Oposición e institución
LUNES, 24 DE JUNIO DE 2013 02:55 ESCRITO POR JULIO ANTONIO ALEAGA PESANT 0 COMENTARIOS
Cuba actualidad, El Vedado, La Habana, (PD) Cuando Lech Walesa, el ex presidente polaco, dijo lo que dijo, que levantó tanta preocupación entre la oposición democrática cubana, quizás no supo expresarse. O los traductores tradujeron las palabras más que las ideas.
Lo reconocible en la sociedad alternativa cubana es que más que unidad, de lo que hablan y huyen todos, lo necesario son instituciones democráticas.
Pasaremos por alto, por evidente, la incidencia negativa del totalitarismo sobre la sociedad civil, en ese dinamitar constante desde 1959, de los puentes institucionales que conformaban la nación y el estado cubano, para mirar las singularidades de una oposición que mantiene una tendencia al desgaste interno a través de los hombres-organización.
Creo que el mejor ejemplo público y reciente de esa tragedia lo tenemos en Eliecer Ávila. El joven informático, que ganó reputación enfrentándose (¿?) al presidente de la Asamblea Nacional, Ricardo Alarcón, se descalificó a los ojos de los observadores con sus planteamientos individualistas. En el colmo del infantilismo político, llegó a anunciar en el exterior que fundaría un partido político al regresar a la isla.
Están muy bien las ambiciones políticas del ingeniero, ¿pero no encontraba Eliecer Ávila motivos suficientes para acercarse a otros proyectos cívicos, políticos, culturales, con algo de experiencia en las duras lides de la oposición democrática? ¿No podía poner sus conocimientos en función de diseños ya establecidos para fortalecerlos y ganar experiencias el mismo, y así quizás un buen día con madurez y carácter desarrollar en compañía de otros compatriotas una idea que germinara al interior y para el progreso de la nación? No, nada de eso. El nuevo caudillo de Puerto Padre, lugar donde nació, no necesita instituciones. El mismo lo es en sí.
El otro caso que revienta a todo el país y tiene de fiesta a la policía política, es el reciente exilio de la familia de Oswaldo Payá Sardiñas.
Entiéndase, la emigración es una decisión personal, de acuerdo a intereses y visiones. Pero, por ejemplo, un post colgado en Diario de Cuba, el sábado 8 de junio, al publicarse la noticia, preguntaba: ¿Y ahora quién dirige el Movimiento Cristiano Liberación?
Oswaldo Payá Sardiñas no era muy comunicativo que digamos, al punto que al morir en el accidente de tránsito, su organización quedó acéfala. Brilló en los días de su entierro, la entereza y el valor de su hija Rosa María, que pareció ubicarse en el lugar que él dejaba. Pero ahora, con el exilio de toda su familia, la pregunta es quién queda al mando del Movimiento Cristiano Liberación.
Desde Miami, una declaración sin firma, sobre el tema no aclara quién dirige la organización. Mucho menos cómo queda el movimiento en el interior de la isla. ¿Quiénes son las referencias? ¿Donde localizarlos? Y por favor que no se escondan los "intérpretes" de este texto en que no se le quiere dar información a la policía política, pues el gran desinformado es esa zona de la población interesada en tener referencias para construir la democracia.
A la falta de instituciones y no a la falta de unidad se debe la falla del crecimiento prodemocrático en Cuba. El primer ejemplo es el del joven caudillo, que como Fidel Castro Ruz, en 1953, no podía esperar a escalar las estructuras de la sociedad por méritos propios. Tenía que asaltarlas. O como el viejo líder democristiano, tan absorto en su protagonismo, que olvidó que la muerte no tiene momento fijo.
Para Cuba actualidad: aleagapesant@yahoo.es
LUNES, 24 DE JUNIO DE 2013 02:55 ESCRITO POR JULIO ANTONIO ALEAGA PESANT 0 COMENTARIOS
Cuba actualidad, El Vedado, La Habana, (PD) Cuando Lech Walesa, el ex presidente polaco, dijo lo que dijo, que levantó tanta preocupación entre la oposición democrática cubana, quizás no supo expresarse. O los traductores tradujeron las palabras más que las ideas.
Lo reconocible en la sociedad alternativa cubana es que más que unidad, de lo que hablan y huyen todos, lo necesario son instituciones democráticas.
Pasaremos por alto, por evidente, la incidencia negativa del totalitarismo sobre la sociedad civil, en ese dinamitar constante desde 1959, de los puentes institucionales que conformaban la nación y el estado cubano, para mirar las singularidades de una oposición que mantiene una tendencia al desgaste interno a través de los hombres-organización.
Creo que el mejor ejemplo público y reciente de esa tragedia lo tenemos en Eliecer Ávila. El joven informático, que ganó reputación enfrentándose (¿?) al presidente de la Asamblea Nacional, Ricardo Alarcón, se descalificó a los ojos de los observadores con sus planteamientos individualistas. En el colmo del infantilismo político, llegó a anunciar en el exterior que fundaría un partido político al regresar a la isla.
Están muy bien las ambiciones políticas del ingeniero, ¿pero no encontraba Eliecer Ávila motivos suficientes para acercarse a otros proyectos cívicos, políticos, culturales, con algo de experiencia en las duras lides de la oposición democrática? ¿No podía poner sus conocimientos en función de diseños ya establecidos para fortalecerlos y ganar experiencias el mismo, y así quizás un buen día con madurez y carácter desarrollar en compañía de otros compatriotas una idea que germinara al interior y para el progreso de la nación? No, nada de eso. El nuevo caudillo de Puerto Padre, lugar donde nació, no necesita instituciones. El mismo lo es en sí.
El otro caso que revienta a todo el país y tiene de fiesta a la policía política, es el reciente exilio de la familia de Oswaldo Payá Sardiñas.
Entiéndase, la emigración es una decisión personal, de acuerdo a intereses y visiones. Pero, por ejemplo, un post colgado en Diario de Cuba, el sábado 8 de junio, al publicarse la noticia, preguntaba: ¿Y ahora quién dirige el Movimiento Cristiano Liberación?
Oswaldo Payá Sardiñas no era muy comunicativo que digamos, al punto que al morir en el accidente de tránsito, su organización quedó acéfala. Brilló en los días de su entierro, la entereza y el valor de su hija Rosa María, que pareció ubicarse en el lugar que él dejaba. Pero ahora, con el exilio de toda su familia, la pregunta es quién queda al mando del Movimiento Cristiano Liberación.
Desde Miami, una declaración sin firma, sobre el tema no aclara quién dirige la organización. Mucho menos cómo queda el movimiento en el interior de la isla. ¿Quiénes son las referencias? ¿Donde localizarlos? Y por favor que no se escondan los "intérpretes" de este texto en que no se le quiere dar información a la policía política, pues el gran desinformado es esa zona de la población interesada en tener referencias para construir la democracia.
A la falta de instituciones y no a la falta de unidad se debe la falla del crecimiento prodemocrático en Cuba. El primer ejemplo es el del joven caudillo, que como Fidel Castro Ruz, en 1953, no podía esperar a escalar las estructuras de la sociedad por méritos propios. Tenía que asaltarlas. O como el viejo líder democristiano, tan absorto en su protagonismo, que olvidó que la muerte no tiene momento fijo.
Para Cuba actualidad: aleagapesant@yahoo.es

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