PUBLICADO PARA HOY 28 DE OCTUBRE
Neptuno y Amistad, mirando hacia Roseland.
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RHC Cadena Azul (1950)
by Memoria de Cuba
Amado Trinidad Velazco presidente de la emisora RHC Cadena Axul firma un contrato de compra de equipos de televisión con la empresa norteamericana General Electric, y se anuncia que las transmisiones de video comenzarán en enero de 1951.
AMADO TRINIDAD VELAZCO
Amado Trinidad Velazco, nacido en 1893 en la actual provincia de Las Villas, hijo de un comerciante de tabacos, heredó junto a sus dos hermanos ese mercado. Juntos fundaron en 1921 la firma Trinidad y Hermanos. En 1939, vendió su parte por dos millones de pesos y se inició en su nueva profesión. El 1ro de Abril de 1940 se crea, por la fusión de varias emisoras del país con la planta de Trinidad, la nueva empresa radial denominada Radio Habana Cuba (RHC Cadena Azul), radicada en el habanero Paseo del Prado 51.
Las características de la nueva emisora quedaron establecidas por cinco puntos fundamentales:
- Destacar la cubanidad.
- Dar protección al artista nacional
- Situar al músico cubano en el sitial que merece
- Llevar al oyente la mejor música
- Brindar al radioescucha un arte superior.
Para conseguirlo, este nuevo promotor pagó salarios muy elevados a todos los artistas, músicos y personal técnico contratados por la RHC con carácter de exclusividad.
Esta radiodifusora ganó con rapidez el favor del público nacional y estableció una competencia con la CMQ, cuyos dueños en ese momento eran Ángel Cambó y Miguel Gabriel, quienes muy pronto se vieron desplazados a un segundo plano.
Para percatarnos de la magnitud de los avances obtenidos por su dueño con el espíritu emprendedor que lo caracterizara, baste citar dos hechos: RHC fue la primera Cadena Nacional Telefónica y contó con el mejor cuadro de artistas y técnicos de su época. Su nómina incluyó 40 cantantes, 34 actores, 18 locutores, 20 escritores, 10 compositores y 10 orquestas.
Algunas de las figuras más significativas de esta empresa fueron los líricos Iris Burguet y Manolo Álvarez Mera; los cantantes René Cabell, Vicentico Valdés, Miguelito Valdés, Joseíto Fernández y Barbarito Diez; actrices y actores como Rita Montaner, Jesús Alvariño, Rolando Ochoa, Leopoldo Fernández, Aníbal de Mar, Otto Sirgo y Rosendo Rosell, toda una pléyade de representantes del arte.
Con la entrada de Goar Mestre a la CMQ comienza lo que la prensa de la época calificó de “fajatina” entre colosos. Este hombre, educado en los Estados Unidos, conocedor profundo del medio, ambicioso y más conservador en aspectos cruciales, emprendió la guerra con los mismos medios de Trinidad, pero en escala mayor.
La contienda se mantuvo a lo largo de toda la década del 40 del pasado Siglo, pero en detrimento del iniciador de las reformas, quien junto a acciones poco certeras, derrochó su patrimonio y fue esquilmado por sus colaboradores.
Este hombre, quien aparte de elevar el nivel de vida de los artistas y músicos cubanos emprendió empresas paralelas como la revista “Ecos de la RHC Cadena Azul, realizó numerosas presentaciones de espectáculos teatrales y musicales por todo el país, fue un benefactor para muchos que solicitaron su ayuda.
El aparatoso despliegue de dinero mediante el cual pretendió acabar con su competidor se convirtió en un boomerang. Esta política empresarial alocada lo condujo al abismo. El día 1ro de marzo de 1954 la famosa emisora permaneció cerrada con una guardia policial en sus puertas: el negocio había llegado a su fin.
Esta no fue su única desdicha. Su esposa, Florángel Cañizo le planteó sus desavenencias conyugales, sobrevino la ruptura del matrimonio y, lo peor para Amado Trinidad fue que esta le negase posteriormente ver a su idolatrada hija, llevándosela consigo.
Buscó refugio en su finca San José, próxima a la Habana, dedicándose al cultivo de la tierra. Muchos de aquellos a los que tanto había ayudado le volvieron la espalda. El 11 de agosto de 1955 una noticia conmovió por igual a sus amigos y enemigos: Amado Trinidad Velazco amaneció colgado de una mata de mangos: había consumado el suicidio de un hombre de campo.
Su funeral se celebró en la hoy desaparecida Funeraria Caballero, en 23 y M, en la misma esquina donde tenía establecido su imperio el hombre que lo arrastró a la ruina. Una doliente multitud de artistas, amigos y pueblo acompañó a este Rey Guajiro a lo largo de la calle 23 hasta la Necrópolis de Colón.
POR: VIMEO Y SECRETOS DE CUBA
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