigos de España. Seis años después de lo acontecido en Guantánamo, y de manera sorprendente para la capital de la Isla, se presentó en sus aguas una escuadra británica rechazada hacía poco en Santiago de Cuba. Los habaneros fueron testigos del encuentro de aquella armada con la española al mando de Reggio. El 12 de octubre de 1747 se desarrolló la acción naval, en la que ambos contendientes se esforzaron en poner de relieve su denuedo. Por espacio de seis horas lucharon de manera brava y sangrienta, sin que al fin se decidiera en favor ni de uno ni de otro la brega, la última brega en la porfiada y larga guerra a que dio término la paz de Aquisgrán.”

• 1693 -

- Por real cédula del 25 de septiembre de 1690 el mariscal Severino de Manzaneda, capitán general y gobernador de Cuba, fundó la Ciudad de Matanzas con el nombre de San Carlos y San Severino de Matanzas.




Ana Josefa de Agüero
en Patriotas Cubanas
por la Dra. Vicentina Elsa Rodríguez de Cuesta


Ana Josefa de Agüero y Perdomo nació en la provincia camagüeyana en el año de 1818.

Fue la esposa de aquel pionero de la libertad cubana que se llamara Joaquín de Agüero y Agüero.

Compartió con el compañero de su vida los secretos de la conspiración para la revolución que preparaba la caída del gobierno de España.

Colaboró con su esposo en las tareas docentes, enseñando a los que nada sabían, en la escuela gratuita que fundara en Guáimaro, con objeto de que supieran hacer vida de hombres libres, rasgados los misterios de la ignorancia.

Agüero al caudillo del 68, diera libertad a los esclavos de que sus padres había heredado, Ana Josefa coadyuvó en aquella empresa noble y humanitaria, animando a su amante compañero para quitarles la condición de siervos a los hombres y mujeres que habían costado muchas monedas de oro a sus antepasados, y que desde aquel momento eran tan libres como ellos.

En 1843 receloso el Gobierno Español de las actividades de Agüero y de su esposa fueron objeto de persecuciones por lo que siguiendo el consejo de “El Lugareño”, Gaspar Betancourt Cisneros determinaron trasladarse a los Estados Unidos. Pero la nostalgia de la Patria amada y el deseo cada vez más ferviente del joven matrimonio de iniciar la libertad de Cuba, los hizo regresar prontamente y darse a la tarea peligrosa y expuesta de la conspiración.

En 1851 se alza Joaquín de Agüero, en Loma de San Carlos, partido de Cascorro, dando el grito glorioso en San Francisco de Jucaral. Pero la conciencia del pueblo cubano no estaba preparada todavía por el levantamiento.

Y después de inútiles esfuerzos, fue fusilado por la espalda en Sabana de Arroyo Méndez el 12 de Agosto de 1851, junto con José Tomás Betancourt, Fernando de Zayas y Miguel Benavides.

Las mujeres de Camagüey quisieron compenetrarse con el dolor inmenso de Ana Josefa de Agüero, y en señal de duelo muchas de ellas se cortaren el pelo para protestar del martirio de aquellos en cuya memoria, se plantaron cuatro palmas en la plaza pública de Puerto Príncipe.

La esposa del mártir perdió la razón durante varios días, cuando recobró la lucidez era una anciana de blancos cabellos y rostro surcado por las arrugas.

Perdidos sus bienes de fortuna que fueron confiscados por el gobierno, deshecha su vida para siempre, partió con sus dos hijos para los Estados Unidos de América.

Luchando siguió desde allá por la libertad de su país, y a menudo repetía la frase, de su esposo la víspera de su ejecución fatal.

-"Y ese pueblo ¿qué hace?"

No tuvo la suerte de saber jamás cual fue al cabo el destino de Cuba, a los cuarenta y ocho años de edad falleció en Nueva York el día 25 de Diciembre de 1868.

Apenas iniciada la gesta de los diez años dejó de existir aquella heroína magnífica de mediados del siglo pasado, aquella que al despedirse de su compañero iluminado por el ideal, le dijera en la mañana del 4 de Julio de 1851.

-"Ve, cumple con tu deber, y que cuando vuelva a abrazarte seas un hombre libre."”



POR: GUIJE CUBA

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