jueves, 28 de octubre de 2010
HOY EN EL CALENDARIO CUBANO, 29 DE OCTUBRE
En los campos de Cuba
• Santos católicos que celebran su día el 29 de Octubre:
- En el Almanaque Cubano de 1921:
Santos Narciso, obispo y Zenobio, mártires y Santa Eusebia, virgen y mártir
- En el Almanaque Campesino de 1946:
Santos Narciso, obispo y Zenobio, mártires y Santa Eusebia, virgen y mártir
• Natalicios cubanos:
Hernández Echerri, Fernando: -Nació en Trinidad el 29 de octubre de 1823 y falleció (fusilado) el 18 de agosto de 1851. Poeta, escritor y patriota. Estuvo de profesor en el colegio El Salvador de Luz y Caballero. Es uno de los primeros libertadores que conspiró y se alzó con Armenteros cayendo prisionero y siendo condenado o muerte que aceptó con una entereza de alma que admira y cautiva.
El 29 de Octubre en la Historia de Cuba
• 1897 -
- Constituciones de Jimaguayú y de La Yaya.
Emeterio S. Santovenia en “Un Día Como Hoy” de la Editorial Trópico, 1946, páginas 611-612 nos describe los acontecimientos del 29 de Octubre de 1897 en la Historia de Cuba:
“Por el artículo veinticuatro de la constitución de la República firmada en Jimaguayú el 16 de septiembre de 1895, se estatuyó que la misma regiría hasta transcurridos dos años, si antes no terminaba la guerra contra España, y que al cabo de aquel plazo se convocaría la Asamblea de Representantes, con el triple fin de modificar el código fundamental, elegir nuevo Consejo de Gobierno y determinar sobre la conducta del saliente. La previsión estuvo acertada. Los convencionales de Jimaguayú no quisieron crear instituciones para mientras se mantuviese la contienda, pues, nutriéndose de continuo la Revolución con elementos valiosos, justo había de ser que más adelante todos, en cuerpo deliberativo que los representase, discurrieran alrededor de la principal de las leyes del Estado.
“El precepto ideado por los hombres de Jimaguayú se cumplió fielmente. Camagüey, gloriosa cuna del derecho constitucional de Cuba, vio de nuevo reunidos a los patriotas encargados de la reforma de la carta fundamental. En La Yaya celebró sus sesiones la nueva Asamblea Constituyente. Todos sus miembros, representantes genuinos del pueblo cubano, tuvieron especial cuidado en ratificar el propósito firme e inquebrantable de obtener la independencia absoluta e inmediata de la Isla para afirmar en ella una república democrática. La declaración, necesaria y oportuna, era el lazo de unión de los constituyentes de Jimaguayú y de La Yaya. El ideal sumo de los libertadores seguía mantenido con entereza y dignidad.
“Los componentes de la Asamblea de La Yaya, en su mayoría, no habían figurado en la de Jimaguayú. Presidente, vicepresidente y secretarios de la Asamblea de La Yaya fueron, respectivamente, Domingo Méndez Capote, José Lacret Morlot, Carlos Manuel de Céspedes y Aurelio Hevia. Integraron con estos el cuerpo deliberativo ciudadanos de no menor prestigio: Cosme de la Torriente, José Fernández Rondán, Tomás Padró Griñán, José Fernández de Castro, Lope Recio Loynaz, Manuel Rodríguez Fuentes, Manuel Ramón Silva, Nicolás Alberdi, Salvador Cisneros y Betancourt, Lucas Alvarez Cerice, Manuel Despaigne, Pedro Mendoza Guerra, Andrés Moreno de la Torre, Fernando Freyre de Andrade, Ernesto Fonts Sterling, Manuel F. Alfonso, José B. Alemán y Enrique Collazo.
“La constitución firmada en La Yaya el 29 de octubre de 1897 fue elaborada con más detenimiento que las de Guáimaro y Jimaguayú, que la precedieron cronológicamente. En los cuarenta y ocho artículos que la formaron, algunos de ellos con numerosos incisos, procuraron los convencionales dejar bien organizada la marcha del Estado. Después de definir el territorio y la ciudadanía y de consagrar los derechos individuales y políticos, se ocuparon en determinar las funciones de los rectores de la República. Como la constitución de Jimaguayú, la dé La Yaya estatuyó que el Consejo de Gobierno -en el que seguiría residiendo el Poder Ejecutivo, con la facultad de dictar leyes y demás disposiciones de carácter general- estuviese compuesto de un presidente, un vicepresidente y cuatro secretarios de Estado para el despacho de los asuntos de guerra, hacienda, exterior e interior. La Constitución fijó también el papel que tocaba desempeñar a la Asamblea de Representantes, consistente en reunirse a lo sumo dos años después, componer otro código político o modificar el acordado, censurar la gestión del Consejo de Gobierno, proveer a las necesidades fundamentales de la República y ratificar el tratado de paz con España.”
• 1895 -
- La Invasión Libertadora en Oriente: Avanza de Pestán (distrito de Holguín) a Tranqueras (Holguín), en total 7 leguas recorridas.
Comandante Miranda y de la Rúa
Carteles
11 de Mayo de 1952
Tratamos de reproducir el artículo “El Comandante Luis Rodolfo Miranda y de la Rúa” por Enrique Guiral Moreno lo más fiel posible a como aparece en la revista Carteles, edición que circuló el 11 de Mayo de 1952. Hacemos arreglos mínimos para actualizar la acentuación ortográfica.
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“El Comandante Luis Rodolfo Miranda y de la Rúa”
“Por Enrique Guiral Moreno”
“Un hombre bueno, un amigo, un patriota excelso, un funcionario de la República que la dignificó en todo momento nos ha dicho adiós definitivamente. Nos referimos al comandante del Ejercito Libertador Luis Rodolfo Miranda, fallecido el día 2 de los corrientes.
“La infausta noticia nos ha dejado sumidos en profunda y sincera pena, pues nos unían a el, desde hace muchos años, vínculos de muy estrecha y cordial amistad, además de admirar sus múltiples virtudes y su heroísmo, de todos bien conocido, cuando peleó en la manigua en edad temprana, cuando era casi un adolescente, ganando palmo a palmo por sus acciones, los ascensos en grados hasta el de comandante que con tanto orgullo ostentaba. Es memorable su épica actuación como mambí y su decisión, más que valerosa, temeraria en la toma del famoso fortín español, Gonfau, de llegar a el bajo el fuego cerrado de sus defensores, y, con inaudito desprecio de la vida, trepar hasta la cima y plantar allí la insignia gloriosa de nuestras libertades. Asimismo fue el que tremolaba la primera bandera cubana que paseó por las calles de Bayamo.
“Paladín esforzado de nuestra Guerra de Independencia de 1895, la patria amada fue su constante obsesión.
“Nos deja el comandante Miranda, como un acervo para nuestra historia revolucionaria, múltiples libros, folletos, publicaciones y discursos de positivo valor y, todos ellos, de índole patriótica. Son de recordarse entre otros: Reminiscencias Cubanas (De la Guerra y de la Paz) ; Temas Cubanos, La República de Cuba, Brúcelas, 1926; La Fiesta de la Raza (Discursos) ; Discurso del ministro de Cuba en Brúcelas en el V aniversario de la Cámara de Comercio belgolatinoamericano, Brúcelas 1929; Martí, La Habana, 1935; Por la Confraternidad Cubana, La Habana, 1935; Expedición del Dauntless, La Habana, 1931; Calixto García, La Habana, 1937; En aras de Cuba, .La Habana, 1939; Con Maceo y con Calixto García, los Lugartenientes, etc.
“Elegido presidente del Décimo Congreso Nacional de Historia que habrá de efectuarse durante el corriente año, el Congreso deplorará profundamente el no poder verse honrado ya con la presencia de tan insigne compatriota.
“En la paz, los servicios prestados a la nación por el comandante Luis Rodolfo Miranda fueron siempre distinguidos y muy señalados. Vinculado desde muy antiguo al sector diplomático, ostentaba al fallecer el cargo de Enviado Extraordinario y ministro Plenipotenciario de la República. Ocupó varias veces la subsecretaría de Estado, y anteriormente representó a la República como ministro plenipotenciario en Colombia, en Lisboa y en Brúcelas. Por su caballerosidad y hombría de bien supo captarse la sincera estimación de todos sus compañeros y subalternos en el Ministerio de Estado.
“Fue delegado del Gobierno en las Conferencias azucareras de Brúcelas y en otros Congresos y Conferencias internacionales.
“Siempre imbuido en su afán patriótico de dar a conocer y divulgar cuanto se refiriera al honor y merecimiento de los grandes patriotas cubanos, creó y presidió la Unión Calixto García, e igualmente la Agrupación Pro Enseñanza de Hechos Históricos, instituciones patrióticas y culturales a las cuales dedicó sus mayores esfuerzos, habiendo instituido esta última desde hace siete años, un premio especial consistente en una medalla de oro, un diploma y cien pesos en efectivo -que en algún caso abonó el comandante Miranda de su propio peculio- para ser adjudicado al mejor trabajo presentado en cada uno de los Congresos Nacionales de Historia celebrados anualmente desde 1943.
“Fue el comandante Miranda discípulo de Estrada Palma en su colegio del Central Valley, amigo íntimo del Apóstol Martí y colaborador del periódico Patria, órgano oficial del Partido Revolucionario Cubano, en New York, y, asimismo, de El Porvenir y Cuba y América, que se publicaban en aquella ciudad. También colaboró en numerosos periódicos de La Habana, entre ellos La Discusión, Diario de la Marina, El Mundo, El País, y otros.
“La muerte del comandante Miranda afecta hondamente a la sociedad cubana, donde se le estimaba de manera singular por su hombría de bien y su afabilidad cordialísima. Su preclara figura de patriota y revolucionario deja un vacío difícil de llenar en los círculos veteranistas, pues fue entre ellos una de las más distinguidas figuras y un esforzado defensor de sus intereses y prestigios.
“La muerte del comandante Miranda marca una fecha de luto para la patria, que pierde en él a uno de sus hijos más ilustres y uno de sus mejores ciudadanos.”
POR: GUIJE CUBA
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