domingo, 6 de octubre de 2013

Libia reprocha a EEUU captura de líder de al-Qaida


Libia reprocha a EEUU captura de líder de al-Qaida

El presunto líder libio de al-Qaida, atrapado por fuerzas especiales estadounidenses en una operación espectacular en Trípoli, vivía desde hacía dos años en su país, donde se movía libremente, luego de una trayectoria que lo llevó a Sudán, Afganistán e Irán, donde estuvo detenido varios años, dijo su familia el domingo. El gobierno libio se enfureció por el asalto, y pidió explicaciones Washington sobre el "secuestro".
La rápida operación de la Fuerza Delta en las calles de la capital libia que llevó a la captura del miliciano conocido como Abu Anas al-Libi fue una de las dos incursiones del sábado que mostraron la determinación estadounidense de movilizarse directamente contra los sospechosos de terrorismo, incluso en dos países sumidos en el caos donde Washington ha sufrido mortales humillaciones en el pasado.
Horas antes del asalto en Libia, en Somalia, un equipo SEAL de la Armada estadounidense nadó hacia la costa y comenzó un intenso tiroteo pero no logró atrapar a su objetivo: un terrorista sospechoso del reciente ataque contra un centro comercial en Kenia.
"Esperamos que esto deje bien claro que Estados Unidos nunca se detendrá en sus esfuerzos de hacer rendir cuentas a los que realizan acciones de terrorismo", dijo el domingo el secretario de Estado norteamericano John Kerry en Indonesia, donde se encontraba para una cumbre económica. "Los miembros de al-Qaida y otras organizaciones terroristas literalmente pueden huir, pero no esconderse".
Nazih Abdul-Hamed al-Ruqai, conocido por su alias de Abu Anas al-Libi es acusado por el gobierno de Estados Unidos de participar en los ataques con explosivos contra las embajadas estadounidenses en Dar es Salaam, Tanzania, y Nairobi, Kenia, el 7 de agosto de 1998, en los que murieron más de 220 personas. Ha estado en la lista de terroristas más buscados del FBI desde que se dio a conocer poco después de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001, y se ofrecía por su cabeza una recompensa de 5 millones de dólares.
Funcionarios estadounidenses calificaron su captura como un significativo golpe contra al-Qaida, que ha perdido a una serie de figuras clave, entre ellas su líder Osama bin Laden, quien fue abatido en un asalto en el 2011 en Pakistán.
Sin embargo, no estaba claro si al-Libi, de 49 años de edad, tenía un papel importante en la organización terrorista. Su presunta participación en el ataque de 1998 fue explorar una de las embajadas atacadas, y no hubo información inmediata de que haya estado involucrado en actividades de milicianos en Libia. Su familia y sus antiguos socios negaron que fuera miembro de al-Qaida y dijeron que no había participado en ninguna actividad desde que regresó a su país en 2011.
El ataque demostró la disposición estadounidense a tomar medidas contra los milicianos en Libia, donde al-Qaida y otros grupos islamistas armados han ganado terreno desde la caída y asesinato en 2011 del dictador Moamar Gadafi y han creado un cinturón junto con grupos radicales del norte de Africa y Egipto.
El gobierno central de Libia sigue siendo débil, y las milicias armadas — muchas de ellas formadas por militantes islámicos— prevalecen en muchos lugares del país, incluso en zonas de la capital. En medio de la confusión, las autoridades libias han sido incapaces de movilizarse contra los milicianos, ni siquiera los que están detrás del ataque del 11 de septiembre 2012 contra el consulado norteamericano en Bengasi, en el que murieron el embajador y otros tres estadounidenses. Los propios agentes de seguridad libios son con frecuencia el blanco de hombres armados. La última víctima, un coronel militar, fue asesinada a tiros en Bengasi el domingo.
Varias decenas de miembros del grupo islamista Ansar al-Sharia, que tiene vínculos con las milicias, se manifestaron el domingo en Bengasi, la segunda ciudad de Libia, para denunciar el secuestro de al-Libi y criticar al gobierno. "¿Dónde están los hombres de Trípoli mientras esto está sucediendo?" gritaban, agitando banderas islámicas negras.
La captura de Al-Libi fue un audaz asalto en la capital libia. Acababa de estacionar su coche frente a su casa de Trípoli, al regresar de la oración del amanecer del sábado, cuando 10 comandos en varios vehículos lo rodearon, dijo a The Associated Press su hermano Nabih al-Ruqai. Rompieron la ventana del coche de al-Libi y se apoderaron de su arma antes de llevárselo y salir huyendo.
Fue sacado con rapidez del país. George Little, vocero principal del Departamento de Defensa, dijo en un comunicado que el sospechoso está "detenido legalmente bajo las leyes de conflictos armados en un lugar seguro fuera de Libia". No especificó otros detalles.
Libia pidió el domingo a Estados Unidos "aclaraciones" sobre lo que llamó un "secuestro" y subrayó que todo libio debe ser enjuiciado en su propio país.
En un comunicado, el gobierno en Libia dijo que se puso en contacto con las autoridades estadounidenses y les pidió aclaraciones sobre la detención de al-Libi. También indicó esperar que el incidente no afecte las relaciones estratégicas con Washington.
En la redada en Somalia del sábado, horas antes de la de Libia, el equipo Fuerza Delta del ejército estadounidense llegó cerca de un pueblo en el sur del país antes de que milicianos del grupo terrorista vinculado con al-Qaida, al-Shabab, realizaran sus oraciones matutinas, informaron funcionarios estadounidenses y somalíes a The Associated Press.
El operativo contra una casa en Barava tenía como blanco un sospechoso específico de al-Qaida relacionado con el ataque en el centro comercial de Nairobi, pero la operación no logró capturarlo, dijeron a la AP un ex militar y un integrante de las fuerzas armadas.
El equipo encontró una mayor resistencia a la esperada, y luego de unos 15-20 minutos de balacera en la que causaron bajas entre los combatientes, el líder de la unidad decidió cancelar la misión y los estadounidenses nadaron de vuelta, dijeron funcionarios de Estados Unidos.
Los funcionarios hablaron bajo condición de permanecer en el anonimato porque no estaban autorizados para hacer declaraciones sobre la redada.
La incursión fue realizada por miembros de la misma unidad SEAL que mató a bin Laden, dijo un alto funcionario militar estadounidense.
Little confirmó que las fuerzas estadounidenses realizaron una operación antiterrorismo contra un integrante de al-Shabab en Somalia, pero no dio otros detalles.
El líder de al-Shabab, Mukhtar Abu Zubeyr, conocido también como Ahmed Godane, se adjudicó la responsabilidad por el ataque en el centro comercial de Kenia que comenzó el 21 de septiembre y se prolongó cuatro días, lo que derivó en la muerte de 67 personas. Un funcionario de inteligencia somalí dijo que el líder de al-Shabab era el objetivo.
Autoridades estadounidenses informaron que no hubo bajas en la operación en Libia ni en Somalia.
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Gabriel reportó desde El Cairo, Egipto, y Mohamed desde Trípoli, Libia. Los periodistas de The Associated Press Matthew Lee en Bali, Indonesia; Kimberly Dozier en Charlotte, Carolina del Norte; Robert Burns en Washington y Lee Keath en El Cairo contribuyeron a este despacho.

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