Cubano Barthelemy doblega a rival asiático con un gancho temible
RANCES BARTHELEMY.
JORGE EBRO
JEBRO@ELNUEVOHERALD.COM
En apenas tres días Rancés Barthelemy cumplirá 28 años y no encontró mejor manera de hacerse un regalo que convirtiéndose en retador número uno para una pelea de título mundial.
Con un gancho terrible y poderoso, el cubano (19-0, 12 KO) derrotó por nocaut en el segundo asalto al tailandés Fahsai Sakkreerin 39-4-1, 21 KO), quien hacía la segunda incursión profesional fuera de su país y llegaba envuelto de un misterio asiático que se desvaneció mientras caía a la lona doblado de dolor.
Los aficionados presentes en el Convention Center de Minneapolis quizá tenían poca referencia de Barthelemy, a pesar de haber sido protagonistas de varias carteleras de televisión, incluida una en la cadena ESPN2, que transmitió el cartel perteneciente a la serie Friday Night Fights.
El viernes por la noche, sin embargo, recordarán un poco más el nombre del antillano, que ahora comenzará a preparase para retar al campeón mundial de las 130 libras, según la Federación Internacional del Boxeo (FIB), el fajador dominicano Argenis Méndez, en un plazo de 90 días.
“Ya estoy ansioso de pelear contra el campeón lo antes posible’’, expresó Barthelemy. “Cuando comencé mi carrera profesional hace cuatro años, no estaba seguro de poder llegar a este punto. Pero he visto que con esfuerzo y dedicación todo se puede lograr. Pronto regreso al gimnasio a romperme los huesos para quitarle esa corona a Méndez’’.
Poco se sabía del tailandés, salvo que tenía un pasado de artes marciales y que había caído en su única salida fuera de su tierra al perder en Filipinas contra Martín Honorio, un púgil relativamente conocido en este país. A pesar de esas credenciales dudosas, se esperaba más de Sakkreerin.
Tras un primer asalto de estudio en el cual Barthelemy mantuvo a raya a su oponente con varios jabs, el tailandés salió un poco más decidido a romper la guardia y penetrar bajo los brazos del cubano, pero fue recibido por un ataque de uppercuts que fueron minando su organismo. Uno de esos ganchos pegó justo en medio del estómago de Sakkreerin, quien cayó redondo y no pudo levantarse en algunos minutos debido al dolor.
“Eso no fue casualidad sino un plan bien preparado por mi entrenador John David Jackson’’, explicó Barthelemy. “El previó que mi oponente iba a tratar de entrar por abajo y me pidió que usara más los uppercuts para aprovechar que vendría con el cuerpo un poco doblado y con menos visibilidad. Todo funcionó como planeamos’’.
La victoria borró gran parte del sabor amargo que le dejó a Barthelemy su presentación previa, el 4 de enero en Miami, contra Arash Usmanee, un guerrero afgano que le obligó a sacar hasta la última gota de reserva de sus energías y dejó al público y a varios expertos con ciertas dudas sobre el resultado de la pelea.
Ahora, no quedó duda alguna.
“No me olvidé de aquello y yo fui mi mayor crítico’’, reconoció Barthelemy. “Así que me dediqué a estudiar mis errores para no repetirlos. No siempre se reacciona bien ante la crítica, pero yo trato de aprender de cada problema, de cada golpe. Me falta mucho aún por mejorar, pero creo que voy por buen camino’’.
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