sábado, 13 de noviembre de 2010

HOY EN EL CALENDARIO CUBANO, 14 DE NOVIEMBRE


En un restaurante en La Habana
Recetas y Secretos de la Cocina Cubana


• Santos católicos que celebran su día el 14 de noviembre:

- En el Almanaque Cubano de 1921:

Santos Serapio y Filomeno, mártires y Santa Veneranda, virgen y mártir

- En el Almanaque Campesino de 1946:

Santos Josafat, obispo y mártir Serapio y Filomeno, mártires y Santa Veneranda, virgen y mártir



• Natalicios cubanos:

Ruiz y Gómez, Julián Modesto: -Nació en Aguacate el 14 de noviembre de 1892. Abogado, Doctor en Derecho Civil y en Derecho Público. Profesor titular de Derecho Administrativo de la Universidad de La Habana. Vicepresidente de la Comisión Atlética Universitaria. Publicó: “Principios generales de Derecho Administrativo”, “El Personal de la Administración Pública” y diversos folletos. En 1936 fue Director General de Consultoría de la Secretaría de Hacienda y en 1939, miembro del Tribunal Superior Electoral. Miembro de la Comisión Jurídica Asesora, durante el Gobierno del Dr. Grau San Martín.



El 14 de noviembre en la Historia de Cuba

• 1896 -

- Weyler en Pinar del Río.

Emeterio S. Santovenia en “Un Día Como Hoy” de la Editorial Trópico, 1946, páginas 643-644 nos describe los acontecimientos del 14 de noviembre de 1896 en la Historia de Cuba:

“La forma en que se produjo el fracaso de Weyler en Vuelta Abajo precipitó todos los acontecimientos con su columna famosa relacionados. En pocos días, en horas, por mejor decir, los designios del Capitán General rodaron por tierra. Más pronto de lo que hubiera podido calcularse se consideró la empinada autoridad colonial vencida en sus planes acerca de la campaña en Pinar del Río. Los golpes dados por el Lugarteniente General del Ejército Libertador lo habían desconcertado por completo. La suerte favoreció a los cubanos en aquellas horas difíciles y excepcionales.

“En tanto Weyler se dirigía a Candelaria, para tomar el ferrocarril, sus principales subalternos consumaron las maniobras postreras de su columna en Pinar del Río. El 14 de noviembre de 1896 fue día de conjunciones y esfuerzos para los españoles. En las inmediaciones de Río Hondo se hallaron entonces Bernal, González Muñoz y Suárez Inclán, jefes de otras tantas unidades al mando supremo de Weyler. Acaso animados de más amor propio que el Capitán General, combatieron con no escaso empeño al tiempo en que aquél se daba prisa en llegar al camino de hierro y dirigirse a La Habana.

“En San Blas, El Brujo y El Brujito las armas de cubanos y españoles chocaron bravamente. Los soldados de Bernal, Suárez Inclán y González Muñoz se hallaron frente a las secciones insurrectas mandadas por Vidal Ducasse, Pedro Ibonet, Francisco Peraza y Pedro Sáenz. Y no fue sólo el 14 de noviembre cuando tales choques ocurrieron. Aun en los días 16, 17 y 18 la fusilería dejó sentir sus estruendos por allá, a manera de eco de las mentidas proezas de Weyler. Por fin, invictos los libertadores, la columna del Capitán General llegó a su desorganización, tomando cada uno de sus lugartenientes por distinto rumbo. La hora adversa sonó con inusitada precipitación para los defensores del régimen colonial.

“Las maniobras finales de la columna de Weyler en Vuelta Abajo evidenciaron la arrogancia y el valor de los libertadores. La campaña fue desastrosa para las armas españolas. Por cincuenta y seis bajas experimentadas en las filas cubanas, ellas sufrieron más de cuatrocientas. En operaciones complicadas, con una desigualdad numérica extraordinaria, el general Antonio Maceo enseñó al general Valeriano Weyler cómo era cierto que estaban basados en cálculos imaginarios sus proyectos de aniquilar en Pinar del Río a los servidores de la independencia de Cuba.”

• 1895 -

- La Invasión Libertadora en Camagüey: Avanza de Yaya a La Matilde, en total 3 leguas recorridas.




Mercedes Mora
en Patriotas Cubanas
por la Dra. Vicentina Elsa Rodríguez de Cuesta


Mercedes Mora, fue hija de la legendaria provincia camagüeyana.

De belleza extraordinaria, unió sus destinos siendo muy joven, a los de Melchor Loret de Mola, casándose su hermana Juana con el hermano de su esposo nombrado Alejandro Loret de Mola.

Aquellas dos parejas unidos por doble parentesco, se dieron por entero a la causa de la Revolución.

Las hermanas Mora, cuyos esposos fueron de los primeros en la guerra de Yara, intentaron salir de Camagüey en compañía de sus hijos, abandonando comodidades y riquezas y optando por el peligro y la miseria por obtener la Libertad; pero fueron delatadas y hechas prisioneras, internándolos en el viejo convento de las Mercedes, de donde salieron por las influencias puestas en juego por sus amigos y familiares.

Tan pronto como se vieron en libertad intentaron de nuevo la salida, teniendo esta vez, éxito completo.

Mercedes llevó consigo a sus pequeños hijos Alberto, Adriana, Melchor y Manuel; pero dejaba en Camagüey a la autora de sus días y al penúltimo de sus retoños.

La muerte en el combate del Coronel Alejandro Loret de Mola, esposo de Juana, desorganizó un poco el distrito de Caonao y los españoles aprovecharon -según el decir del Dr. Matías Duque- uno de sus mejores biógrafos, “para registrar los montes y hacer prisioneras a muchas familias”.

Las hermanas Mora emprendieron una horrible peregrinación y anduvieron por fincas y montes, seguidas por sus antiguos esclavos, que convertidos en amigos leales, las ayudaban a conducir a sus hijos, descalzos y sin comida casi, haciendo más horrible la tristeza de las hermanas Mora. Acamparon en los montes de Lázaro, el día 6 de Enero de 1871, siendo asaltado su mísero bohío por las tropas españolas. A media noche recibieron la orden de abrir, y como se demoraron un poco en hacerlo, sus perseguidores echaron abajo los débiles tabiques de yagua que cubrían la entrada del bohío.

Aquellas mujeres y niños, con unos cuantos esclavos, vivían sin auxilios de hombres, porque los suyos combatían en las líneas de fuego, y no pudieron defenderse de aquella tropa. Mercedes, valerosa, preguntó con voz entera: ¿Qué queréis? A lo que contestaron: Las prendas y el dinero. -Aquí están. -Eso es poco; queremos más. -No tenemos más que dar. El jefe entonces dispuso el registro y sujetó por el hombro a Mercedes. Su hijo mayor, Alberto, de 14 años, se arrojó sobre aquel atrevido que puso la mano sobre su santa madre, y fue muerto en el acto de un tremendo machetazo en la cabeza. Mercedes Mora, con rugido de leona increpó a sus perseguidores, y recibió inmediatamente un tremendo tajo de machete que la privó de la vida.

Aquella escena avivó los malos instintos de los asaltantes y empezó rápido el saqueo del bohío, matando a un niño hijo de Mercedes que empezaba a hablar.

En la búsqueda del dinero y de las prendas el bohío fue incendiado propagándose enseguida el fuego, que destruyó la vida del resto de la familia de Mercedes; sólo escapó de aquel incendio un niño que, herido y loco por el terror, pudo salvarse para que fuera testigo ante el mundo de aquel crimen, de aquel horror.

El esposo de Mercedes al encontrar las ruinas de su hogar y los cadáveres carbonizados de su amada familia, cayó desplomado y murió días después.

Aquel niño salvado, hijo de Mercedes Mora, se llamó Melchor. El milagro le siguió protegiendo a pesar de las furias de aquella época, y fue de los primeros que en 1895, acudieron al campo de batalla, combatiendo con todo el ardor de un patriota y de un ofendido, alcanzando al lado de Máximo Gómez, el grado de Coronel”.

Hasta aquí la histórica biografía de Mercedes Mora de Loret de Mola, de su desventurada existencia y la de sus familiares más cercanos; no hay nadie que al leer estas líneas tomadas de su más esclarecido biografista, no pueda por menos que exclamar: ¡Esa mujer, más que heroína, fue una mártir de la redención cubana!




POR: GUIJE CUBA

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