Cuba actualidad, Capdevila, La Habana, (PD) La situación del trasporte urbano en Cuba se puede calificar de desastrosa. Con las excepciones de La Habana y Santiago de Cuba, en las restantes ciudades del país los medios de trasporte de que dispone la población para trasladarse a los lugares a los que no puede ir caminando, son los coches tirados por caballos y los bici-taxis.
A los que se trasladan hacia otras ciudades o pueblos, la Empresa de Ómnibus Nacionales les brinda este servicio, pero el problema es sacar un pasaje, lo que en estos momentos es una verdadera odisea. Para nadie es un secreto que aquellos que tienen suficiente dinero y no están dispuesto hacer las largas colas para poder sacar su reservación para viajar en ómnibus, sencillamente por la izquierda pagan por su asiento, en cuc, 10 y hasta 20 % por encima de su valor.
Además de los ómnibus que prestan servicios nacionales, están los camiones de porteadores privados, habilitados para el traslado de pasajeros entre los pueblos y provincias. Tienen un servicio más regular y no hace falta hacer reservaciones: solo pagar entre 0,20 y 0,40 centavos de dólar.
Junto con los camiones para el traslado entre los diferentes pueblos de las provincias están los autos de alquiler. Son fundamentalmente autos americanos de la décadas del 40 y 50 del siglo pasado, reconvertidos con motores diesel. El costo del pasaje fluctúa de acuerdo a la distancia de pueblos y provincias, entre 1,20 y 20 dólares.
Es costoso trasladarse de una provincia a otra. En los Ómnibus Nacionales, el precio de los pasajes fluctúa entre 2,40 y 6 dólares. En el caso de querer hacerlo en avión, el precio de un pasaje es entre 7 y 10 dólares. Si se tiene en cuenta los 17 dólares de salario mensual que devengan la mayoría de los cubanos, se entenderá por qué en estos momentos la mayoría de la población opta por el más barato ferrocarril, a pesar de su mal servicio, los incumplimientos de las frecuencias de los horarios de salida y las incomodidades y mal servicio a bordo de los coches.
Para poder revertir la caótica situación en que se encuentra el trasporte, el gobierno está obligado a hacer profundas trasformaciones estructurales en todo el sistema de transportación de pasajeros, tanto terrestre, aéreo como marítimo. Afectado por un alarmante atraso tecnológico, no queda otro camino que destinar cientos de millones de dólares para lograr su total trasformación.
Las actuales afectaciones y carencias en la trasportación de pasajeros son estructurales y nada tienen que ver con la desgastada justificación del embargo de los Estados Unidos contra Cuba.
Hace seis años se compraron 900 ómnibus fijos y articulados a China, Belarús y Rusia, para la transportación urbana en La Habana y Santiago de Cuba. Finalizado el último trimestre del año que terminó, 400 de estos vehículos, principalmente de los que circulan en la capital, estaban dados de baja por falta de piezas y partes, hechos de vandalismo, mala explotación de los equipos, lo cual se ha revertido en una menor cantidad de ómnibus en las diferentes rutas de la capital.
Sin que se le haya dado solución a los graves problemas acumulados en las diferentes terminales de la capital, el gobierno decidió comprar en China 150 ómnibus nuevos, entre fijos y articulados a China. De ese monto, 60 articulados fueron asignados a las terminales de Santa Amalia y Alamar; los restantes se distribuyeron para las de Lawton, Guanabo, Palatino, Playa y Bahía.
Para empeorar el normal funcionamiento de las terminales de ómnibus de la capital, hay serios problemas en el pago de los salarios y estimulación de chóferes, mecánicos y fregadores
Para ocupar una plaza de chofer de ómnibus se exige que el aspirante tenga el carnet de conducir rastras. Pero resulta que a los que conducen estos vehículos, sus respetivas empresas les pagan como mínimo 20 dólares mensuales, mientras que en Ómnibus Metropolitanos y Metro Bus de La Habana el salario mensual es de 14 dólares.
La situación es hoy más critica porque el pago de la estimulación salarial por diferentes razones -ninguna justificada- hace meses que no se les abona. Esta es una de las razones por la que la mayorías de los chóferes de los ómnibus de la capital, con la complicidad y solidaridad de los pasajeros, se apropian de una buena parte de la recaudación.
Los ómnibus no tienen choferes fijos, lo que genera las frecuentes roturas por la mala explotación del vehículo. La situación se agrava porque los mecánicos, debido al bajo salario que devengan, no se ocupan como es debido de la reparación de los vehículos dañados.
Es deplorable estado de la limpieza, tanto interior como exterior, de los ómnibus recién adquiridos. Esto es consecuencia de que en la mayoría de las terminales, por falta de piezas y partes, las fregadoras no funcionan. Eso se agrava por el poco salario que devengan los fregadores. Son contadas las terminales que tienen estas plazas ocupadas.
Si el gobierno no toma las medidas correspondientes para resolver, de una vez por todas, esta larga cadena de ineficiencias, estos 150 ómnibus recién adquiridos, pasado un tiempo, terminarán igual que los 400 que llevan meses fuera de servicio. Es decir, que todo este dinero invertido en comprarlos, como en anteriores ocasiones, será una solución a medias.
Para Cuba actualidad: ramsetgandhi@yahoo.com
Fotos: Osmar Laffita
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