DOCUMENTOS
De cuando Alejo Carpentier confió en la familia Bacardí
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- Publicado el Miércoles, 26 Diciembre 2012 19:24
- Por Wilfredo Cancio Isla

EL ESCRITOR ALEJO CARPENTIER (1904-1980)
El 15 de marzo de 1928, Alejo Carpentier zarpó de La Habana rumbo a París en el trasatlántico España, el mismo barco donde viajaba el poeta surrealista Robert Desnos. La decisión de abandonar la isla era una salida comprensible, luego de los problemas de acreditación de su ciudadanía de los que surgió su insistencia en repetir la mentira de su nacimiento en la calle Maloja en La Habana.
Once días después de dejar atrás una etapa de vertiginoso ajetreo en las páginas de los principales periódicos habaneros, compromiso con la vanguardia artística cubana y una precaria situación económica tras el abandono del padre y la hecatombe familiar, el joven Carpentier escribe la primera carta a su madre a punto de arribar al puerto de La Coruña, al parecer en la primera escala de la travesía.
Era apenas el preámbulo de una larga correspondencia con Lina Valmont, recogida en Cartas a Toutuche(Editorial Letras Cubanas, 2010), un libro imprescindible para comprender la conducta y la obra posterior del escritor.
La carta que reproducimos aquí es la única que se conserva como relato del viaje en el España, de manera que, como en otros episodios de su vida, no debe descartarse que la proverbial fabulación del cronista haya permeado también los pormenores del relato. Más que un documento con información reveladora, se trata de una curiosidad, marcada con el presunto encuentro entre Carpentier y un miembro ilustre de la familia Bacardí a bordo.
Promesas de ayuda
De acuerdo con la información disponible, el probable interlocutor era Emilio Bacardí y Lay, hijo del escritor Emilio Bacardí y Moreau y lugarteniente de Antonio Maceo durante la última guerra de independencia (1895-1898). ¿Cierto o no que el acaudalado pasajero le prometió ayuda al joven periodista de 22 años para su incierta estancia en París? ¿O estamos ante otro capítulo de la novela que tejió Carpentier en torno a sus andanzas y deslumbramientos con el universo artístico de la ciudad donde permaneció hasta el estallido de la II Guerra Mundial?
Evidentemente, Carpentier se vería necesitado en sus primeros años de vida parisina, obligado a mantener el envío de colaboraciones a las revistas cubanas Social y Carteles, y ahorrar hasta el último centavo para sostener las modestas remesas a la madre, mientras transcurrían las promesas de un próximo reencuentro en La Habana o París. Sin embargo, no habrá ninguna otra mención al millonario de Bacardí ni a su ayuda presumiblemente prometida.
La misiva del "maravilloso viaje" hace también alusión al manuscrito de !Ecué Yamba-O! que Carpentier cargó en su equipaje y pretendía presentar a Kra y Flammarion, dos prestigiosas casas editoriales francesas. Pero a pesar de los augurios de éxito del viajero, la novela no se publicaría hasta 1933, en una edición española.
CaféFuerte reproduce a continuación el texto de la carta en ocasión de conmemorarse este 26 de diciembre el 108 aniversario del natalicio de Carpentier, justamente en el año en que Bacardí, la insigne empresa licorera y bastión de la cultura cubana, festeja el 150 cumpleaños de su fundación por Facundo Bacardí Massó en una modestísima bodega de Santiago de Cuba.


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