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Por Andrea Nomecallo
Barquisimeto, Venezuela, 22 de noviembre de 2010, (PD) Es costumbre en el Presidente Hugo Chávez emprender giras por el mundo cuando la situación política en Venezuela le es adversa. Así actuó tras la derrota sufrida en los comicios parlamentarios del 26-S (26 de septiembre de 2010).
El viajero feliz marchó otra vez con su maletica de petrodólares a Europa, Asia y África, pero ahora fue más allá de buscar aliados o dejarse ver como el rey rico y dadivoso que va por el mundo repartiendo riquezas.
Comenzó su gira en Rusia, donde firmó una serie de acuerdos que van desde compra de tanques y misiles hasta un contrato para la construcción de un reactor nuclear en Venezuela por parte de los rusos. Decisión tan importante la tomó hasta donde sabemos de manera unilateral, sin ningún tipo de consulta con los poderes públicos venezolanos, sin siquiera tener un marco legal para el territorio nacional que proteja y marque las reglas de cómo será usada la energía nuclear.
Chávez sabe que el tema nuclear fue y es polémico. Más hoy, cuando la República Islámica de Irán insiste en el desarrollo del programa nuclear (que alega pacífico), que fue sancionado en tres oportunidades por la ONU a través de resoluciones del Consejo de Seguridad. La respuesta del Presidente Ahmadinejad, es desafiar a la comunidad internacional y es clara su determinación sobre el derecho de Irán a desarrollar ese programa.
Como Irán tiene éxito en su política estridente, Chávez comienza a imitarlo en el desafío y proyecta, a un sin bases ciertas programa nuclear venezolano. Lo hace porque es una política de bajo costo económico y político relativo. Genera mucho éxito mediático, presencia internacional y lo presenta como un líder del mundo en desarrollo y paradigma de los principios sagrados de la soberanía y la autodeterminación de los pueblos.
Hoy existen en líneas generales tres tipos de Estados nacionales, protagonistas de la geopolítica. Primero los Estados conservadores, que quieren mantener la seguridad, como EEUU, Unión Europea, Canadá, Japón y Australia. Luego están los estados emergentes, sin interés en destruir el status quo, sino en mantener una mejor posición dentro de él. Ahí tenemos a los Estados BRIC (Brasil, Rusia, India y China) y otros estados del continente como Chile, Argentina y México. Al final encontramos los estados revolucionarios, con muy poco peso internacional, pero con la intención de subvertir el orden actual, para imponer, desde sus esquinas, las reglas del juego a la comunidad internacional. Son lo casos entre otros de Irán, Corea del Norte y Venezuela.
Las grandes potencias cuando se hacen revolucionarias inician guerras. Las pequeñas, que se hacen llamar revolucionarias, como Irán o Venezuela, apelan a generar el caos y utilizan los medios de comunicación para obtener notoriedad, al utilizar palabras polémicas como armamento nuclear, baterías antiaéreas, misiles, etc.
Chávez con su actuación quiere mostrar al mundo un poder tan desproporcionado como irreal. Quiere que lo consideren un jugador de “grandes ligas” de la geopolítica mundial, y a falta de poder real, enturbiar las relaciones internacionales.
En la práctica-retórica chavista hay otros temas a tener en consideración por su importancia como la compra de misiles antiaéreos S-300, de alto impacto, alcance y movilidad. Misiles que Rusia se negó a suministrar a Irán el pasado 22 de septiembre, vía decreto, tras las sanciones impuestas por el Consejo de Seguridad de la ONU, anunciando también compensación económica por ello a Teherán
Por los lazos entre Chávez y Ahmadinejad, y que el primero calificó durante la gira como "sagrados", no es difícil para nosotros los venezolanos ni a la comunidad internacional, preocuparnos por el destino final de esos misiles. Más aún si recordamos que en Venezuela ya no existen radares del mundo occidental, y sin ellos no se puede supervisar la actividad de esos misiles. Eso nos trae la inquietud de una posible venta triangular donde Venezuela traslade tecnología rusa a Irán en violación de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU
En América Latina existe el precedente del presidente Saúl Menen, acusado por fiscales argentinos de ser jefe de una asociación ilícita destinada a la triangulación ilegal de armamento para la antigua Yugoslavia, en específico para las tropas serbias de Milosevic.
Sería irresponsable si Chávez tuviese en mente proporcionar a Irán esos misiles. Venezuela se mantiene dentro de la legalidad internacional y desde el derecho internacional, se comporta dentro de esos cánones, por lo que sería totalmente irresponsable ubicar a Venezuela fuera de esa legalidad. Una acción de mercado triangular de misiles a Irán involucraría a Venezuela en un proyecto o conflicto que nada tiene que ver con el país suramericano.
Analistas políticos consideran que Chávez estira la soga y juega irresponsablemente a líder duro mundial. Supuestamente goza de cierta protección jurídica internacional por ser un estado petrolero, productor y exportador de recursos naturales, tan apreciados por el sistema económico mundial. Como en la acertada maldición del venezolano Juan Pablo Pérez Alfonso, uno de los fundadores de la OPEP, quien llamó a esos recursos naturales que sirven para desestructura las relaciones entre los países como "El excremento del diablo".
amdreanomecallo@yahoo.es
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