martes, 25 de enero de 2011

Punto de Encuentro y Confluencia entre las Culturas de Occidente



Mensaje del Gobernador de Puerto Rico

LUIS G. FORTUÑO
Aula Paraninfo, Palacio de Santa Cruz
Universidad de Valladolid
26 de enero de 2011

Muchísimas gracias y muy buenas tardes a todos.

Hoy, en Santervás de Campos, hemos celebrado un acto de sencilla belleza yextraordinaria importancia y significado para todo el Pueblo de Puerto Rico.

Hasta esa comarca de Valladolid, cuna de Juan Ponce de León, primerGobernador de Puerto Rico, nos hemos trasladado hoy para rendirle tributo yreconocer su gesta en el marco de la conmemoración del *V Centenario de laGobernación de Puerto Rico*.

Soldado en Granada, Capitán de la Española, conquistador y Gobernador deSan Juan de Borinquen, descubridor y primer adelantado de la Florida; mílitevaleroso, diestro caudillo, vasallo leal, probo administrador, padreamantísimo y colono laborioso y consecuente… de cuyo linaje Hidalgo fueronlimpia ejecutoria sus bizarros hechos…. Así reza la lápida bajo la cualdescansan sus restos en la Catedral de San Juan.

Hoy en Santervás, por generosísima iniciativa de su alcalde, D. SantiagoBaeza, hemos develado en la tierra que le vio nacer la efigie de esteinsigne vallisoletano quien, por sobre todos los otros, merece el título defundador de la familia y sociedad puertorriqueñas.

Como Gobernador de Puerto Rico humilde eslabón contemporáneo de una cadenaininterrumpida a través de cinco siglos de historia de lo que es sin duda lainstitución de gobierno más importante en nuestra isla y a nombre de todoel Pueblo de Puerto Rico, agradezco a Santervás, a Valladolid y a España porel regalo que nos hicieron hoy en conmemoración del que nos hicieran hacequinientos años.

Inspirado por esta conmemoración de tan emotiva resonancia para todosnosotros, agradezco la oportunidad que me brindan esta tarde de compartircon ustedes una breve reflexión sobre Puerto Rico como frontera y por lotanto, punto de encuentro y confluencia entre las dos grandes culturas deOccidente.

Estamos tan acostumbrados al hecho histórico que fue Juan Ponce de León, quepocas veces reflexionamos sobre el significado que tiene el hecho de que elprimer gobernador de Puerto Rico nació en una comarca de Valladolid quequeda a miles de kilómetros de San Juan.

Nuestro Secretario de Estado, Kenneth McClintock Hernández quien nació enLondres, aunque no por ello adquirió la ciudadanía británica aprovecha esehecho a menudo para argumentar, ante las miradas perplejas de su audiencia,que fue un puertorriqueño quien descubrió y colonizó el estado de laFlorida.

Kenneth plantea que si el hecho de haber nacido en Londres no le descalificaa él como puertorriqueño, ¿por qué habría de descalificar a Juan Ponce DeLeón como puertorriqueño el hecho de haber nacido en España?

La humorística ocurrencia nos ayuda a comprender que vivimos en un mundo enel que quiénes somos ya no está definido por el lugar en que nacemos o elidioma que hablamos.

Puerto Rico

Hace unos años, siendo miembro del Congreso de los Estados Unidos, lagerencia del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria me pidió que, junto a otros 150puertorriqueños, describiera cómo concebía la esencia de Puerto Rico en unlibro de título homónimo que el Grupo BBVA publicó en ocasión de celebrarse150 años de su fundación.

Escribí entonces que las manifestaciones de nuestra esencia como pueblo seasemejan a las piezas de un mosaico. Aunque cada pieza que lo compone poseebelleza y luminosidad, el mosaico no puede ser entendido observando sólo unade sus piezas. Asimismo, aunque cada manifestación de nuestra esencia esimportante y única, Puerto Rico no puede ser entendido a través de sólo unade sus manifestaciones.

Puerto Rico es una obra en progreso en la cual la riqueza de nuestrahistoria no define nuestro destino, la firmeza de nuestras raíces no nos ataal pasado y la reafirmación de nuestra hispanidad va de la mano con nuestraparticipación en una nación que cada día hace mayor despliegue de suvocación multicultural.

Nuestro espíritu no es raza, no es entorno geográfico, no es lengua, ni esmúsica, pero se expresa y manifiesta a través de ellos. Y ese espíritu, quetrasciende las señas y manifestaciones de nuestra identidad, nos une, nosacerca, y nos hermana a la América hispana al mismo tiempo que enriquece consu aportación a la nación de la cual somos ciudadanos.

Y así aportamos al quehacer de los Estados Unidos de América en laconfianza y seguridad de que las manifestaciones de lo que nos distinguecomo pueblo no son la negación de lo que nos une como ciudadanos.

Pero ante todo, nuestra esencia se manifiesta a través del afán por elconocimiento, la constante búsqueda de mayores y más altos logroscolectivos, la fe en nosotros mismos, el orgullo por lo que somos, lacompasión por nuestros semejantes, el rechazo a la injusticia, y lafidelidad a los más altos valores humanos.

Y es así como yo concibo la esencia de Puerto Rico.

Puerto Rico es una comunidad de más de 8 millones de ciudadanos americanos,la mitad de los cuales reside en la Isla, mientras que la otra mitad vive endiversos estados de la Unión. Un pueblo profundamente orgulloso de suherencia histórica y cultural el cual, a 112 años del cambio de soberanía ya 93 años del otorgamiento de la ciudadanía americana, habla en español yfrecuentemente se refiera a España como la Madre Patria.

Al celebrar hoy los 500 años de la instalación de Juan Ponce De León comoprimer gobernador de Puerto Rico y cuando celebremos en el 2013 el quintocentenario de su descubrimiento de la Florida y, por ende, de los EstadosUnidos continentales, gesta que emprendiera precisamente desde Puerto Ricodestacamos el hecho de que en Estados Unidos los hispanos somos una fuerzacada vez más pujante y que la lengua española no es el legado de un pasadodistante sino una parte cada vez más importante del presente cultural de losEstados Unidos.

Así pues, la celebración de este Quinto Centenario* *nos ofrece laoportunidad de fortalecer los vínculos no solamente entre España y PuertoRico, sino entre España y todo Estados Unidos destacando elmulticulturalismo como valor fundamental común a ambas naciones.

Estados Unidos

Desde su propia época colonial, Estados Unidos siempre ha sido una nación deindiscutible diversidad cultural. Pero lo que ha ocurrido durante losúltimos 20 años con los hispanos y la lengua española en particular esverdaderamente sorprendente. La hispanidad vive ahora en los Estados Unidoscomo ha vivido en las otras Américas por cientos de años.

El aumento en la población hispanoamericana en Estados Unidos ha sido talque hoy en día casi una cuarta parte de los americanos son de origenhispano. El impacto de este hecho en la fibra social y cultural del país esinnegable. Un informe reciente del *Modern Languages Association* señala quehay 800,000 estudiantes de español en las universidades americanas, y quetal suma es mayor que todos los que estudian otros idiomas extranjeros.

Hace algún tiempo, en el programa 'Ocurrió Así' de Telemundouna de las doscadenas nacionales hispanas de Estados UnidosJoselyn Katz entrevistó envivo desde Los Ángeles a Fernando Trueba, Director de la película *BelleEpoque,* que en 1992 ganó el Oscar de Hollywood a la mejor película enidioma extranjero. ¿Qué le puedes decir a todos los cineastas que muchasveces dudan en realizar cine en español pensando en las limitaciones que esosignifica? le preguntó la tele-periodista. A lo cual Trueba contestó:

Bueno yo creo que el español es una lengua muy importante. Es una lenguamuy importante no sólo en España y en América, en Centroamérica y enLatinoamérica sino también aquí en Estados Unidos. ¿No? Y... lo que yo digosiempre [es] que algún día quizá el Oscar éste que ahora se llama de *foreignlanguage* pues alguna vez eso va a tener que cambiar porque yo no creo queel español sea un *foreign language* en este país. Creo que es una lenguanacional de alguna manera porque se habla en todas partes.

Yo estoy de acuerdo con Fernando Trueba: en Estados Unidos el español no esun idioma extranjero.

Para muestra un botón. Desde el año 2000 hemos tenido una serie animada detelevisión*Dora the Explorer*protagonizada por Dora Márquez, una niñahispana que les enseña a los niños angloparlantes de todos los EstadosUnidos palabras y frases en español mientras aprenden matemáticas y otrasdestrezas. Otros ejemplos abundan.

Los hispanos en los Estados Unidos han recobrado la Florida y el Oesteamericano para la hispanidad. En la Florida central los puertorriqueñosdominan las elecciones y, por la característica del estado de votar lo mismoa los demócratas como a los republicanos el estado balancín lospuertorriqueños se han posicionado como un elemento decisivo en laselecciones estatales y nacionales.

Otro fenómeno más reciente es que ya se observa la integración de loshispanos en la corriente política americana. En las eleccionescongresionales de noviembre, Raúl Labrador, un puertorriqueño nacido en laIsla, fue electo representante al Congreso de los Estados Unidos por undistrito del estado de Idaho con una población que no tiene más de un puñadode boricuas, muy lejos de las concentraciones de población puertorriqueñadel Este y Mediano Oeste. Raúl se une, así, a tres congresistaspuertorriqueños que representan distritos más tradicionalmente hispanos enlas ciudades de Nueva York y Chicago.

Este año, dos méxicoamericanos fueron electos gobernadores: Susana Martínezen Nuevo México y Brian Sandoval en Nevada. Y Marco Rubio, nacido en Cuba yrecién electo Senador por la Florida, se perfila como posible candidato a laVicepresidencia.

De ser una minoría desposeída, silente, sin influencia y al margen de lavida política de los Estados Unidos, los hispanos nos hemos convertido en unelectorado no ya influyente sino crucial en el balance de poder político dela Nación.

Y la influencia hispana en las más altas esferas del poder constitucionalamericano no se limita a la política. Desde el 2009 Sonia Sotomayor, unamujer nacida en Nueva York de padres puertorriqueños, es uno de los 9 juecesdel Tribunal Supremo de los Estados Unidos.

La Nación ha cambiado… hasta el Presidente Barack Obama nacido en Hawaii depadre keniata y madre de Kansas y criado en Indonesia es quizás el símbolomás dramático de la diversidad cultural de los Estados Unidos.

Puerto Rico, puerta de USA

En 1980 un anuncio de Iberia en el diario ABC proclamaba Puerto Rico es lapuerta de USA. Yo tengo allí mis negocios.

Treinta años más tarde, nuestra visita a España esta semana amén de laconmemoración del V Centenario de la Gobernación de Puerto Rico ha tenidoun destacado propósito como misión económica multisectorial: hemos venido areposicionar a Puerto Rico como la puerta de la inversión española enEstados Unidos. Y para ello destacamos con orgullo la realidad jurídica,política y económica de Puerto Rico como parte de Estados Unidos reafirmandoal mismo tiempo todo aquello que nos une a España.

Parte de nuestra esencia como puertorriqueños es nuestra ciudadaníaamericana. Y es que ser política y jurídicamente parte de los Estados Unidosno cambia la esencia de Puerto Rico porque, y cito: no sólo es patria latierra donde se nace. Nuestras libertades y derechos son patria también.

La mejor forma de entender este pensamiento es conociendo la insigne figuraen la historia política puertorriqueña que escribió esas palabras. Merefiero a José Celso Barbosa y Alcalá.

Entender a Barbosa es entender que la búsqueda de la plena participación dePuerto Rico en la unión política de los Estados Unidos de América nosignifica una renuncia de nuestra esencia hispana. Barbosa mantuvo el mismoideal a través de toda su vida. Durante la época de España le llamó laautonomía de la provincia y con los Estados Unidos le llamó la estadidad.

Barbosa nació en Puerto Rico en 1857, bajo el reinado de Isabel II, tiempoen el que la monarquía parlamentaria regía las provincias de ultramar pormedio de leyes especiales. De humilde cuna, fue el primer hombre de razanegra en asistir al prestigioso Seminario Jesuita de Puerto Rico.

Se graduó de medicina de la Universidad de Michigan en 1880 con las másaltas calificaciones de entre todos los miembros de su clase, entre ellosuno de los hermanos Mayo que luego fundaría la prestigiosa Clínica Mayo enMinnesota.

Fue Barbosa durante la época de España un republicano convencido. En 1887fue delegado fundador del Partido Autonomista Puertorriqueño y miembro de sudirectorio político en 1894.

En 1897 cuando el Partido Autonomista Puertorriqueño cambió su nombre alPartido Liberal Fusionista, Barbosa ayudó a fundar el Partido AutonomistaHistórico u Ortodoxo. Este movimiento político fue el producto de laescisión provocada en el autonomismo puertorriqueño bajo la soberaníaespañola cuando Luis Muñoz Rivera pactó con Práxedes Mateo Sagasta para queel Partido Autonomista Puertorriqueño se convirtiera en una extensión delPartido Liberal Fusionista de la península.

Mientras se encontraba en Michigan, Barbosa desarrolló una profundaadmiración por los principios que fundamentan el sistema político americano.Observó que Thomas Jefferson había instado a su sobrino a aprender españoldebido al papel que dicho idioma había jugado en la formación de la Nación.También fue gran admirador de Abraham Lincoln, emancipador de los esclavosen los Estados Unidos y campeón de los valores que le permitieron a Barbosala oportunidad de llegar a ser doctor en medicina a pesar del color de supiel, algo impensable en su Puerto Rico natal.

Por eso con el cambio de soberanía, a Barbosa le resultó absolutamentenatural hacer de Estados Unidos su patria legal manteniendo a Puerto Ricocomo su patria natal.

Ese concepto de la patria dual la natal y la jurídica se remonta a la Romaprecristiana. En un pasaje de su tratado sobre Las Leyes, Marco TulioCicerón, de paseo por su tierra natal de Arpino junto a su discípulo y amigoÁtico, le explica a éste como Arpino y no Roma era su verdadera patria.

Arpino había sido conquistado por Roma casi 200 años antes de que nacieraCicerón y sus habitantes recibieron la ciudadanía romana. Por lo tanto,Cicerón era ciudadano romano de pleno derecho.

¿Tenéis acaso dos patrias?, le cuestiona Ático. ¿No tenemos una solapatria común? A lo cual Cicerón le responde: Yo digo que... todos losciudadanos de los municipios tienen dos patrias, de las cuales una esnatural y otra es legal. Para Cicerón su lazo con Arpino era de naturalezaesencialmente afectiva mientras que su vínculo con Roma era principalmentecívico-político sin que por ello hubiera conflicto entre ambos.

Hoy, 21 siglos más tarde, los puertorriqueños podemos decir con orgullo quePuerto Rico es nuestra patria natal, que como ciudadanos americanos EstadosUnidos es nuestra patria legal y que, como hispanos España ha sido, es, yseguirá siendo, nuestra madre patria.

Ese concepto de la patria dual está enraizado en la Constitución misma quele da a los Estados Unidos su estructura federativa; una constitución queasegura el balance y armonía de lealtades hacia las dos patrias, aunque hayahecho falta librar una cruenta Guerra Civil para dirimir el asunto de maneradefinitiva.

Así lo entendía Barbosa, quien en 1907luego del cambio de soberanía de 1898pero antes del otorgamiento de la ciudadanía americana a los puertorriqueñosen 1917escribía sobre las ventajas del sistema federal de gobierno:

"el ciudadano americano puede obedecer sin conflicto las leyes de la ciudaddonde vive, del estado a que pertenece la ciudad y de la Nación; ciudad,estado y Nación tienen señalados los límites de su acción, que asegura laindependencia del gobierno local en todo lo que a la vida local corresponde,y aseguran la unidad nacional en todo lo que interesa para el bien de lapatria común."

"La fórmula constitucional adoptada ha sido maravillosa en susresultados;... A ella se debe que el sentimiento regional nunca este enconflicto con el sentimiento nacional."

En el marco constitucional americano los estados son soberanos y se reservanel poder sobre aquellos asuntos que no han delegado al gobierno federal.Aunque Puerto Rico no es un estado de la Unión americana, su constituciónestá modelada según las de los estados. Por eso el Gobierno de Puerto Ricodispone, por ejemplo, sobre la educación pública como lo hacen los gobiernosestatales. Asimismo, la Constitución de los Estados Unidos no dispone unidioma oficial. Por eso Puerto Rico, al igual que los estados, puedelegislar sobre sus idiomas oficiales. Y, en efecto, en Puerto Rico ambos elespañol y el inglés son idiomas oficiales.

La ciudadanía americana no está reñida con nuestra puertorriqueñidad porquenuestra lealtad a Estados Unidos y el amor por Puerto Rico pertenecen a dosámbitos distintos de nuestro ser. Se puede ser puertorriqueño de corazón yamericano por convicción.

No hay que ser un proponente de la admisión de Puerto Rico como estado laUnión americana para pensar como Barbosa. Allá para mediados del siglopasado, Luis Muñoz Marín, el primer gobernador constitucional de PuertoRico, tampoco encontraba conflicto entre la ciudadanía americana y supuertorriqueñidad.

Muñoz Marín entendía que para ser campeón de las causas puertorriqueñas nohabía que denigrar ni repudiar la ciudadanía americana que su padre, LuisMuñoz Rivera, ayudó a conseguir en el Congreso para todos lospuertorriqueños.

Por eso Muñoz Marín propuso ante el Congreso el nuevo cuerpo político quequedó constituido en 1952, definiéndolo, y cito del récord del Congreso delos Estados Unidos, como: una comunidad de ciudadanos americanos que deberátener aquel nombre que sea apropiado y gobernarse a sí mismos plenamente ensus funciones locales de gobierno bajo la Constitución Federal.

Muñoz Marín tuvo puntos de vista diferentes en distintos momentos de su vidapolítica, pero en el discurso que pronunció al cierre de la ConvenciónConstituyente hizo estas reveladoras expresiones sobre su concepción de lospuertorriqueños como ciudadanos americanos:

Yo no concibo cómo se puede ser aquí proamericano. Ser proamericano seríaestar a favor de un ser superior americano por parte de un ser inferior queno es americano. Yo lo que concibo aquí es que nosotros somos americanos,no proamericanos. Y que lo somos específicamente y ampliamente, en elsentido de la Unión Americana y en el sentido de la cultura y de la historiadel Hemisferio Americano entero, del continente entero americano.

Y es de esa manera que, como todos los buenos ciudadanos, nosotrosenriquecemos la ciudadanía de los Estados Unidos, además de llevarla pordentro con orgullo, y además de enriquecernos con los grandes valores de esagran ciudadanía.

Esa concepción de los puertorriqueños como ciudadanos americanos estabaacompañada de una visión multicultural de nuestro ser individual ycolectivo. Decía Muñoz que [n]uestra alma no es meramente huésped de dosculturas, de las maneras de entender, de intuir y de hacer las cosas. Elalma puertorriqueña hace su contribución creadora a ambas.

No es de extrañar entonces que en el Preámbulo de nuestra Constitución elPueblo de Puerto Rico declarase

Que consideramos factores determinantes en nuestra vida la ciudadanía delos Estados Unidos de América y la aspiración a continuamente enriquecernuestro acervo democrático en el disfrute individual y colectivo de susderechos y prerrogativas; la lealtad a los postulados de la ConstituciónFederal; [y] la convivencia en Puerto Rico de las dos grandes culturas delhemisferio americano.

Si, como hemos visto, nuestra ciudadanía americana no está reñida connuestra puertorriqueñidad ¿cómo entonces la puertorriqueñidad pudiera serincompatible con el pleno disfrute de los derechos de nuestra ciudadanía?

La puertorriqueñidad puede tener plena expresión en cualquiera de lasopciones que tienen los puertorriqueños para lograr un status de plenogobierno propio, incluyendo la admisión de Puerto Rico como estado de laUnión.

La estadidad federada en nada amenazaría nuestra identidad puertorriqueña,precisamente porque los Estados Unidos es una nación cuya adhesión nodepende ni se nutre del origen étnico, la cultura, ni siquiera del idiomaque hablen sus ciudadanos sino de las creencias y convicciones que éstoscomparten en cuanto a los principios filosóficos y políticos sobre los quese fundó la Nación.

En ese sentido, el experimento Americano se separa de la normaobservada a travésde la historia en la cual las naciones se fueron desarrollandofundamentalmente como resultado del agrupamiento de hombres y mujeres quehabitaban un mismo lugar, hablaban un mismo idioma, compartían una mismacultura y estaban unidos por lazos de sangre que se extendían a través desiglos. Esa herencia de sangre es la que formaba la base de su ciudadanía.De ahí precisamente es que surge el principio de adquisición de ciudadaníaconocido como *ius sanguinis*.

Por el contrario, los Estados Unidos de América han sido construidos através de 235 años por hombres y mujeres de todos los confines de la tierraque hablan distintos idiomas y tienen diferentes culturas ¿Por qué entoncesse les puede llamar americanos?

Abraham Lincoln, uno de los más grandes pensadores que ha dado los EstadosUnidos, sostenía que lo que une a la nación americana no son los lazosancestrales de sangre que unen a otras naciones sino el compartir lacreencia en los principios contenidos en la Declaración de Independenciaque, aunque hoy sean universalmente aceptados, hicieron a los Estados Unidosla primera nación en la historia de la Humanidad fundada en la idea de quetodos los hombres somos creados iguales.

Decía Lincoln No puedo identificar entre los signatarios de la Declaraciónde Independencia a ninguno de mis antepasados… no puedo encontrar ningúnlazo de sangre que me conecte ni remotamente a ellos… pero cuando leo laDeclaración de Independencia puedo identificarme con ellos porque al igualque ellos, pienso que Dios debe ser el elemento central de nuestras vidas,pienso que todos los seres humanos fueron creados iguales y que por eso Diosdotó a todos los hombre y mujeres de los mismos derechos… creo en laigualdad y en la libertad… y, al igual que los signatarios de la Declaraciónde Independencia , afirmo que la existencia de los gobiernos está predicadaen la defensa y la protección de esos derechos inherentes a nuestracondición humana.

Esos son los principios, consagrados en la Declaración de Independencia asícomo en la Constitución de los Estados Unidos, que hacen posible que hombresy mujeres de diversos credos, razas, idiomas y culturas puedan formar unasola Nación y llamarse americanos.

Puerto Rico: frontera cultural de Occidente

Puerto Rico bajo España fue frontera, primero con un mundo por conocerse ydespués frontera con los imperios europeos que hicieron del archipiélagocaribeño, el escenario de sus rivalidades. Puerto Rico creció y forjó unritmo propio con lo más recio y resistente que tuviera España. Así noshicimos un pueblo los hijos de todos los rincones de España, de suscristianos, de sus judíos y de sus moros. Nos hicimos pueblo también de loshijos de los indios taínos y caribes que ya habitaban el archipiélago, delos hijos de dingas y mandingas traídos de África, pero también defranceses, corsos, napolitanos, filipinos, dálmatas y otros pueblos queescogieron las libertades inmensas que brindaba un pueblo en la frontera. Deabigarrada muchedumbre, hicimos un pueblo. Y aún hacemos.

Las guerras de independencia de América nos rehicieron en otra frontera, unafrontera en la misma experiencia americana y también en unahispanoamericana. Nos convertimos, junto a Cuba, en la cara de España enAmérica. En la frontera española en América, no solamente frontera con lasrepúblicas hermanas sino con los Estados Unidos. Para mediados del siglo XIXya era los Estados Unidos el primero en nuestro comercio exterior.

Ese carácter fronterizo no solamente permitió que se templara la reciedumbrede nuestro pueblo, sino que permitió el cambio del 98 sin disturbios queazotaran a la Isla. Sabíamos lo que éramos y conocíamos nuestra heredad. Elsentir autonomista que era mayoritario bajo España se convirtió en el mismosentir autonomista bajo los Estados Unidos. El republicanismo bajo España enel Siglo 19, en el republicanismo bajo los Estados Unidos.

Ya han transcurrido más de 100 años de que Puerto Rico se convirtiera en unade las fronteras de Estados Unidos con la América hispana y la frontera deEstados Unidos con el Caribe.

Pero el papel que Puerto Rico ha estado desempeñando como punto de enlace yencuentro entre las Américas adquiere ahora una nueva dimensión.

Son cuatro las civilizaciones que hoy dominan al mundo, dos en Oriente y dosen Occidente, cada una asociada en gran medida con un idioma. Los estimadosmás recientes sobre el número de parlantes de los principales idiomas delmundoincluyendo a aquellos que lo hablan como segundo idiomafijan primeroal mandarín, con 1,052 millones de parlantes; el segundo el inglés con 508millones, el tercero el hindi, con 487 y en cuarto lugar el español con 417.El próximo, el ruso, no llega a trecientos millones.

Pero si consideramos solamente el número de parlantes para quienes es sulengua materna, el español, con 329 millones de hablantes, es el segundoidioma del mundo, después del mandarín y seguido por el inglés.

Claramente el español es el segundo idioma de los Estados Unidos; hay 48millones de hispanos sin incluir los que vivimos en Puerto Rico. Laconcentración de hispanohablantes en ciertos lugares permite que discurra lavida sin la necesidad de hablar inglés.

El giro del español al convertirse en el segundo idioma del mundo y de losEstados Unidos en particular, haciendo a ésta una de las naciones con mayornúmero de hispanoparlantes, tiene el potencial de cambiar las relacionesentre las dos grandes civilizaciones occidentales mucho más que ley odisposición alguna.

En su reciente tratado sobre los idiomas del mundo, Nicholas Ostler señalaque en los grandes países que han sido esencialmente monolingües se tendráque acomodar o hacer espacio para otros idiomas. Este es claramente el casode los Estados Unidos con el español.

Algunas personas podrán ver el español como amenaza al inglés, que pudieranconsiderar idioma nacional *de facto*. Para otros, es el español el que estáen peligro de diluirse en una cultura aún predominantemente angloparlante.

Aquellos que venimos de una cultura perennemente en la frontera que ha sidola avanzada del mundo reconocemos que el cambio es inevitable, posiblementemucho más que otros que viven en el centro de la heredad. Tambiénreconocemos que el cambio fluye en ambas direcciones.

Puerto Rico ahora es frontera de las dos grandes civilizaciones deOccidente. Para nosotros, esta condición es condición de vida como lo hasido por los últimos 500 años pues por tantos años hemos sido frontera. Peroya no estamos solos. Una cuarta parte de la población de los Estados Unidoscomparte esta condición.

Estamos ante un Nuevo Mundo, un Nuevo Orden. Lo viven ustedes en Europa, lovivimos nosotros en América, y lo viven todos los países del mundo.

En este Nuevo Orden Puerto Rico, con su herencia hispánica y como parteintegral de unos Estados Unidos cada día más hispano, se convierte enfrontera vital y punto de encuentro obligado de las dos grandescivilizaciones de Occidente.

Muchísimas gracias.

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