viernes, 7 de enero de 2011

LA IGLESIA CATÓLICA ¿ALIADA DE QUIÉN?




(1-8-11)


Por Enrique Artalejo



La iglesia no se mete en política. Esto se repite por muchos y casi siempre en situaciones muy especiales o comprometedoras. Pero veamos si esta aseveración es correcta.

La misión fundamental de la iglesia es velar por sus feligreses su espiritualidad y su fe. Esto es correcto.

¿Pero es todo lo que la iglesia hace, dice o representa?

El Vaticano es un Estado, o sea el dueños del negocio llamado Iglesia Católica Apostólica y Romana. Como casi todos los Estados, tiene un cabeza más visible, en este caso el Papa y tiene como es lógico embajadores en todos los países, con los que mantiene relaciones diplomáticas. Las Arquidiócesis son los Consulados, situados en las ciudades importantes donde los negocios lo ameritan, y a través de ellos administran los diferentes negocios. Las plantas físicas (iglesias), Escuelas, Universidades, Hospitales, Emisoras de Radio, Revistas, Periódicos. Souvenir etc.

Separemos claramente lo que es la religión, o sea la fe de cada cuál, de lo que es el negocio y sus administradores.

La iglesia católica es un negocio más, como lo son todas las demás iglesias con sus diferentes denominaciones y creencias y hay seres humanos buenos y malos en todas ellas.

Como comerciantes vigilan el negocio y el negocio nada tiene que ver con la nacionalidad, raza, religión o fe.

Soy cristiano porque creo en Dios, que está en todas partes y no necesito intermediarios para hablar con él. Pero como comerciante casi toda mi vida, también conozco un poco del negocio de las iglesias y los entiendo.

La última noticia que he leído en Nuevo Acción se refiere a lo ocurrido en “Radio Paz”. La descubanización del medio radial. No es casualidad.

Las iglesias, como todo negocio, hacen cambios según las circunstancias.

La composición de los cubanos residentes en el sur de la Florida, así como el nutrido grupo de latinoamericanos que se han incorporado al “melting pot latino”, para nada les interesa el tema político cubano.

Si a la mayoría de los cubanos recién llegados, solo les interesa “resolver” y viajar a Cuba lo antes posible y llevarle al tirano lo más que puedan. ¿Qué les puede interesar al resto de los latinoamericanos las noticias de Cuba?

Pero esta situación, con respecto a la Iglesia Católica, no es nueva. Ya se les olvidó cuando el Papa Juan Pablo II visitó Miami, y entre sus presentaciones excluyó muy convenientemente una visita a la Ermita de la Caridad. Su visita hubiese sido un “inconveniente” a su presentación más tarde en la “Plaza de la Robolución” y su reunión familiar con el tirano y su familia.

Fidel Castro se robó desde el principio de su Robolución todos los negocios, y no solo a los cubanos sino a los extranjeros también, y entre ellos por supuesto el de las iglesias y la católica no fue una excepción. El negocio no se mezcla con la fe, y el Papa quería rescatar “espacios” para evangelizar. Y así trató de hacerlo.

¿No hemos visto al máximo jerarca de la iglesia católica en Cuba, el Cardenal Ortega Alamino, convertirse en el Embajador de Cuba ante la Administración Obama-Clinton; para negociar la salida de los presos políticos cubanos hacia España y “aliviar” a la tiranía de la presión internacional, por la muerte de Orlando Zapata Tamayo?

Aún me pregunto ¿Qué pinta Washington en la salida hacia España de los presos liberados?

Pero volviendo al Sur de la Florida.

El nombramiento del muy “liberal” Wenski como Arzobispo, su visita a Cuba, y lo ocurrido en Radio Paz, no es más que un giro en el negocio para adaptarlo a los tiempos.

Miami se sigue nutriendo de los “Hombres Nuevos de Castro” que no les interesan las noticias, tal vez los chismes, aplaudir a sus cantantes favoritos, los únicos que han conocido por años, y la apertura.

El exilio histórico cubano y cristiano, el que puso en el mapa a la iglesia católica en el sur de la Florida, ha ido desapareciendo por el paso de los años, y con la “privatización” de algunos negocios en Cuba y la “participación” del Cardenal Ortega en los últimos “acuerdos” el negocio indica la posibilidad de rescatar mucho (terre$$$no) perdido en Cuba y como es lógico hay que dar pasos calculados.

Señores negocio es negocio y aunque sea el de la fe, hay que velar por su futuro.

¿Qué si la movida es moral? Bueno. La moral, la fe y los negocios si los mezclas… se convierten en iglesias.

Si te casas, tienes cinco hijos y los abandonas incluyendo a la madre, pero te habías casado por la iglesia tal. Comienza fresquito por otra iglesia, con la misma pompa y recibe de nuevo la bendición.

Con el negocio no se juega, si tienen alguna duda, pregúntenselo al Padre Alberto.


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