lunes, 11 de abril de 2011

Mi amigo tirano




Escrito por Julio Antonio Aleaga Pesant


El Vedado, La Habana


11 de abril de 2011


(PD) James Earl Carter, llegó a La Habana, el lunes 28 de marzo, con más reuniones en su agenda que oxígeno en los pulmones. Supuestamente, la visita del ex presidente de los Estados Unidos, aunque privada, está conectada a los intereses del gobierno y del Departamento de Estado norteamericano.
Inmediatamente, los amantes de lo políticamente correcto en la sociedad civil, alabaron la presencia del yuma, y la llamaron importante visita. Mientras, los lectores de Granma supieron de su llegada solo después que pisara nuestro suelo.

Mauricio Vicent escribió para el diario El País, de España, tras los tres días de visita: “Carter mostró nuevamente su carácter de hábil negociador y hombre de diálogo. Se metió en todos lados y a todos dijo lo que quería decir.”
No anduvo solo Mauricio. La mayoría de la prensa internacional acreditada en la isla, como todos sabemos muy afín al gobierno cubano, se expresó de la misma manera.

¿Pero fue realmente eso lo que pasó? Ante todo pongámonos de acuerdo. El gobierno militar tiene la “muralla” con los puertos de acceso controlados. Solo aterrizan en el aeropuerto “José Martí” los autorizados. Y para eso hay que atender a sus demandas políticas. Jimmy Carter, como en el año 2002, no fue la excepción. Solo leamos su conferencia de prensa al final de su visita y la entrevista autorizada.

Carter obvió las hermosas relaciones del gobierno revolucionario con la banda terrorista Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y su apoyo a los violentos islámicos a través de sus embajadas en Damasco y Teherán, y pidió la exclusión de Cuba de la lista de los países que patrocinan el terrorismo. Demandó eliminar las restricciones de viaje de los estadounidenses a la isla y reclamó el fin de la Ley Helms-Burton, que pretende democratizar la isla por métodos pacíficos. Pidió la excarcelación de los cinco espías de la red avispa, presos en Estados Unidos por conspiración para asesinar a los pilotos de Hermanos al Rescate. Y se pasó con ficha en la demanda de liberación inmediata del contratista norteamericano Alan Gross, condenado en un juicio sin las debidas garantías procesales, por -¡oh peligroso delito!- introducir en la isla computadoras y teléfonos móviles para el desarrollo de la conectividad en la sociedad civil.

Según la prensa internacional, Carter se reunió el martes durante varias horas con R. Castro y este le reiteró la "disposición" de su Gobierno a establecer un diálogo con Estados Unidos "sobre cualquier tema", pero en términos de igualdad y sin condicionamientos. Pero sobre todo, sin dar un paso en la dirección de encuentro. Lastima que además a la monarquía sanguínea, no le interese conversar con la nación cubana ni su diáspora. Siempre según “los de afuera”, los interlocutores también abordaron el tema de los cambios económicos y las reformas que se introducirán en la isla después del congreso comunista.

En el colmo de la gansada, el yuma aseguró que las inquietudes manifestadas por la población en los últimos meses fueron recogidas en documentos a discutirse en el sexto congreso y criticó a la oposición democrática por no sumarse a la chambelona comunista. Aun sin ser el colmo, dio su voto de confianza a unas supuestas transformaciones, porque “ellos” admiten que el modelo socio-fidelista no funciona y piensan montar el socio-raulismo, bajo el despotismo económico de estado.

Pero si dedicó seis horas a R. Castro, sólo dedico tres minutos a oír a las Damas de Blanco, junto a sus esposos. Las mujeres más valientes de Cuba liberaron a los presos políticos de la Primavera Negra, que él en especial propició con su infantil discurso en la Universidad de La Habana, en mayo del año 2002, citando al Proyecto Varela.

A Laura Pollán, Berta Soler, Elizardo Sánchez u Oscar Elías Bicet, los incluyó en apretados grupos, para cumplir las formalidades. En el colmo de la falta de protocolo, su equipo de apoyo invitó a uno de los presos políticos al encuentro con solo 24 horas de antelación, cuando el recién excarcelado estaba a más de 900 kilómetros y sin medios para hacer el camino.

Amigos para siempre

Carter calificó su encuentro con F. Castro como el de dos “viejos amigos”. Las fotos publicadas en la prensa internacional así lo demuestran. Tras su visita a Punto Cero”, lugar de residencia del ex primer comunista, Carter afirmó lo que siempre dicen todos los visitantes, que F. Castro goza de buena salud, aunque la práctica demuestre lo contrario.

A la par, el ex Comandante escribió el jueves una elogiosa reflexión sobre el visitante y reafirmaba su coincidencia con el, de quien dijo tuvo “la suficiente serenidad y valor para abordar el tema de las relaciones de su país con Cuba”.
Pero si de amigos se trata, Miguel D´Escoto, el ex canciller sandinista y ex Presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas, fue designado representante del agonizante gobierno de Muammar El-Kadafi ante la Organización de las Naciones Unidas. Sin embargo, la nueva responsabilidad está en veremos, pues quien lo nombró, desertó del gobierno pocas horas después y pidió asilo en Gran Bretaña.

Musa Kusa, uno de los hombres fuertes de Kadafi y su canciller hasta la deserción, nombró a D´Escoto como embajador ante la ONU, tras el abandono del puesto del embajador y su segundo, declarados en rebeldía por Trípoli. Sin embargo, el nica, muy aliado de F. Castro, quedó en la vereda, pues “la Secretaría General no ha recibido ninguna carta oficial de Libia sobre las credenciales de su representante permanente ante Naciones Unidas”.

aleagapesant@yahoo.es

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