El que a hierro mataJosé Alberto Álvarez Bravo5 de septiembre de 2013
La Habana, Cuba – www.PayoLibre.com – La forja definitiva de un titán de la resistencia anticastrista, Orlando Zapata Tamayo, comenzó con una brutal golpiza. Desde hace algún tiempo, conocíamos por referencia la identidad de los cancerberos involucrados en el cobarde crimen, los hermanos Polanco, pero un nuevo elemento se agrega a lo ya conocido. Un despreciable sujeto, nombrado Luis E. Mena Tamayo, quien se conjuró con los crueles verdugos uniformados a cambio de miserables ventajas, fue parte de la jauría que golpeó con saña a nuestro indomable hermano.
“El que a hierro mata, a hierro muere”, dice una voz popular; Mena Tamayo no escapó a esta sentencia.
Un sms de otro hermano de causa, Marco Antonio Lima Dalmao, me pone en conocimiento de algo que me resultó sorprendente: “Luis E. Mena Tamayo, 47 años, fue uno de los marionetas que golpeó salvajemente a Orlando Zapata en Prisión Cuba Sí, ayer fue asesinado a las 11:30 am en esa cárcel a manos de alias Bolivia”.
No me alegra la muerte de nadie, pero la sangre de Orlando reclama justicia. Su vida era más valiosa que la de miles de alimañas como Mena Tamayo. Personalmente, no habría querido ese final para esta excrecencia de la nación cubana, sino hacerle responder ante un tribunal competente y honorable por su abominable servicio a la tiranía cubana.
El tiempo no se detiene, y a veces me asalta el desasosiego ante la posibilidad de que la muerte también se lleve a los Castro -los más grandes criminales de la historia de Cuba-, sin que sean tampoco enjuiciados como merecen, aun cuando sus inútiles vidas no compensen ni un ápice del daño causado a nuestra patria.
No sé lo que sentirá Reina Tamayo, con quien compartimos muy de cerca la irreparable pérdida de Orlando, ante esta noticia. No creo que comparta el dolor de la otra Tamayo, madre de Luis E., como de seguro aquella tampoco compartió el suyo.
Triste destino el de la patria cubana, destino del que todos somos responsables.

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