miércoles, 28 de septiembre de 2011

Remake del Quinquenio Gris




Escrito por Juan Antonio Madrazo luna


El Vedado, La Habana


28 de septiembre de 2011


(PD) La más reciente edición de Puentes de Letras, plataforma de comunicación animada por el Club de Escritores Independientes de Cuba, presentó la comedia dramática Quinquenio Gris.

La obra, ambientada musicalmente con la grabación de voces singulares de la cancionistica cubana como Elena Burke y La Lupe, mujeres que alguna vez en su vida cantaron boleros, contó con la presencia de su autor, Hugo Araña quien dedica post mortem la obra a su amigo René Ariza.

La obra recrea un periodo difícil para la intelectualidad cubana que muchos no creen haber superado. El autor recrea en el texto, vivencias personales, las huellas de un pasado que aun deja sombras en el presente y que marcó la vida de importante creadores como Roberto Blanco, Héctor Quintero, Berta Martínez, Vicente Revuelta, Ramiro Guerra, René Portocarrero, los hermanos Camejo y otros que hoy son edificios gigantes del teatro cubano tanto en la Isla como en la diáspora. Intentaron los años verde olivo bajo un clima de apertura y entusiasmo. Un grupo significativo de jóvenes creadores se sentía en la obligación de expresarse desde la autonomía. Esa libertad y entusiasmo inmediatamente fue dinamitada por la ortodoxa inquisición revolucionaria. Jóvenes escritores sufrieron duras represalias, algunos fueron depurados de la universidad, otros condenados bajo la etiqueta del diversionismo ideológico, la propagación de la homosexualidad, a otros los acusaron de ser militantes del Black Power, como los integrantes de Ediciones El Puente,

El quinquenio gris aun continúa sin respuesta. Es un territorio en suspenso, el cual es revisitado desde la dramaturgia y el teatro. Una estación que puede movilizar espontáneamente ideas pues establece verdaderos vasos comunicantes. La sociedad cubana necesita de textos urgentes para neutralizar el silencio y recobrar la memoria. Una memoria que forma parte de nuestra más reciente historia.

A través del teatro se pueden abrir puertas insospechadas, romper la tensión del arco, dinamizar el diálogo, atrapar, definir, testimoniar y estimular estaciones que apuesten por la franca abolición de las fronteras entre lo real y lo representado. El teatro también tiene carta de ciudadanía, y necesita que sus escritores registren las pérdidas y las esperanzas, que narren la nación, las tormentas cotidianas, que narren la vida que ya no se podrá contar después.

De un sólo golpe, Quinquenio Gris nos revela los peligros que todavía marca a un número nada despreciable de la intelectualidad cubana. Nos pone en alerta y nos advierte que la intolerancia aun cobra voz de mando, que el espejo continúa siendo severo, que el verdugo siempre está listo para darle la más cruel de las bienvenidas a sus víctimas.

Hay piezas que aun son m
arcadas por el mecanismo eficaz del silencio. Muchos textos censurados avanzan por senderos accidentados y periféricos. El silencio pesa y parece inconmovible.

La ficticia despenalización de la memoria no es más que juegos de apariencias. Amargo es ignorar el abismo en el cual continúa anclada la cultura cubana. Es necesario que la diversidad comience a hacerse fuerte, estimule sus blindadas razones y trace sus particulares configuraciones.

Quinquenio Gris se atreve a andar por la cuerda floja, pues su autor está convencido de que está ante un país que necesita construir sus propias configuraciones, estimular la visibilidad de sus gestos cotidianos; consciente de la necesidad de robustecer un teatro de ideas con acento, que vuele en pedazos simulacros y silencios. Puentes de Letras es una página abierta en la cual comienzan a movilizarse inéditas sinfonías literarias.

madrazoluna@gmail.com

Foto: Juan A. Madrazo

Hugo Araña, autor de la obra Quinquenio gris.
Presentación en el Club de Escritores Independientes.

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