Lunes, 29 de Octubre de 2012 02:36
La provincia de Matanzas, territorio ubicado a unas veintenas de kilómetros al este de La Habana, no ha escapado de las feroces garras del desesperado régimen comunista. Sus cuerpos militares efectúan operativos sistemáticos, con la ayuda de efectivos parapoliciales, entre ellos, delincuentes comunes, para impedir la exitosa distribución de ejemplares de la mencionada demanda entre la población.
Los Pactos de Derechos Civíles y Políticos y Económicos, Sociales y Culturales", inspirados en la Declaración Universal de Derechos Humanos, de la Organización de Naciones Unidas (ONU), fueron firmados por el gobierno cubano en el año 2008. Pero muy lejos parecen estar los gobernantes de Cuba de cumplir con la letra y el espíritu de los referidos convenios. Las pálidas reformas emprendidas, en los últimos años, no muestran avances significativos al respecto. Según informó la ilegal, aunque tolerada Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, durante el pasado mes de septiembre se produjeron en la isla, al menos, 535 arrestos por motivos políticos.
No obstante, ha sido muy valiente la actitud de los opositores que, en Matanzas, como en otros territorios del país, a riesgo de su libertad y su seguridad, han distribuido, públicamente, ejemplares de esta demanda que reclama al oficialismo el cumplimiento de una de sus miles de promesas. Los esforzados integrantes del Partido Por la Democracia "Pedro Luis Boitel", del movimiento Libertad Democrática Por Cuba, entre otros, no descansan para lograr sus nobles propósitos.
Dirigidos por el exprisionero de conciencia de la Causa de los 75, Félix Navarro Rodríguez, estos disidentes salen a las calles a contactar con la población y entregarle un documento que ha sido calificado por la policía de Seguridad del Estado como subversivo.
En el mismo, los promotores expresan, entre otras cosas, "su profundo pesar por la prolongada crisis que vivimos y la demostrada incapacidad del gobierno actual para realizar cambios de fondo" en la sociedad.
Éstos, manifiestan la obligación que tienen, desde la sociedad civil, "... a buscar y demandar nuestras propias soluciones".
Contra las exigencias de esta demanda y del proyecto "Plegaria por la vida", mediante el cual agrupaciones disidentes reclaman el cese de las ejecuciones extrajudiciales y de la represión, el gobierno ha lanzado a su policía de Seguridad del Estado, cuyos agentes practican arrestos violentos y utilizan a exconvictos para agredir, con armas blancas, a los librepensadores.
Pánico es lo que muestran las autoridades gubernamentales ante la gran aceptación que han tenido estas iniciativas civilistas. Los ejemplares de la "Demanda Ciudadana por otra Cuba" se agotan muy rápido y las personas que no los han leído, piden más.
Por estas acciones de la disidencia, el pasado 12 de septiembre, el exprisionero de conciencia Ángel Moya Acosta fue agredido por un delincuente que estuvo en prisión por matar a un primo suyo. El homicida, nombrado Luis Alberto Rodríguez Domínguez, alias "Alimentao", expresó en público que había recibido instrucciones de la policía política, cuyos agentes le pidieron que detuviera la labor desplegada por los activistas no violentos de derechos humanos en la comunidad de Pedro Betancourt.
Asimismo, Antonio Rodiles, promotor inicial de la Demanda Ciudadana, ha sido arrestado e insultado por los militares en varias ocasiones, al igual que otros activistas de la capital, del oriente del país y de la región central.
Dos objetivos persiguen los funcionarios del régimen militar con estas arbitrarias acciones: impedir que el pueblo conozca el compromiso por ellos contraído ante la opinión pública y evitar que más integrantes de la sociedad civil respalden a la disidencia. Por eso acuden al terror, su instrumento preferido.
Sin embargo, a pesar del nerviosismo del gobierno y de sus feroces redadas policiales, la población conoce que los comandantes de La Habana contrajeron hace cuatro años un compromiso moral y no lo han cumplido.
En tales condiciones, muchas ciudadanas y ciudadanos, a pesar de sus bien fundamentados temores, apoyan día a día a los arriesgados disidentes. En ellos ven a personas razonables, virtuosas, audaces, que aman a su patria y se preocupan por los intereses de toda la nación, y por eso los respaldan.
Para Cuba actualidad: sanchesmada61@yahoo.com
Foto: Sayli Navarro
El disidente Félix Navarro Rodríguez junto a promotores del proyecto "Demanda Ciudadana por Otra Cuba
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