viernes, 8 de julio de 2011

Periodista oficial cubana exige mayor acceso a fuentes



En tanto no se respete en su justa dimensión el papel de la prensa, el acceso a la información para el pueblo seguirá transitando por un agonizante vía crucis.

martinoticias.com 08 de julio de 2011

Foto: REUTERS ¿A qué se dedican nuestros medios? A "la difusión, en no pocas ocasiones, de materiales aburridos, improvisados y superficiales", había dicho antes Raúl Castro.

Una periodista oficialista cubana ha exigido mayor acceso a las fuentes de noticias para brindar a la población una información inmediata, cierta y variada, como un derecho de la ciudadanía, y ha calificado la búsqueda de datos como un agonizante vía crucis.

“Brindar información sistemática, veraz, diversa, que permita abordar la realidad desde todas las complejas aristas que pueda ofrecer, no constituye un favor, sino un derecho del pueblo, ha escrito la periodista cubana Anneris Ivette Leyva, en el diario Granma.

Pareciera que ha comenzado en la isla –quizás impuesto por la aparición de nuevas tecnologías comunicacionales y una fuerte blogosfera independiente- un proceso de transparencia en el cual se ventilarían públicamente, y sin escamoteos partidistas, todos los asuntos de la nación, sin embargo toda voz que resuene en tono disidente sigue siendo acallada y, en algunos casos, reprimida, según reportes de organizaciones internacionales.

Quizás en este minuto, -añade Leyva- lectores frecuentes y fuentes habituales de los medios de comunicación, puedan estar asintiendo y concordando en que sí, la información no es propiedad privada” y tiene mucha razón la periodista: la información en Cuba sigue siendo propiedad estatal, y el gobierno continúa rigiendo lo que considera deba saber o no el pueblo.

Leyva se queja de “que en el diario recabar periodístico en aras de obtenerla (la información), se presentan innumerables e ilógicos escollos, en esferas muy distantes a los asuntos de secreto estatal, que obviamente precisan de un tratamiento diferenciado”.

Es que olvida la comunicadora que “el secretismo” no comenzó en los organismos o empresas de base, sino en la cúpula de poder, desde donde bajaba como norma inflexible, y la prueba más reciente de ello fue el tratamiento divulgativo que recibió –y aún recibe- la enfermedad de Fidel Castro.

“Cuestiones económicas de comprensible interés público, y que mucho ayudarían si fueran de conocimiento mayoritario, -lamenta la periodista- son todo el tiempo saeteadas por la incomprensión de muchos funcionarios administrativos”.

“Más allá de las inconformidades que provoca, -puntualiza Anneris Ivette Leyva- la obstrucción de los canales de acceso a la información viola los principios democráticos propugnados por nuestra legalidad, establecidos en la Constitución de la República”, y “por ello resulta increíble, y hasta enervante, que para entrevistar en su escuela a un pionero se reclame como algo imprescindible la autorización de un viceministro.

“Mientras tanto, -subraya la comunicadora- ¿a qué se dedican nuestros medios? A "la difusión, en no pocas ocasiones, de materiales aburridos, improvisados y superficiales", como dijo Raúl (Castro) en su Informe Central al Sexto Congreso del Partido”.

Más adelante, -señala Leyva, citando una resolución de febrero de 2007 del Buró Político del Partido - "los cuadros administrativos y políticos deben estar preparados y es útil, cuando la prensa les solicita información, que la brinden de manera responsable para incrementar la eficacia informativa de los medios de comunicación masiva".

Sin embargo –finaliza la periodista- “tristemente, muchos militantes son los primeros en incumplir la esencia de tal Resolución” –y reclaca que: “en tanto estas letras no ganen vida en el actuar diario, y no se respete en su justa dimensión el papel de la prensa —que en la misma medida debe incrementar su responsabilidad profesional—, el acceso a la información para el pueblo seguirá transitando por un agonizante vía crucis.

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