sábado, 23 de julio de 2011
FALLECE EL LEON DEL ORIENTE
CASA CUBA
Non Profit-Organization
Houston, Texas
www.casacuba.org
CASA CUBA informa,...
Casa Cuba, la casa de los cubanos libres de Houston y Texas con un solo espíritu que deseamos que nuestros hermanos en el Cautiverio sean libres con derecho a los derechos. Casa Cuba informa de la realidad cubana, (nación bajo una tiranía comunista, donde el pueblo no es libre), su lucha por la libertad, democracia y derechos humanos, contra la Tiranía. Estamos en la obligación de informar a todos por tanta ignorancia y desinformación que emite la tiranía.
Casa Cuba es solidaria con el Pueblo Cubano, con los mas sufridos del pueblo, los prisioneros políticos y sus familias por su posición de dignidad y decoro en su lucha por la libertad, democracia y justicia frente años de marginación, discriminación, represión directa y abierta de los cuerpos represivos en la cuadra, escuela, centro de trabajo, mediante el terror de los perros de la seguridad de la finca del Tirano y su partido comunista excluyente,... Somos solidarios con los que permanecen y defienden su espacio como opositores el mayor tiempo posible. A ellos nuestro primer respeto !
Fallece el León del Oriente. Por Yoani Sánchez.
Mons. Pedro Meurice le decían “el león del Oriente” por su valor más que probado ante arbitrariedades y autoritarismos. Aquel 24 de enero de 1998, en la plaza Antonio Maceo de Stgo. de Cuba, su semblante serio, ensimismado. El Papa Juan Pablo II acababa de terminar la homilía y el Arzobispo iba a dirigirse a su rebaño. Antes de subir al estrado, habló con el sacerdote José Conrado Rodríguez y le dijo: “este león ya está viejo y con la melena despeluzada, pero rugirá”. Tomó el micrófono y cumplió su palabra. Frente a los allí congregados y para quienes seguimos la transmisión en directo por television la alocución parecía interpretar nuestro pensamiento, brotar de nuestra propia boca. “Santo Padre… le presento a un número creciente de cubanos que han confundido la Patria con un partido, la nación con el proceso histórico que hemos vivido en las últimas décadas, y la cultura con una ideología”. Del lado de acá de las pantallas, muchos no parábamos de aplaudir, llorar, saltar, mirar la cara entre anonadada y molesta de Raúl Castro que estaba al pie de la tribuna. Nunca nadie le había dicho al ministro de las Fuerzas Armadas -en público y ante tantos testigos- verdades de esa naturaleza. Algunos escapaban asustados de aquella inmensa plazoleta, pero otros –los más audaces- coreaban la palabra “Libertad”. “Este es un pueblo que tiene la riqueza de la alegría y la pobreza material que lo entristece y agobia, casi hasta no dejarlo ver más allá de la inmediata subsistencia”, seguía rugiendo el león. Y en nuestra aletargada conciencia cívica algo comenzaba a desperezarse. Por breves minutos, fuimos libres. La homilía terminó; el gesto adusto de nuestro actual presidente presagiaba regaños.
Pedro Meurice se nos ha ido con hidalguía de felino guardián, dejándonos con la responsabilidad de presentarnos a nosotros mismos ante el mundo. ¿Quién va creernos 13 años después de no “desmitificar los falsos mesianismos”? ¿Cómo explicar que el miedo nos ha llevado a la parálisis, a seguir esperando que sean otros los que rujan por nosotros?
Fallece en Miami Pedro Meurice, arzobispo emérito de Santiago de Cuba. Redacción CE, Madrid.
El arzobispo emérito de Stgo de Cuba, Mons. Pedro Meurice Estíu, falleció en Miami de un ataque al corazón, informó Radio Martí. Una de las más recias figuras del episcopado, mostró siempre una marcada preocupación por las realidades sociales, políticas y económicas de Cuba. Son conocidas sus palabras en la misa de la visita del Papa Juan Pablo II. En esa celebración, Mons. Meurice pronunció uno de los discursos más críticos con el régimen. Las polémicas palabras del prelado crearon fricciones. “Le presento el alma de una nación que anhela reconstruir la fraternidad a base de libertad y solidaridad”, dijo Meurice en aquel momento, para agregar: “Le presento, además, a un número creciente de cubanos que han confundido la patria con un partido, la nación con el proceso histórico que hemos vivido en las últimas décadas, y la cultura con una ideología”.
Mons. Pedro Claro Meurice Estíu (Santiago de Cuba, 1932) fue ordenado sacerdote en 1955. Cursó estudios en la Pontificia Universidad Gregoriana en Roma y regresó a Cuba en 1958, un año antes de la llegada al poder de los Castro. Fue nombrado en 1966 canciller y párroco de la iglesia Vista Alegre, y un año más tarde elegido obispo titular. Luego fue promovido a la sede metropolitana de Stgo. de Cuba. En febrero 2007, el Papa Benedicto XVI aceptó su renuncia al gobierno de la arquidiócesis de Stgo. de Cuba, sustituido por Mons. Dionisio García Ibáñez, actual arzobispo. “Llegará el día en que tanto dolor y tanto sufrimiento, tanto trabajo, tanto sudor, no serán en vano, darán su fruto y fruto abundante. Y todos podremos gozar de alegría, de paz, de unidad", dijo Meurice Estíu en su homilía de despedida en la catedral de Stgo. de Cuba. “Vendrá un día esplendoroso para todos los cubanos, piensen como piensen; crean o no crean en Dios; estén donde estén, dentro o fuera de Cuba; todos sufriendo por Cuba y esperando por Cuba”. Mons. Meurice fue durante 37 años arzobispo primado de la Iglesia Católica en Cuba.
Homilia de Mons. Pedro Meurice ante el pueblo y Juan Pueblo II.
(valientes palabras pronunciadas el 24 de enero de 1998 ante el Papa Juan Pablo II y la multitud congregada en la Plaza Antonio Maceo, en Santiago de Cuba)
Santísimo Padre:
En nombre de la Arquidiócesis de Santiago de Cuba y de todos los hombres de buena voluntad de estas provincias orientales le doy la más cordial bienvenida. Esta es una tierra indómita y hospitalaria, cuna de libertad y hogar de corazón abierto. Lo recibimos como a un Padre en esta tierra que custodia, con entrañas dignidad y raíces de cubanía, la campana de La Demajagua y la bendita imagen de la Virgen de la Caridad de El Cobre. El calor de Oriente, el alma indomable de Santiago y el amor filial de los católicos de esta diócesis primada proclaman: ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! Quiero presentarle, Santo Padre, a este pueblo que me ha sido confiado. Quiero que Su Santidad conozca nuestros logros en educación, salud, deportes…, nuestras grandes potencialidades y virtudes…, los anhelos y angustias de esta porción del pueblo cubano.
Santidad: este es un pueblo noble y que sufre. Este es un pueblo que tiene la riqueza de la alegría y la pobreza material que lo entristece y agobia casi hasta no dejarlo ver más allá de la inmediata subsistencia. Este es un pueblo que tiene vocación de universalidad y es hacedor de puentes de vecindad y afecto, pero cada vez está más bloqueado por intereses foráneos y padece una cultura del egoísmo debido a la dura crisis económica y moral que sufrimos. Nuestro pueblo es respetuoso de la autoridad y le gusta el orden, pero necesita aprender a desmitificar los falsos mesianismos. Este es un pueblo que ha luchado largos siglos por la justicia social y ahora se encuentra, al final de una de esas etapas, buscando otra vez, cómo superar las desigualdades y la falta de participación.
Santo Padre: Cuba es un pueblo que tiene una entrañable vocación a la solidaridad, pero a lo largo de su historia, ha visto desarticulados los espacios de asociación y participación de la sociedad civil, de modo que le presento el alma de una nación que anhela reconstruir la fraternidad a base de libertad y solidaridad. Quiero que sepa, Beatísimo Padre, que toda Cuba ha aprendido a mirar en la pequeñez de la imagen de este Virgen bendita, que será coronada hoy por su Santidad, que la grandeza no está en las dimensiones de las cosas y las estructuras sino en la estatura moral del espíritu humano. Deseo presentar en esta eucaristía a todos aquellos cubanos y santiagueros que no encuentran sentido a sus vidas, que no han podido optar y desarrollar un proyecto de vida por causa de un camino de despersonalización que es fruto del paternalismo. Le presento, un número creciente de cubanos que han confundido la Patria con un partido, la nación con el proceso histórico que hemos vivido en las últimas décadas, y la cultura con una ideología. Son cubanos que al rechazar todo de una vez, sin discernir, se sienten desarraigados, rechazan lo de aquí y sobrevaloran lo extranjero como una de las causas más profundas del exilio interno y externo.
Santo Padre, durante años este pueblo ha defendido la soberanía de sus fronteras geográficas con verdadera dignidad, pero hemos olvidado un tanto que esa independencia debe brotar de una soberanía de la persona humana que sostiene desde abajo todo proyecto como nación. Le presentamos la época gloriosa del P. Varela, del Seminario San Carlos en La Habana y San Antonio María Claret en Santiago, pero también los años oscuros en que, por el desgobierno del patronato, la iglesia fue diezmada a principios del siglo XIX y así atravesó el umbral de esta centuria tratando de recuperarse hasta que, en la década del cincuenta, encontró su máximo esplendor y cubanía. Luego, fruto de la confrontación ideológica con el marxismo leninismo, estatalmente inducido, volvió a ser empobrecida de medios y agentes de pastoral, pero no de emociones del Espíritu como fue el Encuentro Nacional Eclesial Cubano.
Su Santidad encuentra a esta Iglesia en una etapa de franco crecimiento y de sufrida credibilidad que brota de la cruz vivida y comparada. Algunos quizá puedan confundir este despertar religioso con un culto pietista o con una falsa paz interior que escapa del compromiso. Hay otra realidad que debo presentarle. La nación vive aquí y vive en la diáspora. El cubano sufre, vive y espera aquí y también sufre, vive y espera allá fuera. Somos un único pueblo que, navegando a trancos sobre todos los mares, seguimos buscando la unidad que no será nunca fruto de la uniformidad, sino de un alma común y compartida a partir de la diversidad. Por esos mares vino también esta Virgen, mestiza como nuestro pueblo. Ella es la esperanza de todos los cubanos. Ella es la Madre cuyo manto tiene cobija para todos los cubanos sin distinción de raza, credo, opción política lugar donde viva. La Iglesia en América Latina hizo en Puebla la opción por los pobres, y lo más pobres entre nosotros son aquellos que no tienen el don preciado de la libertad. Ore, Santidad, por los enfermos, por los presos, por los ancianos por los niños.
Santo Padre: Los cubanos suplicamos humildemente a Su Santidad ofrezca sobre el altar, junto al Cordero Inmaculado que se hace para nosotros Pan de vida, todas estas luchas y azares del pueblo cubano tejiendo sobre la frente de la Madre del cielo, esta diadema de realidad sufrimientos, alegrías y esperanzas, de modo que, al coronar con ella esta imagen de Santa María, la Virgen Madre de Nuestro Señor Jesucristo, que en Cuba llamamos bajo el incomparable título de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, la declare como Reina de la República de Cuba. Así todas las generaciones de cubanos podremos continuar dirigiéndonos a Ella, pero con mayor audacia apostólica y serenidad de espíritu, con la bella estrofas de su himno: "Y tu Nombre será nuestro escudo, nuestro amparo tus gracias serán". Amén.
Pedro Claro Meurice: cubano, pastor y amigo fiel. Por Dagoberto Valdés.
La muerte es paso y viaje a la esencia de la vida. Mons. Pedro Claro Meurice Estiú, arzobispo emérito de Santiago de Cuba, ha terminado su peregrinar fructífero y sufriente por la época que le tocó vivir. Cuba ha perdido a uno de sus más grandes pastores de todos los tiempos y ha ganado uno de los santos intercesores que más ha conocido su profunda realidad. Meurice, sin lugar a dudas, ocupa un lugar junto a obispos como Pedro Morell de Santacruz, o junto a Espada, el más cubano de los obispos españoles como le llamara Martí, o a su propio amigo y padre, Mons. Enrique Pérez Serantes, de quien fuera también secretario personal.
Me honro de haber sido su discípulo y amigo. Lo conocí siendo un joven de escasos 25 años y él el arzobispo presidente de la Comisión Nacional de Laicos. Fue para mí un paradigma, acicate y consejero. Duro como una roca, paterno como un abuelo, tierno como un niño. Sobre todo lo recuerdo en los dos acontecimientos mayores de la Iglesia: el Encuentro Nacional Eclesial Cubano (ENEC, 1986) y la inolvidable visita de Juan Pablo II a Cuba en 1998. En el primer evento no puedo olvidar su vehemente devoción al Padre de la cultura cubana, Félix Varela, al leer el decreto para comenzar su causa de canonización aún pendiente y ralentizada.
La visita del Papa no se podría recordar sin escuchar, en el hondón del alma cubana, aquella cristalina y valiente presentación de su pueblo ante la bendita imagen de la Virgen de la Caridad y el Supremo Pastor de su Iglesia. Nunca la realidad, transparencia y esperanza estuvieron más cerca del corazón del pueblo y de su Reina y Madre. Nadie ha narrado un diagnóstico tan entrañable, respetuoso y veraz de su Patria. Este texto debería ser publicado y estudiado nuevamente. Soy testigo de con cuánto amor lo hizo y cuanto le costó esta presentación, tan vigente y urgente 13 años después. El tiempo que sosiega y equilibra, plasma y funde, en la memoria histórica de los pueblos la vida, servicio y ejemplo de sus protagonistas, permitirá un día hacer la biografía que intenté un día comenzar con más de cien preguntas, por supuesto incompletas y dejadas a un lado por el humilde sanluiseño. Sé que otros buenos cubanos intentaron guardar su imagen y lo lograron junto a un insuperable trabajo audiovisual sobre su antecesor.
Meurice ha sido y es un cubano, pastor y amigo fiel. Cubano: ante todo, un hombre de una sola pieza y eticidad coherente y contagiante. Fiel a su Patria, historia, al alma de la nación y San Luis y Santiago de sus ilusiones y tribulaciones. Todo lo hizo por ser fiel a ese amor sin fisura y sin doblez. Cuba debe honrarlo como uno de sus mejores hijos. El tiempo lo hará. Pastor: fiel a Cristo, su único y entrañable Señor. Al Evangelio y sus bienaventuranzas, que fueron su brújula y su camino. Fiel a la Iglesia a la que sirvió sin pausa y sin medida, diciendo unas veces sí y otras no, según su conciencia le dictaba en plena comunión con su fe y sus hermanos. La Iglesia en Cuba debe honrarlo y venerarlo como uno de sus pastores más fieles y santos. El tiempo lo hará. Amigo: fiel a los cercanos y lejanos en la geografía, pero siempre fiel a la amistad lúcida, crítica y transparente. Aprendí con él que se puede ser, al mismo tiempo, uno mismo y amigo de los que no piensan o creen como uno. Aprendí, que se puede ser cubano, pastor y amigo sin conflicto de deberes y parcelaciones. El tiempo hará que esa amistad sembrada, cultivada, conservada y compartida, sea el mejor altar para el patriarca arzobispo primado de Cuba.
Igual que el Padre Varela, unir en un solo corazón el amor a Cuba, a Cristo y a su Iglesia, deposito admirado y reverente ante el altar de la Patria y la Iglesia, la hostia viva que fue Pedro Claro Meurice Estiú, quien haciendo honor a sus dos nombres, supo conjugar la firmeza de la piedra y la claridad de la luz en la misma ternura jadeante de su invencible esperanza. Monseñor Meurice: ¡ruega por Cuba, por su Iglesia y por cada uno de nosotros! Amén.
Recordando a Mons. Meurice. Por Matías Vidal.
Mons. Pedro Meurice, quien fuera Arzobispo de Santiago de Cuba, falleció esta semana. Siempre recordaremos a Mons. Meurice por su piedad, bondad y preocupación por los feligreses, y como cubano por su cubanía y valor para cantarle las verdades, en mas de una ocasión, a los que han avasallado todos los derechos en nuestra querida Patria.
Hay que reconocer al rugido del León. Por Jorge Ferragut.
La Iglesia Católica Cubana no solo ha tenido algunas figuras visibles que no han sabido mantener la cara de la dignidad transparente y de la exigencia del respeto como en el presente, (porque cuando uno se agacha se le ven las nalgas,...), sino ha tenido una historia de dignidad a través del silencio y del mensaje de los miles y miles de católicos que con sus vidas dieron y dan su testimonio en medio de esa gran tribulación. Y sin querer politizar la figura del Arzobispo Emérito y Primado de la Iglesia Católica Cubana, fue como diría el Padre Testé: un Hombre, que hay que respetar,... Llevó el mensaje de lo que creía en su vida, con Amor y al que por sus acciones representa la Bestia: le preguntaba, por qué me haces esto? (en la defensa activa de Jesús de Nazareth). Deja sus duras críticas, serenas, respetuosas pero firmes de un Hombre de Dios, servidor de los servidores de Dios, que dejó su huella de protagonista de nuestra historia,…
Reunión de Chivatos, Esbirros Cederistas y Partido Comunista. Enviado por LaVozdeCubaLibre.
http://www.youtube.com/watch?v=J-BVDk8phS4 Servicios secretos de la tiranía en sus avanzadas de los Consulados tienen los núcleos de CDR y PCC.
Esto no se aguanta más,... http://www.youtube.com/watch?v=ra4ERlGmsQ8 http://www.youtube.com/watch?v=OaxfdOZqlo4
Nueva canción/video que ha hecho Carli C4, desde Houston, Texas, un jóven comprometido por la libertad de su Patria y Pueblo contra los tiranos y miserables que asfixian a nuestro pueblo por mas de 50 años. Gracias por tu ejemplo y compromiso. http://www.youtube.com/watch?v=NZWU1CEf07Y
La noche de los cuchillos largos,... Por Yoani Sánchez.
Gente esperando, con el palo o navaja bajo la cama para un día poder usarlos. Odios enquistados contra aquel que los delató, les impidió que tuvieran un mejor empleo o hizo que el hijo más pequeño no pudiera estudiar en la universidad. Hay tantos aguardando por un posible caos que les dé el tiempo necesario para la venganza , que desearía no haber nacido en esta época, donde sólo se puede ser víctima o victimario, donde tantos añoran la noche de los cuchillos largos.
NotaCasaCuba: Dentro de Cuba, Yoani nos muestra una imagen que refleja el odio conque el partido comunista ha gobernado durante estos 52 años, de racismo político, ideológico, religioso, contra el negro. Discriminación, para someter bajo el sofisma de que los buenos son solos los "revolucionarios" y los que se someten, los demás son malos que se venden al imperialismo. Pero la verdad se conoce, los comunistas no engañan a nadie, solo intereses mezquinos,...
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