martes, 3 de septiembre de 2013

Negociación con las FARC está en momento "crucial": Gobierno colombiano


Negociación con las FARC está en momento "crucial": Gobierno colombiano

Por Luis Jaime Acosta
BOGOTA (Reuters) - La negociación de paz del Gobierno de Colombia con la guerrilla de las FARC está en un momento "crucial" y se requerirán decisiones importantes y difíciles en los próximos meses para acabar con el conflicto interno más extenso de la región, dijo el martes el presidente Juan Manuel Santos.
Las declaraciones se produjeron durante el receso que mantienen las partes en el diálogo que iniciaron en noviembre del 2012 en Cuba y con el que se busca terminar una confrontación de casi medio siglo que ha dejado más de 200.000 personas muertas y millones de desplazados.
"Estamos en el punto crucial del proceso. Este proceso no puede durar mucho tiempo más. Nos estamos acercando a las decisiones importantes, decisiones que a primera vista son difíciles de digerir", dijo Santos en un acto de Gobierno.
El Gobierno y las izquierdistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) discuten actualmente las garantías para el ejercicio de la oposición política, tema en que el buscan que el grupo rebelde se convierta en un partido sin armas.
"Estamos en este momento en La Habana en un momento crítico de la negociación, yo creo que en los próximos meses sabremos si esto va a salir o no porque estamos entrando en los temas esenciales", declaró previamente el alto comisionado para la paz, Sergio Jaramillo, en una intervención ante legisladores que hacen parte de la comisión de paz del Congreso.
A finales de mayo, las partes alcanzaron un acuerdo en el tema agrario, que incluye el acceso a la tierra a los campesinos y estrategias para combatir la pobreza y la desigualdad social en las zonas rurales, algunas de las demandas con las que las FARC surgieron como una fuerza rebelde integrada por campesinos en la década de 1960.
El grupo guerrillero, que en la actualidad cuenta con menos de 8.000 combatientes desde los 17.000 que alcanzó en su esplendor militar a finales de la década de 1990, deberá abordar posteriormente con el Gobierno el fin del conflicto, la lucha contra el narcotráfico y la compensación de las víctimas.
SANTOS INSISTE EN RAPIDEZ
El jefe del equipo de negociadores del Gobierno, el ex vicepresidente Humberto de la Calle, dijo el lunes que la negociación, en la que las partes han mostrado posiciones opuestas y en la que no han faltado amagos de ruptura, debe concluir con la firma de un acuerdo que luego permita poner en funcionamiento los pactos, proceso que podría tardar 10 años.
Santos ha dicho que aspira a que el cierre del diálogo para firmar un acuerdo de paz se produzca a más tardar a finales de este año, para luego someterlo a un proceso de refrendación a través de un mecanismo de consulta en el 2014, tema en el que las partes han mostrado profundas diferencias.
Sin embargo, los negociadores de las FARC, consideradas como una organización terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea, sostienen que no debe haber límites de tiempo a la negociación ante la dificultad de acordar en meses la solución a un conflicto de casi medio siglo.
Pero el mandatario reiteró el martes que el proceso debe acelerarse.
"Vamos a ver cómo aceleramos estas conversaciones, el tiempo apremia, la gente quiere la paz, pero exige que avancemos con más rapidez", declaró.
La negociación se realiza en medio de la confrontación ante la negativa de Santos de pactar y firmar un cese al fuego como lo propuso la guerrilla, con el argumento de que esa situación podría ser utilizada por los rebeldes para sacar ventaja militar y extender indefinidamente el diálogo.
Pese a que han sido debilitadas por más de una década de ofensiva militar, las FARC todavía mantienen la capacidad de realizar ataques de gran impacto en diferentes zonas del país de 47 millones de habitantes.
Aunque la mayoría de colombianos apoyan los esfuerzos de paz de Santos, dudan de que se logre firmar pronto un acuerdo, mientras crecen los temores de que pueda hacer demasiadas concesiones a la guerrilla para que silencie los fusiles, como permitir que líderes rebeldes vayan al Congreso sin pagar cárcel por sus crímenes.
"¿En dónde traza uno esa raya entre justicia y paz? Esa es una discusión de mucho fondo, donde hay que ser generosos y donde hay que pensar en el futuro. Hay que pensar por supuesto en el derecho de las víctimas, pero también hay que pensar en el derecho de las futuras víctimas, que es el derecho a la paz", explicó Santos.
(Reporte de Luis Jaime Acosta. luis.acosta@thomsonreuters.com. 57 1 6344138, editado por Gabriela Donoso/Juana Casas)

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