La socióloga Maida L. Donate dijo que el Gobierno ha convertido a jóvenes cubanos en lupas sobre los individuos y sus familias
martinoticias.com 16 de agosto de 2011
Foto: (EPA) EFE
Foto de archivo que muestra al secretario General Iberoamericano, Enrique Iglesias, saludando a unos jóvenes durante una visita a la Escuela de Trabajadores Sociales, en la que participó en la presentación del Programa de los Trabajadores Sociales en La Habana (Cuba).
EFE/Stringer
Maida L. Donate, quien posee un doctorado en Psicología por la Universidad de La Habana, y una Maestría por Trabajo Social por la Escuela de Trabajo Social de Barry University de Florida escribió en cubaencuentro que el ex gobernante Fidel Castro no consideraba útil para la revolución, la profesión de trabajador social.
La licenciada en Historia y en Sociología, que trabajó en Cuba, desde 1969 hasta 1993, agregó que en septiembre de 2000 el Gobierno puso en práctica el Programa de Formación de Trabajadores Sociales “que convirtió a un importante grupo de jóvenes cubanos en lupas sobre los individuos y sus familias, para detectar e informar sobre desigualdades, problemas sociales y opiniones que pudieran servir de caldo de cultivo para acciones contestatarias y posiciones disidentes de la voluntad del Estado”.
El periodista independiente Luis Felipe Rojas declaró a martinoticias.com que el Gobierno intentó “vender la imagen del trabajador social como una persona que vendría a tomar una muestra, un censo sobre cómo iba la vida cubana (…) pero después esos trabajadores sociales han sido participes de actos de repudio, de investigaciones minuciosas en la vida del cubano, de entrometerse en la vida del cubano”.
Rojas añadió que el trabajador social “viene siendo como un policía sin uniforme, sin el carné de policía, pero sí con todas las prerrogativas que necesita alguien para meterse, para inmiscuirse en la vida del cubano”.
El Código de Ética de la Asociación Nacional de Trabajadores Sociales (NASW, siglas en inglés) instituye que un trabajador social debe respetar la confidencialidad, la privacidad, la orientación sexual, la religión y el pensamiento político de las personas a quienes presta servicio.
El periodista independiente José Triguero manifestó a martinoticias.com que la mayoría de los trabajadores sociales cubanos incumplen estos requisitos.
“No se respetan (…) ningún tipo de organización del país respeta esos principios (…) la confidencialidad y la privacidad no existen en este país”, señaló.
Triguero dijo que él piensa que “el objetivo que persiguen los trabajadores sociales en el país es más un problema político que un problema social, porque a veces son utilizados para hacer trabajos que no tienen nada que ver con la actividad social”.
La abogada cubana Laritza Diversent declaró a martinoticias.com que en su opinión “la labor que realizan los trabajadores sociales en Cuba es bastante pobre (…) yo creo que no hay vocación (…) y carecen de la preparación sociológica necesaria para desempeñar su trabajo”.
Agregó que estas personas no hacen realmente un trabajo de prevención, que recae mayormente en la policía.
“Aquí la prevención queda un poco más al margen de la policía (…) no hay una prevención social de tipo asistencial para evitar la comisión de delitos (…) tampoco hay un trabajo con las personas de la tercera edad, con los discapacitados, con las personas que están viviendo solas”.
Diversent dijo que si los trabajadores sociales hicieran realmente su trabajo, las cosas serían diferentes, “porque aquí la marginalidad va de la mano de la delincuencia, de la violencia familiar”.
La abogada lamentó que los trabajadores sociales “no estén trabajando en las calles, que es donde realmente se necesita que ellos trabajen (…) donde rinde frutos, donde están los resultados”.
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