lunes, 9 de septiembre de 2013

Orlando Luis Pardo: “Tuve miedo cuando no tenía voz; cuando empecé a hablar, lo perdí”


Orlando Luis Pardo: “Tuve miedo cuando no tenía voz; cuando empecé a hablar, lo perdí”Por Emilio Sánchez Cartas - Adepa
Los Andes8 de septiembre de 2013
El ícono de los blogueros de la isla es Yoani Sánchez. Pero muchos otros personajes hacen su aporte a una blogosfera cada día más rica y cuestionadora de la cultura oficial. Pardo es uno de los fundadores del movimiento. Maneja varias revistas virtuales y lidera grupos de periodistas. Fue encarcelado por el gobierno de Castro en 2012. Desafiante, dice su verdad. 
El inquieto y multifacético Pardo Lazo es graduado en Bioquímica de la Universidad de La Habana, pero abandonó ese campo hace 10 años. Desde entonces ha estado trabajando como fotógrafo y escritor.
Pardo, quien publicó varios libros en Cuba, es en la actualidad uno de los más destacados blogueros independientes. Mantiene dos blogs (Lunes de Post Revolución y Boring Home Utopics) y  fundó la revista “Voces”, la primera publicación digital en la isla. La revista, dedicada a literatura y opinión, se imprime en cantidades   muy pequeñas; se coloca en PDF en internet y se distribuye en toda la isla por medio de CD y flash drive.
-Estados Unidos te presenta como un bloguero disidente. Curiosamente, años atrás dijiste que no te sentías periodista “ni por vocación ni por espíritu”. Así que empezaste quizás detestando ser periodista y has terminado por serlo...
-Respeto muchísimo la profesión periodística. Cuando digo que quiero tener una columna, me refiero a tener un espacio de libertad desde donde ejercer la opinión, con ciertas normas editoriales, pero sin el dato frío o científico, estadístico.

No trabajaría a favor del consenso; siempre sería un periodismo de provocación, buscando navegar a contracorriente. Sería un columnismo más creativo, pero enraizado en la realidad, porque creo en la capacidad transformadora de la escritura. Me gusta explotar el impacto social de la escritura desde una posición de provocación, tratando siempre de pluralizar el pensamiento.
-¿Cómo evalúas el impacto de la tecnología digital en el terreno social y cultural de Cuba?
-El gobierno cubano acaba de abrir un centenar de puntos de acceso de internet, pero con una vigilancia extrema, sin garantías. Están tratando de dar una imagen de apertura, pero lo cierto es que un ciudadano no puede ir a una empresa pública y contratar una cuenta de internet.
Por tanto, no hay acceso a internet en Cuba, aunque hay funcionarios que sí tienen ese privilegio; hay ciertos hoteles de turismo que ofrecen el servicio en dólares y también un mercado negro para internet. Con todas esas limitaciones, la blogosfera cubana todavía muestra una buena cantidad de blogs.

Empezaron siendo una forma de expresión personal, quizás como catarsis, pero ahora sí creo que hay un impacto cívico. Recientemente, muchos de nosotros hemos podido viajar, inscribirnos en la Asociación de Corresponsales de Naciones Unidas, aparecer en los diarios de EEUU. Hemos podido hablar y nos han reconocido como interlocutores, voces activas y pensantes, de la sociedad civil cubana.
Además de “Voces”, existen un concurso de fotoperiodismo; espacios de debate como “Razones ciudadanas” y “Estado de Sats”, que se filman, se colocan en la web; proyectos de artistas callejeros, grafiteros, audiovisuales independientes; el Festival Rotilla, dedicado a la música, que organizó el Grupo Matraka durante 10 años en una playa, hasta que el Estado cubano intervino y lo secuestró; el festival Poesía Sin Fin, del grupo Omni Zona Franca, todo un mes, en diciembre, casa por casa en Habana del este. Todos esos proyectos están al margen del Ministerio de Cultura y van a sobrevivir, porque no dependen del Estado.
-En ese nivel de la escritura, ¿cuáles son los blogs más interesantes y desafiantes?
-Recomendaría revisar tres portales. Habana Times.org, donde publican una veintena de personas, algunos de ellos en el exilio; Bloggerscuba.com: aunque desapareció como portal, pueden encontrarse los blogs individuales Paquito el de Cuba, de Francisco Rodríguez; Negra tenía que ser, de Sandra Álvarez; y la Polémica Digital, de Elaine Díaz.
Y, mi portal, donde están los blogs más contestatarios, Vocescubanas. com. Allí están las tres visiones. En el caso de Vocescubanas, hay colaboradores que en cualquier lugar del mundo tendrían columnas de opinión en diarios o programas de televisión, o serían políticos.
-Hace diez años existía el criterio de que la prensa independiente cubana, aun siendo muy crítica con el régimen, no se destacaba precisamente por su calidad periodística. ¿Ha evolucionado? ¿Dónde está el producto del periodismo en la isla? ¿Dónde está el cuestionamiento de la realidad cubana?
-No hay periodismo. Podría borrarse de un plumazo a la Facultad de Comunicación y sus cursos de periodismo, porque en la práctica el producto no existe, salvo fuera de Cuba. Nosotros hemos ocupado ese espacio; algunos traen herramientas mejores, con más destreza polémica. Otros lo hacen casi sin herramientas, pero reportando siempre, desde lo noticioso, lo que las agencias de prensa extranjeras no quieren cubrir.
Eso tiene un mérito tremendo y un enorme reconocimiento. Nosotros tenemos la experiencia de la Academia Blogger. En el 2010 estuvimos casi medio año reuniéndonos dos veces por semana para hablar de programas, de técnicas periodísticas y fotográficas, cuestiones de la sociedad civil y la ley, de antropología. Hemos hecho un esfuerzo, porque adonde sí no podemos ir es a la Universidad de La Habana, pues el gobierno ha instaurado una especie de “apartheid cultural”, donde no tenemos cabida quienes disentimos.
-Y esa prensa independiente, que incluye a blogueros y periodistas más tradicionales, ¿tiene buena salud en la actualidad?
-Tiene buena salud, pero de manera comprometida. Hoy existe una eclosión porque ciertos espacios en el extranjero acogen nuestros reportes. Nos falta la prensa que se edite y publique con esfuerzos locales. Nos falta un órgano de prensa -el sueño de Yoani Sánchez-, que no podrá ser legal, porque el gobierno no lo admite; nos faltaría también una emisora radial.
Por ahora, algunos blogueros estamos cubriendo esa ausencia, pero eso puede cambiar cualquier día con la ausencia de algunos; si unos mueren y otros se exilian, y entonces sería el fin. Así pues, es un movimiento que necesita ser apoyado, potenciado, empoderado, desde el exterior. Necesitamos la solidaridad internacional.
-En Cuba, ser periodista o bloguero independiente implica riesgos. Tú mismo has estado preso. ¿Cuál ha sido tu experiencia del miedo?
-Yo tuve miedo cuando no tenía voz; había publicado varios libros de narrativa, era miembro de la Unión de Escritores y Artistas (Uneac) y, sin embargo, tenía mucho miedo. En cuanto empecé a hablar, lo perdí. Ahora no tengo ningún miedo. ¿Miedo a qué? Lo único que nos puede ocurrir es la muerte.
Cuando el papa Benedicto XVI visitó Cuba, en el 2012, me pusieron en la cárcel; eso puede repetirse en cualquier otro momento. Los periodistas oficiales quizás tienen mucho miedo, al igual que los ministros. Yo no; por mí vendrán una sola vez. Es que cuando cruzas una línea, ya quedas libre. ¿Y de la autocensura? Ninguna; hay personas que se autocensuran.
Yo trabajé el tema de la marihuana, del uso que hace de la yerba la comunidad rastafari en Cuba, y a propósito del encarcelamiento de un sacerdote rastafari, que aún sigue en prisión, Héctor Riscart, el Ñaño, director del grupo musical Herencia. Investigué, hice entrevistas. Alguien me aconsejó que lo dejara. No lo hice, pues lo consideré una cuestión de derecho civil. A muchos les da pánico temas como la subcultura, la pornografía, el racismo. Yo estoy dispuesto a hablar de todo, y creo que me voy a quedar muy solo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario