Escrito por Ainí Martin Valero
Regla, La Habana
28 de marzo de 2011
(PD) El índice de suicidios en Cuba ha superado el 20% en relación al año 2010. Casos de personas que se quitan la vida suceden a diario en cualquier lugar de la isla, pero los medios informativos oficiales no hablan sobre el asunto.
Orestes Carbonell era un padre de familia que con 20 años de trabajo como estibador portuario, no sabía hacer otra cosa. El reordenamiento laboral lo dejó sin trabajo. Llevaba cuatro meses desempleado. Carbonell no tuvo otra opción. La madrugada del 17 de marzo se quitó la vida.
El suicidio en Cuba se pone de manifiesto en este 2011, más que en años anteriores. El gobierno ha dispuesto el reordenamiento laboral, sin medir las consecuencias que esto pueda traer para los cubanos.
El caso del difunto Carbonell no es aislado. Otros suicidios por el mismo motivo se han conocido, sin que estos hayan podido evitarse. No abundan los cubanos con una economía solvente para montar un pequeño negocio. No todos tienen ahorros o familiares en el extranjero que les envíen remesas.
Muchos cubanos han llegado al límite de no saber qué hacer con sus vidas. El futuro incierto, una familia que mantener y no saber qué hacer para ello, los han llevado a tomar decisiones difíciles y a veces drásticas.
En cualquier lugar se habla de lo mismo. La situación de la alimentación, el trasnporte urbano pésimo y la cantidad de personas en la calle y sin trabajo. Cuba atraviesa por una de sus peores crisis en 53 años, pero dicen los conocedores de la mente humana, que esta crisis será, la decisiva para romper el miedo.
Cuando el cubano entienda que la solución de sus problemas estaría en el fin de la falta de libertades y las carencias de todo tipo, entonces se acabarán los suicidios por desesperación. Para eso, las necesidades tendrán que superar al miedo.
ainimv@yahoo.com
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