No han bastado los insultos y las detenciones para amedrentar a esta librepensadora durante muchos años. Tampoco los maltratos físicos y los tres sospechosos accidentes de tráfico que sufrió entre los meses de noviembre de 2011 y enero de 2012.
Para los militares castristas la ética no existe. Según ellos manifiestan en privado, el fin justifica los medios.
Edilie Moreno, de 39 años de edad, quien reside en el poblado matancero de Pedro Betancourt, a 120 kilómetros de La Habana, ha sido una activa impulsora de las mencionadas campañas, con las que la disidencia interna demanda la ratificación de los pactos internacionales relacionados con los derechos humanos y el fin de la represión contra la población y de las ejecuciones extrajudiciales.
Es esa la razón por la que los militares le han tendido una trampa macabra. Dicha confabulación ha colocado a dos de sus tres jóvenes hijos a un paso de la cárcel.
Resulta que durante los primeros días del pasado mes de septiembre, Yusiel Rojas Navarro, un delincuente, colaborador con la policía, de dudosa moral, se dedicó a insultar a Edilie con gestos obscenos y a difundir rumores malintencionados que tenían el propósito de empañar el prestigio de la reconocida disidente y de sus hijos, Higinio Sousa Moreno, de 16 años de edad, y Jesús Sousa Moreno, de 21. Asimismo amenazaba a los adolescentes del barrio para que cesaran sus relaciones con estos jóvenes.
Para intentar poner freno a estas groserías, los muchachos, indignados, se dirigieron al domicilio de este soplón, el pasado 11 de septiembre, pasadas las ocho de la noche. Desde la calle lo llamaron para conversar, pero el susodicho salió y se armó con dos piedras, con las cuales amenazó a sus interlocutores. Esta acción motivó una fuerte discusión. No se recurrió a la violencia física ya que los vecinos intervinieron.
Al conocer lo sucedido, decenas de personas se acercaron a la vivienda del confidente policial, un hombre de elevada estatura y notable corpulencia, las cuales contrastan con el diminuto tamaño de los jóvenes, y le gritaron frases como: "Abusador, chivato, deja tranquilo a esos muchachos que ellos no te han hecho nada". Algunas personas que sabían que este individuo cumplía órdenes de la policía política gritaron "¡Abajo Fidel!" y "¡Abajo Raúl!".
En medio de la protesta, Edilie recordó que un mes antes de este hecho, en este mismo barrio, conocido como "El Hueco", centenares de vecinos golpearon a varios agentes policiales, quienes después de efectuar un registro en la casa de un opositor, para decomisarle unas octavillas de la campaña "Demanda Ciudadana por Otra Cuba", agredieron a varios disidentes.
Cuando la activista de derechos humanos concluyó sus reflexiones, sus jóvenes hijos, Jesús e Higinio, fueron conducidos por los vecinos hasta la humilde casa en que viven.
Muchas de las alrededor de de 70 personas que apoyaron a los muchachos aquella noche, regresaron a sus domicilios después de preguntarse en voz alta: "¿Habrá sido esto una trampa de la policía para encarcelarlos?
Dicha interrogante fue más que válida. Sí, porque resulta muy curioso el hecho de que al día siguiente, en horas de la tarde, Higinito y Jesusito, como los llama su madre, fueron citados por la policía. Después de permanecer varias horas detenidos, en el cuartel militar, y de ser respaldados por familiares y vecinos que los esperaban fuera del recinto, fueron acusados por los militares de intento de asesinato. ¡Increíble! Éstos últimos, los obligaron a pagar una fianza de 200 pesos, cada uno, que abonaron sus indignados padres.
Al concluir la primera quincena de octubre, Higinito y Jesusito aún esperaban ser enjuiciados. No se había cumplido la promesa de los gendarmes de concluir el proceso de fase preparatoria lo más rápido posible.
A ninguno de los muchachos le constan antecedentes penales, ya que jamás han confrontado problemas con la ley. Ambos provienen de una familia cristiana, de mucho prestigio en la vecindad, por su humildad y decencia. Basta preguntar por su madre Edilie Moreno, o por su padre, Jesús Sousa García, afectuosamente conocido como Tataíto, para identificarlos como unos de los vecinos más admirables del pueblo.
Pero en Cuba no hay estado de derecho. La policía actúa con la más absoluta impunidad. Un ejemplo de ello es que al día siguiente, un delincuente que cumplió varios años de cárcel por matar a un primo suyo, Luis Alberto Rodríguez Domínguez, alias "El Alimentao", también colaborador de la policía, agredió con un cuchillo al exprisionero de conciencia Ángel Moya Acosta, y con una cabilla a otro opositor, al que le causó una herida en la espalda, y, sin embargo, goza de libertad.
Contra ninguno de estos promotores del crimen se ha procedido como lo establecen las propias leyes impuestas por el régimen militar de los hermanos Castro. Ambos gozan de la más absoluta impunidad y se sienten libres para cometer las peores fechorías. Esto se debe a la elevada corrupción policial y a las evidentes motivaciones politiqueras del régimen.
Edilie Moreno sufre ahora, además de su enfermedad, (insuficiencia renal crónica, en fase terminal), el peligro de que a sus hijos los envíen a prisión.
Por la denodada actitud contestataria de esta indoblegable madre cubana, la policía política hizo caer una repugnante trampa a dos de sus tres jóvenes hijos. Éstos, están a un paso de conocer el calvario en que han convertido los apóstoles del totalitarismo caribeño las ergástulas de isla. ¡Que Dios no lo permita!
Para Cuba actualidad: sanchesmadan61@yahoo.com
Fotos: Gulliver Sigler González
Edilie Moreno Fernández junto a sus hijos Higinio y Jesús, durante la celebración de la Navidad, el pasado año.
No hay comentarios:
Publicar un comentario