viernes, 10 de diciembre de 2010
Nobel de la Paz a una silla vacía
Liu Xiaobo.
(Radio Martí, 11/12/10) - El disidente chino Liu Xiaobo escribió en su discurso de aceptación, en ausencia, del Premio Nobel de la Paz 2010, que no hay fuerza que pueda poner fin a la búsqueda humana de libertad.
Una silla vacía en la ceremonia realizada hoy en Oslo simbolizó el encarcelamiento de Liu, sentenciado en China a 11 años de prisión por "subversión contra el estado".
En el discurso leído por la actriz noruega Liv Ullman, Liu señaló que si China no es capaz de armonizar su economía social de mercado con plenos derechos civiles, podrían desatarse crisis en el país con consecuencias para todo el mundo.
"Ninguna fuerza podrá frenar la búsqueda de la libertad y China se convertirá al fin y al cabo en una nación regida por la ley, donde los derechos humanos reinen por encima de todo", leyó Ullmann. "Espero ser la última víctima de la interminable inquisición literaria en China y que en adelante ya nadie sea acusado por sus palabras", agregó.
Por su parte, la prensa estatal china intensificó este viernes su retórica contra el Comité del Nobel en Noruega, pocas horas antes de la ceremonia en que se premió el disidente Lui Xiaobo, encarcelado en China.
El periódico oficialista de Pekín Global Times comparó la ceremonia del Nobel con un ritual de culto y dijo que el evento es una farsa.
China ejerció una fuerte presión para boicotear la ceremonia de Oslo y al menos 14 países declinaron las invitaciones para asistir, entre ellos Cuba, Irán, Rusia y Venezuela.
Familiares y amigos de Liu han sido detenidos o su libertad de movimiento ha sido restringido. Intelectuales, profesores, activistas y artistas no han podido salir del país, porque China teme que asistan a la ceremonia del viernes en Oslo, capital de Noruega.
Y la internet está siendo silenciada. El gobierno chino bloqueó el acceso a páginas de medios internacionales, como CNN y BBC, y los medios nacionales evitan la noticia lo más posible.
Pero todas esas medidas generaron interés y protestas. Grupos civilistas como Amnistía Internacional y Human Rights Watch han deplorado la censura y represión en China y exigen la liberación de Liu, considerado un prisionero de conciencia.
Activistas prodemocráticos se acercaron el jueves a la embajada china en Oslo para exigir la excarcelación de Liu, quien cumple una condena de 11 años en una aislada prisión en la región norte de China.
Al grito de "¡Libertad para Liu! ¡Libertad para China!", unos 100 manifestantes intentaron en vano entregar una petición con más de 100.000 firmas antes que la policía los alejara de la embajada del gigante asiático.
La protesta fue realizada en la víspera de la ceremonia de entrega de los Nobel, en la que el activista de 54 años será representado por un sillón vacío.
Es la primera vez que el Nobel de la Paz no es entregado al galardonado o su familia desde 1936, cuando Adolfo Hitler impidió al pacifista alemán Carl von Ossietzky recibirlo.
Con toda esta atención mundial, Liu se ha convertido en un héroe entre los activistas de los derechos humanos, y las autoridades chinas sometieron a sus seguidores, incluyendo su esposa Liu Xia, al arresto domiciliario.
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