martes, 4 de octubre de 2011
Los turistas
Escrito por Jorge Luis González Suárez
Dedicado a: José María de Cárdenas y Rodríguez (Jeremías de Docaransa). Prosista satírico.
Plaza, La Habana
4 de octubre de 2011
(PD) Los turistas son extranjeros que vienen a conocer la irrealidad de Cuba. Bajan del avión y alquilan un taxi o se montan directo en un ómnibus, con cristales calobares y aire acondicionado. Acomodados ven un paisaje muy hermoso.
Van para hoteles donde existe de todo. Reciben un guía que cuenta maravillas. Los conducen a los centros históricos y las mejores playas. Recorren lugares de interés. Restaurados. Pasan unos días formidables. Pueden exclamar igual que el título de la película: la vida es bella.
Algunos salen a pasear por su cuenta. Encuentran enseguida acompañantes voluntarios. Otros le ofrecen villas y castillas. Pueden conseguirles desde un habano hasta el diamante del Capitolio. Por unos cuantos “fulas” – moneda en divisa- resuelven cualquier cosa.
Cuando se meten en sitios indebidos, pueden perder la cartera. Y hasta la vida. En esta tierra promisoria pasa lo que no debe pasar. Hay quienes son atrevidos y van hasta a las ciudadelas. Quieren conocer la verdad. Se van del país mejor informados que los primeros.
El que viene de otra nación se conoce a la legua. Sin abrir la boca es identificado. Su atuendo los caracteriza. Miran para todos los lados. Llevan cámaras fotográficas. Y la indispensable botella de agua mineral “Ciego Montero”.
Un grupo con acompañante oficial se fija en todo, menos en lo indicado. Quieren descubrir aquello que no se enseña. No lo ven. En ese lugar no hay ni rastro de problemas. Tendrían que mirar “detrás de la fachada”.
Llevarse un souvenir es lógico. Bisuterías, en general, se encuentran en muchos sitios. Muchos piden alguna rebaja. Hay que empezar a narrar el cuento de la buena pipa. Si es establecimiento estatal, los de países capitalistas no entienden. Miran al empleado con asombro. Y se marchan sin entender.
El ron cubano es una de sus preferencias. Piden un Cuba Libre. ¡Qué ironía! Los puntos más visitados son “El Floridita” y “La Bodeguita del Medio”. De cualquiera de los dos lugares pueden salir sin un centavo, porque se les cobra hasta la risa.
Los que prefieren ir a ver un show en “Tropicana” o en el “Parisién”, prepárense. Allí se puede dejar hasta los calzoncillos. O los bloomers si es mujer. Al final, no es gran cosa lo que vio. Sólo como sus ingresos bajaron de forma vertiginosa.
Están los que buscan una pareja del sexo contrario, aunque ya también se admite que sea de su mismo sexo. Nuestra tierra es una gran exportadora de matrimonios. Otros solo desean alguien para pasar el rato. La oferta puede ser variada. Las jineteras, perdón, las muchachitas y muchachitos trabajadores por cuenta propia que rentan su cuerpo, son de todos los colores. Y el servicio es con discreción. Si no van a parar a la cárcel.
El que desee alquilar en una casa particular, verá como es tratado como un rey. Por supuesto, si tiene divisa. La que no divisa el pueblo. Allí verá en parte la otra cara de la moneda. Mientras él come y duerme bien, el resto se sacrifica. Da todo por la hospitalidad que nos caracteriza.
Las ofertas pueden ser amplias, para todos los gustos. Aunque muchos salgan con bastante disgusto. Esperaban el cielo. Se encontraron el subsuelo. Tener buen ojo y ver la realidad requiere salir de la rutina.
Ya se eliminaron algunas prohibiciones para los cubanos, tales como alojarse en los hoteles. Pero,
¿cómo puede una persona que recibe del estado $ 17 cuc mensuales promedio por su trabajo alojarse en un hotel? Sobran los comentarios.
primaveradigital@gmail.com
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