martes, 22 de marzo de 2011

Violadores de la ley




Escrito por Osmar Laffita


Capdevila, La Habana


22 de marzo de 2011


(PD) Los funcionarios cubanos en las diferentes instancias gubernamentales son contumaces violadores de la legislación vigente y se han convertido en un freno al normal desenvolvimiento de las actividades económicas y administrativas del país.

Resulta preocupante que las leyes, decretos y resoluciones que dicta el gobierno y aparecen en la Gaceta Oficial, muchos dirigentes las engaveten o apliquen a su conveniencia. Algunos manifiestan que una cosa es lo que está legislado y otra lo que interpretan y ejecutan.

La aplicación del Decreto Ley 259 de julio de 2008 sobre la entrega de tierras ociosas en usufructo confronta infinidad de obstáculos debido a las limitaciones que imponen los funcionarios del Ministerio de Agricultura a aquellos que desean trabajar la tierra, lo que representa un freno a la producción de alimentos.

Es común que se produzca el desaliento entre los cuentapropistas porque los funcionarios les piden documentos que no aparecen en la legislación. Sin tener en cuenta lo que dice la ley, se limitan a plantear que hay que cumplir lo establecido, aun al margen de lo que está legislado.

La centralización burocrática es tal que es frecuente que si un director de una dependencia se enferma o sufre un percance y los interesados de una gestión muchas veces tienen que esperar semanas en espera de su firma porque no existe un sustituto, lo que provoca que por una simple firma se trabe el normal funcionamiento de la actividad.

Para que un certificado médico tenga vigencia, primeramente tiene que pasar por las manos de médicos, los especialistas y personal de oficina. Estos no comprueban si el diagnóstico es falso, pero los implicados no pudieron evitar el innecesario trabajo, los gastos de salario y transporte y la demora de tiempo.

No se autoriza la recogida de cosechas, porque el administrador plantea que no hay dinero para pagarlo, lo que da lugar que esa producción se pierda y se envíe a los trabajadores para sus casas porque arguyen que no hay contenido de trabajo para ellos. Estos casos ocurren a diario.

Las trabas burocráticas que frenan la producción agrícola hacen que se destinen cientos de millones de dólares para la importación de alimentos. Pero los dirigentes del Ministerio de Agricultura continúan aferrados a métodos de trabajo que nada tienen que ver con las reales necesidades de alimentos de la población. Cuando el gobierno habla de “seguridad alimentaria” es pura propaganda.

Todavía está distante el día que los productos agrícolas bajen de precio, debido a que no llegan en cantidad suficiente a los mercados.

En las tiendas de venta de alimentos, tanto en pesos como en CUC, la mayoría de los precios están “multados”, el pesaje siempre beneficia a los empleados. En los mercados agropecuarios han desaparecido las pesas de comprobación. Tal parece que se han puesto de acuerdo para robar a los consumidores.

En ningún establecimiento hay jabas, pero en las entradas de estos hay personas vendiéndolas a peso y no pasa nada.

Los cuentapropistas que compran insumos en pesos cubanos, cuando piden el comprobante, para mostrárselo al inspector, los dependientes y administradores les dicen que no están autorizados para extender dichos documentos. Esto es un ejemplo de la descoordinación existente, que conspira contra el buen desenvolvimiento del trabajo por cuenta propia. Los organismos implicados en darle solución a este entuerto continúan sin resolverlo.

Te encuentras entidades de la agricultura que sin que haya algo que lo justifique, se pasan varias quincenas y no le abonan el salario a sus trabajadores. Cuando parece que se va a resolver el problema, dicen que no hay dinero, pero la cosecha se recoge y se destina a los mercados. Los trabajadores no dejan de cumplir, pero no se les abona su salario.

Las violaciones y el desconocimiento de la legislación vigente por parte de los funcionarios en las diferentes instancias productivas, de servicio o administrativas, da lugar a que cada cual haga lo que mejor entienda. No se respeta nada, por ello prolifera el despilfarro, el descontrol, los robos, la corrupción, la holgazanería y toda una suma de tendencias negativas que tienen atrapada toda la actividad económica. Parece que por el momento no se vislumbra una solución a este grave problema.

ramsetgandhi@yahoo.com

Foto: Marcelo López

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