
Por: Eduardo E. Rodríguez
En una gestion a las oficinas gubernamentales de Arecibo entable una conversación con un caballero que me expresó que había estado en Cuba y que le facinó las playas. le expliqué que tenía una página de web sobre Cuba y que me dedicaba a promover la causa de la disidencia, causa que había tomado como propia. Que habían opositores que me escribían directamente desde la isla describiendo la represión a la que les sometía la seguridad del estado a diario. Pues seguí contando de lo que sabía y de la cantidad de información cuantiosa que había acumulado sobre la persecusión y trajedia cubana. Creyendo que el señor tomaría una postura compasiva seguí, cuando terminé de describir todo entonces comenzó él a expresarme su sentir, por lo cual me quedé atónito. Su sentir sobre la situación era de que los cubanos que venían a Puerto Rico eran unos vagos y que Cuba debiera mantenerse como está. Con una sonrisa un poco sarcástico, de parte de él, me di de cuenta de que no valía la pena seguir conversando con un individuo que no demostraba ningún sentido de humanidad por su prójimo.
Lamentablemente éste sentido de maldad abunda mucho en el mundo en que vivimos y, aparenta ir en aumento. Tomemos el ejemplo de personas muy reconocidos como Danny Clover, Michael Moore ó Sean Penn, quienes tienen una facinación por lo perverso. Todo lo que destruye, aruina y degrada al hombre para ellos es lo esencial para el desarrollo de una sociedad. Si éstas personas fueran extremadamente pobres pues uno podía concluir de que estaban confundidos ó simplemente no compredían lo que estaba pasando en el mundo. Pero cuando uno observa de que son millonarios y de que están bastante versados en cuanto a lo que en realidad es el comunismo y, de que rehusan reconocer que las víctimas son los opositores pacíficos dentro de la isla, uno no puede más que aterrorizarse con la actitudes de éstos individuos que no se compadecen, en absoluto, por el sufrimiento humano. Para ellos el socialismo es lo ideal para todos, menos para ellos y sus seres queridos, hasta ahí llega lo essencial y pulcro de una ideología fracasado.
Danny Clover, Olga Tañon, Juanes, Bossé, Danny Rivera y muchísimos otros artistas y figuras públicas respaldan la liberación de los cinco espías cubanos, agentes castristas que fueron causante de la muerte de los hermanos al rescate. Sin embargo si se les pide firmas para la liberación de los prisioneros políticos que quedan preso, como el caso de Oscar Elías Biscet, rehusan tanjantemente participar de la excarcelación de personas que fueron preso por ejercer sus derechos a la libre expresión.
Para éste grupo de personas todo lo contrario es lo que debe regir la humanidad y lo justo ser desechado como un principio de toda moralidad.
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